Cuadernos de Nuestra América/Nueva Época/No. 010 / enero-marzo 2024/

RNPS: 2529 /ISSN: 2959-9849/99 pp.

Cuarenta años del libro, El Complejo Militar Industrial y la estrategia global del imperialismo (1984). A la memoria de Néstor García Iturbe

Ms.C. José Oriol Marrero Martínez.

Licenciado en Historia por el Instituto Superior de Humanidades de Moscú.

Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI).

ORCID: 0009-0004-2702-3082.

Email: oriol@cipi.cu

Introducción

En 2024 se cumplen 40 años de la publicación del libro, El Complejo Militar Industrial y la estrategia global del imperialismo (1984),1 de Néstor García Iturbe (1940-2018),2 quien según E. Molina (2018), fue “un prestigioso politólogo cubano, profundo conocedor de la sociedad norteamericana desde sus orígenes hasta el presente, así como del conflicto entre Cuba y Estados Unidos a lo largo de toda su historia”.3

Este trabajo tiene el objetivo de rendir homenaje a esta obra y su autor, entre cuya amplia hoja de servicios a Cuba y a la ciencia aparece su labor durante varios años en el Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI), así como en otras instituciones cubanas. El trabajo también llama la atención sobre la necesidad de continuar profundizando en el estudio de la dinámica de los Complejos Militares Industriales (CMI), los cuales muestran hacia finales del primer cuarto del siglo XXI un avivamiento productivo y tecnológico histórico, tal vez inédito. Al mismo tiempo, se hace notar la existencia en Cuba de una masa crítica de autores que trabaja o han trabajado el tema del CMI.

Así, además del trabajo príncipe de García Iturbe (1984), pueden mencionarse en orden cronológico autores como Morales (2006),4 J. L. Rodríguez (2017),5 L. Rodríguez (2020),6 Martínez (2022), 7 Marrero (2023),8 y otros. Casi la totalidad de ellos ha publicado trabajos relacionados con el CMI de los EE. UU., lo que no significa que éste se considere el único o exclusivo, pero es sin dudas, financieramente, el más poderoso hasta la fecha.

Baste decir que, de las 25 mayores empresas productoras de armas del planeta en el año 2021, 12 eran estadounidenses y entre ellas, las 5 primeras del mundo: Lockheed Martín, Raytheon Technologies, Boeing, Northrop Grumman Corp., y General Dynamics. Solo esas 5 corporaciones estadounidenses emplean unas 700 mil personas. Como elemento comparativo tómese otro dato oficial: en su conjunto, el Complejo Defensivo Industrial (OPK) de la Federación de Rusia emplea, en total, 830 mil trabajadores.9

De acuerdo con Nicolai Starikov, “el negocio de las armas es uno de los más rentables del mundo” y esto “debe entenderse bien, porque al hacerlo muchas cosas se aclaran en la política mundial… suministrar armas a zonas de conflictos militares hace a dichos países dependientes de los servicios técnicos, luego de los repuestos y municiones. Todo eso cuesta caro, por eso las guerras siempre son caras y muy rentables para el CMI. Por eso la guerra hace falta”.10

Como fue citado por este autor durante una ponencia a la VIII Conferencia de Estudios Estratégicos, celebrada hace pocos meses en La Habana, al regresar de una reunión con obispos del Mediterráneo celebrada en Marsella, el papa Francisco declaró: “me parece que esta guerra no solo afecta el problema entre Rusia y Ucrania, sino también a la venta de armas. Los economistas me dijeron que hoy los mayores ingresos provienen de inversiones en ‘fábricas de la muerte”.11 Y tal vez lleva la razón el obispo de Roma.

Particularmente el CMI estadounidense hoy no da abasto para producir las demandas de armas y municiones, tal como declaró el periódico The New York Times el 17.10.2023. Según afirmó dicho medio, si en toda la década pasada EE. UU. ingresó un ritmo promedio anual de 65 billones de dólares por ventas de armas, en los primeros nueve meses del año 2023 ya había ingresado más de 90,5 billones de dólares.12

Para la historiadora, periodista y conductora de la televisión rusa Nadana Friedrichson, Joe Biden “necesita aguantar dos años en Ucrania. Biden sale bien con dos años de guerra en Ucrania, antes de las elecciones. No necesita una solución ahora. Para ello compró a los lobistas de la guerra. Le está dando dinero al CMI…De los 40 mil millones que ha dado EE.UU., 17 mil millones van directamente a su CMI”.13

En una intervención ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas el periodista estadounidense Makc Blumenthal sostuvo que, “la guerra en Ucrania es el evento militar que más ganancias ha proporcionado al CMI Occidental desde la Segunda Guerra Mundial”.

