Cuadernos de Nuestra América/Nueva Época/No. 010 / enero-marzo 2024/

RNPS: 2529 /ISSN: 2959-9849/99 pp.

La política de Cuba con sus nacionales radicados en el exterior en el período 2013-2023. Implicaciones en el contexto internacional

Cuba’s policy with its nationals living abroad in the period 2013- 2023. Implications in the international context

Recibido: enero 2024.

Aprobado: febrero 2024.

Lic. Angélica María Fuentes Caraballo

Licenciada en Relaciones Internacionales por el Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García”. Maestrante en Relaciones Internacionales por el Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García”. Especialista del Ministerio de Relaciones Exteriores, La Habana, Cuba.

Email: angelicamariafuentescaraballo@gmail.com,

ORCID: 0009-0007-6345-0569

Resumen

Cuba ha mantenido una política de acercamiento continuo con sus nacionales radicados en el exterior. Al respecto, ha aplicado medidas de carácter migratorio de gran impacto en la sociedad cubana, las cuales han incidido en el aumento del flujo migratorio y en la circularidad de la migración cubana. Estos fenómenos asociados a los movimientos migratorios de los ciudadanos cubanos, han tenido implicaciones en el contexto internacional. En consecuencia, el presente artículo pretende evaluar las implicaciones, en el actual escenario internacional, de la política de Cuba hacia sus nacionales radicados en el exterior durante los últimos diez años (2013-2023).

Palabras clave: Cuba, migraciones, rondas migratorias, acerca- miento, circularidad migratoria.

Abstract

Cuba has kept a policy of continuous rapprochement with its nationals living abroad. In this regard, it has applied migratory measures with a high impact on Cuban society, which have had an effect on the increase of the migratory flow and on the circularity of Cuban migration. These phenomena associated with the migratory movements of Cuban citizens have had implications in the international context. In light of the above, this article aims to evaluate the implications, in the current international stage, of the Cuba´s policy towards its nationals living abroad during the last ten years (2013-2023).

Key words: Cuba, migration, migration rounds, rapprochement, migration circularity.

Introducción

La emigración cubana tiene características propias que la diferencian del resto de las naciones. Desde el triunfo de la Revolución en 1959, el fenómeno migratorio cubano se ha politizado con el objetivo de crear una matriz de opinión negativa hacia el país y sus principales representantes.

Durante esos primeros años que sucedieron al triunfo revolucionario, las motivaciones para emigrar tenían un fuerte componente político. Es preciso recordar que, los primeros grupos de migrantes formaban parte de la burguesía y del aparato represivo de Fulgencio Batista. Una vez radicados en Estados Unidos (EE.UU.), país de destino de gran parte de la emigración cubana en esa etapa, algunos se vincularon a actividades terroristas contra el país, incluyendo el ataque a Playa Girón.

Sin embargo, durante la década del 90 fundamentalmente, las razones para emigrar de Cuba se diversificaron, siendo el factor económico una de las principales motivaciones, debido a problemas estructurales de una economía nacional eminentemente subdesarrollada.

Con relación a su emigración, Cuba ha adoptado una política de acercamiento paulatino, continuo e irreversible hacia los cubanos residentes en el exterior. A partir del denominado Diálogo del 78, con figuras representativas de la emigración, se trabajó continuamente por lograr un mayor acercamiento a los connacionales cubanos.

Aunque se aplicaron medidas favorables a los intercambios desde entonces; a partir del año 2013, se adoptaron un conjunto de disposiciones migratorias de alto impacto social para todos. En consecuencia, el presente artículo pretende evaluar las implicaciones, en el actual contexto internacional, de la política de Cuba hacia sus nacionales radicados en el exterior durante los últimos diez años (2013-2023).

Desarrollo

El año 2013 marcó un punto de inflexión en cuanto a medidas migratorias aprobadas y su impacto en la población cubana y sus connacionales residentes en el exterior. Los cambios se reflejaron en el Decreto-Ley 302, modificativo de la Ley 1312 “Ley de Migración” aprobada el 20 de septiembre de 1976 (MINJUS, 2013).

En resumen, dentro de las principales medidas adoptadas en el año 2013 se encontraban:

• La eliminación del Permiso de Salida al exterior y la carta de invitación. Esta medida simplificaba las gestiones relacionadas con los viajes al exterior, pues un ciudadano cubano solo debía portar su pasaporte cubano válido y vigente. La entrada al país al que deseaba viajar dependería de su política interna de visado.
• La regularización de las visitas al país de los ciudadanos cubanos que emigraron, de manera ilegal, cuando eran menores de 16 años de edad.
• El aumento de la estancia en el exterior (de 11 a 24 meses). Con relación a esta medida, es importante destacar que tuvo un impacto considerable en la masa de migrantes cubanos; pues contribuyó a fomentar la circularidad de la emigración cubana y a aumentar el interés por el retorno a la nación. Al respecto, se podía viajar al exterior, establecerse con un estatus legal en el país de tránsito o destino y retornar a su país, en el plazo previsto, sin perder la residencia permanente en el territorio nacional y, por consiguiente, los deberes y derechos derivados.
• La normalización de la entrada temporal al país de quienes emigraron ilegalmente después de los Acuerdos Migratorios de 1994, siempre cumpliendo los requerimientos a tales efectos.
• La ampliación de las causales para autorizar la residencia permanente en Cuba y la Residencia en el Exterior.

En general, las medidas contribuyeron a simplificar los trámites para los cubanos interesados en viajar al exterior. En consecuencia, a partir del 2013 aumentaron considerablemente los viajes al exterior.