Denunció que, “los cementerios en Ucrania crecen a la misma velocidad que las mansiones y propiedades en la playa, y en el norte de Virginia, de los ejecutivos de las corporaciones Lockheed Martin, Raytheon y varios contratistas de Beltway”, quienes son “los verdaderos ganadores de la guerra de poder en Ucrania; ni los ucranianos, ni los estadounidenses, ni los rusos o los europeos comunes y corrientes”.

Según Blumenthal, los ejecutivos de las corporaciones del CMI de EE. UU., “planean pasar por la puerta giratoria para obtener ganancias inimaginables una vez que termine su oportunidad en la Administración Biden. Para ellos una solución negociada de esta disputa territorial significaría el fin de los casi 150 000 millones de dólares asignados a Ucrania”14.

Debe identificarse que, según los programas temáticos de varios eventos científicos celebrados en Cuba en los últimos años en el campo de las relaciones internacionales, es perceptible que no son numerosos los trabajos relacionados con el estudio particular de este tema.

Sin embargo, una enseñanza hacia la contemporaneidad que deriva del estudio del libro de García Iturbe, El Complejo Militar Industrial y la estrategia global del imperialismo, estriba en que no se debe ignorar el hecho que los CMI constituyen una variable clave que asegura el potencial geoestratégico de los poderes hegemónicos. En gran medida el CMI condiciona la “soberanía” real y sostiene los liderazgos geopolíticos de un “orden mundial” signado por la creciente “militarización de las relaciones internacionales”,15 contradicción que genera una latente amenaza a la paz mundial.

Desarrollo

Dado el hecho que la publicación de la obra de García Iturbe tuvo lugar hace ya cuatro décadas, no resulta fácil encontrar este libro en librerías cubanas; pero está disponible en determinadas bibliotecas, como la del Instituto de Relaciones Internacionales (ISRI) Raúl Roa García, donde, además, García Iturbe fue un admirado profesor.

La obra declara en su introducción que ha identificado cómo algunos autores precedentes estudiaron las características y propiedades del “material bélico” producido por el CMI; que otros han analizado “aspectos muy específicos”, o “los miembros que lo componen”, y define que su meta es hacer un, “análisis integral”, para ver la interrelación entre los componentes del CMI, “cómo se intercambiaban los personajes”, pues veces las mismas personas representaban a las corporaciones militares y otras veces, “eran los mismos que firmaban los contratos con éstas”.

Otro asunto que ha querido resaltar el autor del libro es, “la importancia económica que tiene el CMI para EE. UU.” en cuanto a indicadores como: a) volumen de producción anual; b) las utilidades que esto representa; c) las importaciones; d) el empleo de miles de personas; y e), cómo “esta importancia económica influye en la política guerrerista seguida por el Gobierno norteamericano”. De modo que el citado trabajo —150 páginas—, identificó como objeto de estudio al Complejo Militar Industrial de los Estados Unidos.16 Esta elección está profundamente argumentada en la introducción de la obra, y además con anterioridad se ha ofrecido aquí argumentos adicionales actualizados.

Desde el punto de vista cronológico-documental el último dato que se ofrece en el libro está fechado en 1983: se refiere al presupuesto de EE.UU. para ese año; además, existe una proyección sobre el Presupuesto de Gasto militar de EE. UU. hacia el año 1985, de modo que las estadísticas manejadas, así como el contexto político en el que se desenvuelve e inserta esta obra imprescindible, es sobre todo la frontera histórico-hechológica entre el tercer y último cuarto del siglo XX.

El libro cuenta con tres capítulos. El Capítulo I, Surgimiento y componentes del Complejo Militar-Industrial (CMI) (68 páginas) ocupa el 49,33% del total de la obra y dedica algunos párrafos al análisis histórico del surgimiento del CMI de EE.UU., afirmándose que, “el CMI es un producto de la Segunda Guerra Mundial”.

En este capítulo el autor analiza cómo surgieron y se desarrollaron diez grandes corporaciones norteamericanas que se convirtieron a la postre en beneficiarias de los fondos del gobierno de EE. UU. También comenta el papel de los militares en este proceso, del rol del ejecutivo, del Congreso, y de 26 centros científicos y universidades que se conectaron con el mundo militar y recibieron dinero del gobierno para desarrollar investigaciones militares.

Debe significarse que el objetivo del trabajo de García Iturbe no planteó la tarea de periodizar históricamente el surgimiento y desarrollo del CMI de los EE. UU.,17 sino sobre todo hacer una caracterización integral del mismo, lo cual encierra un valor documental significativo considerando el elevado número de datos y evidencias que son presentadas, analizadas e interpretadas por el autor.

Por ello, la obra tiene no solo valor analítico-interpretativo, sino que además aporta metodológicamente una manera, un enfoque, para analizar y estudiar el fenómeno de los Complejos Militares Industriales, lo cual continúa teniendo valor teórico y práctico en la actualidad, además de metodológico.

Si bien todo indica que el autor no se propuso este objetivo, una lectura cuidadosa del libro, aún 40 años después, ayuda a entender las claves para estudiar y modelar el fenómeno de los CMI en la estrategia global del imperialismo, como es definido desde el propio título de la obra.

Por ello, a tono con el axioma según el cual, metológicamente, los títulos de los trabajos científicos deben saber/poder expresar con brevedad la esencia de los mismos (Portuondo, 2006), una de las cuestiones que salta a la vista desde la formulación del título de este libro, es que el CMI constituye una herramienta para la expansión de los hegemonismos imperiales basados en intereses económicos y políticos, un proceso que transita, según describe el autor, por fraudes económicos, despilfarro, corrupción de funcionarios, por la prevalencia de los intereses particulares de las corporaciones por encima de los generales, incluyendo la reducción de los servicios sociales al pueblo, a favor de los intereses militares de las élites de poder.

En este sentido García Iturbe habla de la preponderancia del presupuesto militar de los EE. UU. sobre el presupuesto para otros rubros sociales, al tomar como base de referencia para dicho análisis el presupuesto militar aprobado por la administración de Ronald Reagan para el año fiscal de 1983, y que se puede ilustrar en el siguiente gráfico.

Gráfico 1. Presupuestos federales aprobados en los EE.UU. para los años 1973, 1978, 1981, 1982, 1983 y 1985 (proyección), en el cual se comparan las asignaciones para las esferas de: Educación, Salud, Retiro y Jubilaciones, y Actividad científico- tecnológica. (Billones de USD)

Fuente: elaboración propia, a partir de estadísticas aportadas por García Iturbe.

Como se puede apreciar existe una clara y creciente diferencia a favor de los gastos militares en comparación con otros gastos federales relacionados con actividades del sector público. Por supuesto, las cuatro décadas transcurridas entre 1984-2024 hoy plantean también, como en la etapa 1945-1984, la necesidad de reactualizar y estudiar estos aspectos a la luz de los nuevos hitos de la geopolítica, un término que, dicho sea de paso, Iturbe no empleó en su trabajo.

El Capítulo II del libro tiene por título: El presupuesto de defensa, principal botín del Complejo Militar- Industrial (CMI) y está dedicado a analizar cómo opera el presupuesto de defensa de EE.UU. A este aspecto se dedica el 19,3% del trabajo. El citado capitulo tiene dos epígrafes.

En el primero se analiza, El aumento del precio de los armamentos y la ineficiencia productiva de la industria de guerra. En el segundo epígrafe son analizados varios casos de, Fraudes, escándalos y sobornos dentro del Complejo Militar-Industrial.

El Capítulo III, El Complejo Militar-Industrial (CMI) y su papel determinante en la política exterior norteamericana, cuenta con tres epígrafes, dedicados a analizar la, Filosofía de la política exterior norteamericana; La presencia militar del imperialismo yanqui en el mudo; y, finalmente, los Beneficios que obtiene el Complejo Militar-Industrial con esta política. Este capítulo, que tiene 20 cuartillas (13,3% del volumen total de la obra), analiza entre otros temas, “la presencia militar del imperialismo yanqui en el mundo”.

García Iturbe coloca varios ejemplos de ello, como es el caso de la presencia estadounidense en 7 países de África; en 5 de Asia; en 7 de Europa; 5 de Medio Oriente, y 7 de América Latina.

En este contexto el autor describe los beneficios que se obtienen gracias a la puesta en práctica de una política expansiva basada en la producción, comercialización y uso de las armas producidas por el CMI de los EE.UU., un proceso que en sus rasgos generales no ha hecho otra cosa que profundizarse y maximizarse en los últimos 40 años, validándose la constatación sobre el afán de lucro que subyace en la actividad del Complejo Militan Industrial, tanto a inicio del último cuarto de siglo XX como al finales del primer cuarto del siglo XXI.

Los datos de ventas de armas estadounidenses citados por García Iturbe en su libro pueden apreciarse en el siguiente gráfico.

Gráfico no. 2. ventas de armas estadounidenses. (Billones USD)

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de García Iturbide.

Como se reseñó antes, una actualización de los datos de exportaciones de armas por parte de EE.UU., 40 años después, permite afirmar que éstas se han multiplicado cinco veces. Hoy el CMI estadounidense exporta aproximadamente el 40% de las armas en el mundo.

Si bien el trabajo de referencia no cuenta con conclusiones formales en el sentido estricto, a lo largo del mismo se van desgranando valoraciones que permiten entender, a partir del lenguaje directo y profesional del autor, siempre sobre la base de estadísticas oficiales y de ejemplos concretos, cómo evolucionaron las dinámicas del CMI estadounidense luego de la Segunda Guerra Mundial y hasta 1984, y que en materia de gastos militares estadounidenses hoy expresa una tendencia creciente, como fue descrita por Iturbe ya en 1984, al comparar dicho indicador (Gastos militares de EE.UU.) para los años 1969, 1978, 1981,1982 y 1983.

Grafico no. 3. Presupuesto militar de EE. UU. (Billones USD)

Fuente: elaboración propia.

Luego de consultar los datos públicos existentes puede afirmarse que la tendencia analizada por García Iturbe para la etapa 1969-1983 no solo se ha mantenido de año en año, sino que se ha multiplicado de manera exponencial. Cuando se cumplen 40 años del análisis realizado por dicho autor acerca del citado indicador, su alerta se ha visto corroborada. Si en 1983 —año final del estudio de Iturbe—, el Gasto militar de EE.UU. ascendió a 255 billones, en 2024, según datos oficiales recientes aportados por el presidente de EE.UU., la cifra de presupuesto militar supera 3,45 veces el dato de 1983.

A propósito del incremento interanual de los gastos militares estadounidenses deberá significarse que, según señala Iturbe, para la etapa analizada, una conclusión derivada que mientras el presupuesto de defensa aumenta y la producción del CMI aumenta en la misma proporción, lo que aumenta en realidad es el precio, pues cada año se reciben menos equipos a cambio de más dinero.

Únicamente la lectura del texto original de este imprescindible libro permitirá apreciar su valor, actualidad, y rigor. Está escrito de manera concisa, lacónica. A veces no se conoce del todo el origen y el sentido de esta importante palabra. Laconia (o Lacedomonia) era, y es, el nombre de la región antigua griega, cuya capital era, y es, la polis, hoy ciudad, de Esparta, en el Peloponeso griego. La escuela espartana era la única estatal, no privada, en la antigüedad griega. Ninguna más. Los espartanos eran educados en la disciplina estricta de decir solo, y breve, lo que había que decir. Este modo de ser y decir tan único en la escuela dórico-espartana, breve, lacónico, preside también —para bien— el lenguaje del libro escrito por García Iturbe, y es otro de sus méritos: la precisión.

Intentemos con Iturbe el difícil reto de anotar lacónicamente algunos aspectos que resultan centrales en el libro, si bien no son más que una motivación a la lectura de la obra toda, y no aspiran a escribir sobre la piedra:

En calidad de argumento Iturbe coloca las ilustrativas palabras pronunciadas en 1933, en la celebración del Día del Armisticio, por el general retirado del cuerpo de infantería de marina Smedley D. Butler (1881-1940), acerca de su comportamiento durante 33 años como, “guapo de alta categoría al servicio de los grandes negocios, de Wall Street y de los banqueros”, como “chantajista y pandillero del capitalismo”, en la “gran conspiración” de los monopolios estadounidenses “contra México, Cuba, Haití, Nicaragua, República Dominicana, contra media docena de repúblicas centroamericanas”, también “contra China”.

Butler reconoce, e Iturbe lo cita, que su larga función como militar “fue defender los intereses petro-
leros, bancarios, azucareros, la recogida de ingresos en beneficio de Wall Street, o la casa bancaria internacional Brown Brothers”. Dice Butler que, “quizás hubiera podido darle algunas instrucciones a Al Capone”, aunque lo que “él pudo hacer fue operar en tres distritos, mientras que yo operaba en tres continentes”.19

Y dice que, en 1944, ante el peligro de la pérdida económica, se planteó por las corporaciones establecer un sistema de, “economía permanente de guerra”, y ello dio lugar a la necesidad de crear el mito del “peligro del comunismo”; de la Guerra Fría, de modo que la política exterior de los EE.UU. respondería a estos intereses.

Es decir, una manipulación para engañar a la opinión pública y justificar los gastos militares,20 por ello, “habitualmente inflaban que estaban en desventaja con la URSS”. Tal paranoia guerrerista no tenía otro objetivo que justificar la necesidad de aprobar presupuestos federales de defensa que permitieran dar continuidad en tiempo de paz a los ingresos del CMI similares a épocas de guerra.

Así, al terminar la Segunda Guerra Mundial el Pentágono planteó la necesidad de tener una fuerza terrestre que pudiera ser aumentada hasta 4,5 millones de soldados en un año; la marina se planteó la exigencia de tener 600 000 soldados, 371 buques, 5000 navíos auxiliares y una pequeña fuerza aérea de 8000 aviones. También se planteó la exigencia de crear una fuerza aérea independiente, con 400 000 soldados, y agruparse en 70 unidades.

Dice que, “los militares se jubilan y van al CMI”; que “cambian el uniforme de militar por el traje de negociante”. Esta tendencia de las actualmente llamadas puertas traseras entre el Pentágono, el ejército y las corporaciones del CMI perduran 40 años después, sobre lo cual existe evidencia. Aquí solo se hará notar que lo dicho por García Iturbe para 1984, y antes, a día de hoy constituye una regularidad.

El fenómeno inflacionario en buena medida define el alto costo que tienen las armas estadounidenses en comparación con la producción de otros CMI, hecho que también plantea la necesidad de actualizar el análisis de este aspecto a la luz de la actual coyuntura. Dos de las vías que aplica el Gobierno de EE.UU. para abaratar sus producciones militares consiste en que, como regla, “el gobierno paga la investigación militar”, y además aplica la “exención de impuestos”.

También aparece dicho que, las grandes corporaciones militares “pagan candidatos y colocan personal en los equipos presidenciales, aseguran que haya un mercado”, una demanda creciente, además de la “insensibilidad ante “los costos”.

En este punto debemos recordar también la existencia de una obra importante escrita en 1956 por el sociólogo estadounidense Charles Wright Mills (1916-1962), titulada, La élite del poder: política de los altos círculos norteamericanos, en la cual su autor hizo un análisis (8 capítulos, 182 páginas) sobre el surgimiento y desarrollo del Complejo Militar Industrial estadounidense, entre otros temas.

Dicho trabajo se considera de los primeros análisis sociológicos de fondo realizados en EE. UU., por autor estadounidense, sobre el surgimiento del CMI y las élites de poder imperial. Fue consultada su edición de 1960, a cargo de la Editorial Centroamericana25. Se expresa lo anterior por dos razones. Primero, para destacar la coincidencia entre las ideas expresadas por García Iturbe y Charles Wright Mills aún cuando, al parecer, Iturbe no alcanzó a consultar los escritos de Mills y segundo, porque la sistematización de diferentes obras sobre el tema que nos ocupa, como la de Mills (1956), Iturbe (1984), y las también citadas obras de Morales (2006), J. L. Rodríguez (2017), L. Rodríguez (2020), Martínez (2022), y otras, si dudas tributarán a la necesaria continuidad en el estudio de este importante tema.

Conclusiones

El Complejo Militar Industrial y la estrategia global del imperialismo no es la única obra importante que brotó de la amplia y profunda actividad investigativa de Néstor García Iturbe. Sin embargo, en el tema que nos ocupa este trabajo en particular constituye un referente inexorable para varias generaciones de investigadores cubanos, un material de obligada lectura y consulta para un amplio espectro de especialistas, profesionales, periodistas, diplomáticos, políticos, investigadores, estudiantes, profesores.

Cuando se cumplen 40 años de esta obra, la actualidad y vigencia de las tesis planteadas cons-
tituyen en su inmensa mayoría hechos validados por la historia reciente de finales del siglo XX e inicios del siglo XXI: las dinámicas y tendencias del imperialismo que describe el autor no han hecho más que profundizarse y ampliarse. En el campo particular del CMI, según todo indica, continuarán desarrollándose de acuerdo con los escenarios descritos hace ya 40 años por García Iturbe.

Al mismo tiempo, el surgimiento de este libro en el último cuarto del siglo XX plantea la necesidad de continuar realizando generalizaciones que contribuyan a incorporar colectivamente el saber y el hacer en torno a los nuevos elementos surgidos en las cuatro décadas transcurridas, etapa crítica y cambiante de la historia, parte de un proceso dialectico que no se detiene.

Solo profundizando en el conocimiento, interpretación y modelación constructiva de los complejos fenómenos políticos, económicos, sociales, ambientales, de la actual etapa de desarrollo de la civilización, podrá habilitarse la continuidad de obras como la de García Iturbe, y lo más relevante: la continuidad de su lucha por la transformación de la realidad hacia un mundo mejor, posible y necesario.

Anexo No 1. Carátula de la edición del libro, El Complejo Militar Industrial y la estrategia global del imperialismo, de Néstor García Iturbe, 1984.

Anexo No 2. Página de presentación y currículo de Néstor García Iturbe publicado en la edición del libro, 1984.

Principales fuentes bibliográficas consultadas

García Iturbe, N. (1984). El Complejo Militar Industrial y la estrategia global del imperialismo. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana.

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Papa Francisco (2023). Conferencia de prensa del Papa Francisco a su regreso de la conferencia de obispos en Marsella. Citada en: TASS, 23 de septiembre.


1 La obra fue publicada por la editorial de Ciencias Sociales.

2 Néstor García Iturbe era Contador de profesión, graduado de la Escuela de Comercio de La Habana (1962) y licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de la Habana (1982).

3 Molina Molina, Ernesto. (2018). Recordando al profesor Néstor García Iturbe: legítimo combatiente de ideas y acción. Artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Attribution-Non Commercial-No Derivatives 4.0 International.

4 Morales Domínguez, E. (2006). Imperialismo y economía militar norteamericana. El denominado complejo-militar industrial. Revista Economía y Desarrollo. No. 2/ Vol 140/ JuL-Dic. /2006.

5 Rodríguez, J. L. (2017): «Gastos militares: sigue creciendo el potencial de conflictos bélicos (I y II)», Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM), La Habana.

6 Rodríguez Hernández, L. E. (2020). Armamentismo imperialista y militarismo belicoso de Estados Unidos. Política internacional. ISRI. Revista trimestral no. 5. Enero-marzo de 2020. ISSN 2707-7330; Aproximación a la travesía del poder militarista de los Estados Unidos. Artículo. Documento.

7 Martínez Días, E. A. (2022). Las Estrategias de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de América entre 1987 y 2017. ISBN: 978-9962-740-XX-X. Ruth Casa Editorial. Calle 38 y Ave. Cuba.

8 Marrero Martínez, J. O. (2023). Complejo Militar Industrial Occidental y Complejo Defensivo Industrial de la Federación Rusa, a la luz del conflicto EEUU/OTAN contra Rusia, en Ucrania. VIII Conferencia de Estudios Estratégicos. https://www.cipi.cu; (2017). Las contradicciones en el seno de la OTAN y la “militarización de las relaciones internacionales”, una amenaza para la paz mundial (CIPI. Inédito); (2023). Complejo Militar Industrial Occidental y Complejo Defensivo Industrial de la Federación Rusa. Apuntes desde los siglos XX y XXI (CIPI-Inédito); La crítica dependencia estadounidense del uranio ruso. Octubre 29. https://www.cipi.cu

9 Dato ofrecido por Vladimir Putin durante una reciente visita al Consorcio de Defensa Aero Cósmica de San Petersburgo, Almaz-Antei, Fábrica Obujovski. AKIpress news. Youtube.18 de enero de 2023.

10 Nicolai Starikov. @nstarikovru. Canal de Telegram de RT. 27 de junio de 2022.

11 Conferencia de prensa de Francisco a su regreso de Marsella (2023). Citada en: TASS, 23 de septiembre.

12 Lipton, Erick (2023). La guerra en el Medio Oriente agrega cargas adicionales en la venta internacional de armas. The New York Times, 17 de octubre.

13 Nadana Friedrichson. Canal de Telegram de RT. 27 de mayo de 2022.

14 Makc Blumenthal. Discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Citado en: Pul N3. Canal de Telegram Soloviev Live. 3 de julio de 2023.

15 La expresión pertenece a Atilio Borón. Véase: “América Latina y el Caribe en el tablero de la geopolítica mundial”. Revista de Estudios Estratégicos. No. 01. Primer semestre de 2014. La Habana, p. 184.

16 Iturbe García no planteó como objetivo estudiar otros CMI; tampoco el Complejo Defensivo Industrial de la URSS, país que por entonces existía como Entidad nacional. Una prueba de ello es que, entre los 26 documentos que aparecen en la bibliografía consultada ninguno fue producido en la URSS, ni procede de fuentes rusas, u otros países.

17 En otro este autor abordará una propuesta sobre los antecedentes y periodización del CMI estadounidense antes de la Segunda Guerra Mundial, tomando como punto de partida finales siglo XIX, pues, como se verá, el CMI se comienza a gestar y tomar cuerpo paulatinamente con la creación de la Academia Nacional de Ciencias de los EE.UU., proceso que fue reforzado de modo significativo por la Primera Guerra Mundial, más allá de que D. Eisenhower hablara del término “Complejo Militar Industrial” en 1961.

18 García Iturbe, N. (1984). El Complejo Militar Industrial y la estrategia global del imperialismo. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, p. 116.

19 Ibídem, pp. 117-118.

20 Ibídem, p. 38.

21 Según García Iturbe las 10 compañías más importantes que entraron a trabajar para el CMI, según el año de fundación son: 1892. General Electric Company; 1925. Chrysler Corp.; 1928. Rockwell International Corporation; Raytheon Company, F.M.C. Corporation; 1932. Lockheed Corporation; 1934. Boeing Company; Unite Technologies Corporation; 1939. McDonnell Douglas Corporation; 1947. Tenneco Inc.; 1953. Litton Industries, Inc.; 1961. Martin Marietta Corporation; 1972. Hughes Aircraft Company.

22 Aparece que EE.UU. importaba el 46% del titanio que consumía, el cual venía de Australia básicamente; además importaba el 93% de la bauxita, desde Jamaica, Australia, Guinea y Surinam; cromo: importaba el 90% desde África del Sur, Turquía y Filipinas; cobalto: importaba el 90% desde Zambia, Zaire, Bélgica, Finlandia y Canadá; manganeso: importaba el 98% de su consumo desde África del Sur, Gabón, Brasil y Francia; hierro: importaba el 28% del consumo, pero aparece que para el año 2000 calculaban importar el 75%, desde Canadá, Venezuela, Brasil, Liberia; columbium: importaba el 100% desde Brasil, Canadá y Tailandia; tautalium: importaba el 96% desde Tailandia, Canadá, Malasia y Brasil. Además: importaba el 100% de la mica; el 90% del platino; el 85% del asbesto; el 81% del estaño; el 77% del níquel; el 66% del potasio y cadmio; el 62% del zinc y mercurio; el 59% del tungsteno y el 43% del antimoni. Fuente: Nelson García Iturbe (1984). El Complejo Militar Industrial y la estrategia global del imperialismo. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, pp. 99-101.

23 Marrero Martínez, J. O. (2023). La crítica dependencia estadounidense del uranio ruso. Octubre 29. https://www.cipi.cu

24 García Iturbe, N. (1984). El Complejo Militar Industrial y la estrategia global del imperialismo. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, p. 70.

25 Wright Mills, C. (1956). La élite del poder: política de los altos círculos norteamericanos. Editorial Centroamericana. 1960.