En el 2016, se aplicaron otro grupo de medidas relacionadas con la entrada a Cuba de cubanos en buques mercantes y cruceros (Cubadebate, 2016). En el 2018, también se pusieron en vigor nuevas disposiciones.

En esencia, se eliminó la “Habilitación” del pasaporte para los viajes a Cuba de los emigrados cubanos; se autorizó la entrada y salida a Cuba de ciudadanos cubanos residentes en el exterior en embarcaciones de recreo, a través de las Marinas Turísticas Internacionales Hemingway y Gaviota-Varadero; se permitió la entrada a Cuba de los ciudadanos cubanos que salieron ilegalmente del país, excepto aquellos que lo hicieron a través de la Base Naval de los EE.UU. en Guantánamo; y se eliminó el requisito de avecindamiento para que los hijos de cubanos residentes en el exterior, que hubiesen nacido en el extranjero, pudiesen obtener la ciudadanía cubana y su documento de identidad (Cubadebate, 2018).

Esta última medida, de una gran sensibilidad, contribuyó a agilizar los trámites para que los hijos de cubanos nacidos en el exterior, pudiesen adquirir sus documentos de identidad, principalmente en aquellos países que, por su legislación interna, no contemplaban el nacimiento en su territorio como derecho para adquirir la ciudadanía. En esas condiciones, los nacidos en el exterior podían estar en condición de apátridas.

Asimismo, al eliminarse el requisito de avecindamiento, aumentó el interés de los cubanos radicados en el exterior de iniciar procesos de solicitud de ciudadanía cubana a sus hijos nacidos en el extranjero.

El 16 de mayo de 2023 se anunció otro grupo de medidas que se pusieron en vigor a partir del 1 de julio de 2023. Estas últimas disposiciones tuvieron una gran acogida en la masa de migrantes cubanos, pues daban respuesta a demandas de antaño. Estas fueron:

• Extender la validez del pasaporte corriente de seis (6) a diez (10) años, para los ciudadanos cubanos con dieciséis (16) o más años de edad, y fijarla en cinco (5) años para los menores; eliminar el requisito de prorrogar los pasaportes cada dos (2) años; y disminuir el costo de los trámites asociados a los pasaportes en los consulados.
• Equiparar el tiempo de estancia en Cuba de los cubanos residentes en el exterior y sus familiares extranjeros (cónyuges e hijos), durante su estancia en el país.
• Establecer, para las personas que emigraron antes del 1 de enero de 1971, el requisito de presentar su pasaporte cubano para ingresar a Cuba; conforme a lo establecido en la Constitución de la República, aprobada en 2019 en referéndum popular.

La aprobación de las medidas antes referidas contribuyó al acercamiento de Cuba con su nacionales radicados en el exterior. La política migratoria cubana ha demostrado, por tanto, una continuidad y la voluntad del país de construir una nación con todos.1

El 18 y 19 de noviembre de 2023, se desarrolló en La Habana la IV Conferencia Nación y Emigración. Al evento asistieron 371 cubanos residentes en 56 países2 (Fonseca Sosa & Calvo Ochoa, 2023).

La Conferencia contribuyó al debate entre cubanos residentes en el exterior y las autoridades gubernamentales del país. Se compartieron experiencias de vida y posibilidades de perfeccionar la economía cubana, además de discutir cuestiones de inconformidad y trasladar algunas dudas.

Aunque se suele asociar la política de Cuba hacia su emigración únicamente con la puesta en práctica de medidas de carácter migratorio; en el panorama legislativo cubano se contempla la participación de los connacionales en las actividades económicas del país.

Al respecto, la Ley de la Inversión Extranjera, publicada en la Gaceta Oficial en el 2014, en sus conceptos define como inversionista extranjero a: la “persona natural o jurídica, con domicilio y capital en el extranjero, que participa como accionista en una empresa mixta o participe en una empresa de capital totalmente extranjero o figure como parte en un contrato de asociación económica internacional” (Gaceta Oficial, 2014).

Por tanto, el ciudadano cubano, residente en el exterior, con domicilio y capital totalmente extranjero, puede actuar como inversor en el país.

Esta es una posibilidad acorde a la práctica internacional, pues como migrantes, los cubanos, en la medida de sus posibilidades, se insertan a la vida laboral, económica y social en sus países de destino, pudiendo adquirir residencia permanente o ciudadanía de ese país y, posteriormente, participar en el desarrollo económico de Cuba como inversionistas extranjeros o como parte de proyectos de inversión extranjera.

Por otra parte, la posibilidad de los cubanos de permanecer en el exterior de forma ininterrumpida por 24 meses, sin perder la residencia permanente en el territorio nacional, contribuye a la circularidad de la emigración. En esencia, desarrollan su vida en el exterior y, al mismo tiempo, pueden participar activamente en las cuestiones internas de Cuba.

Con relación a lo anterior, las leyes aprobadas en el 2021 sobre la actividad por cuenta propia y la creación de las micro, pequeñas y medianas empresas, constituyen igualmente incentivos para atraer a cubanos que radican en el extranjero, pero conservan su residencia permanente en Cuba, a participar en negocios en el país, aportando las materias primas necesarias y, de esa manera, contribuir a dinamizar la economía.

Por supuesto, los resultados de la aplicación acertada de la política cubana hacia su emigración dependerán de la integralidad y coherencia tanto en Cuba como en el exterior. Al respecto, el trabajo de los consulados es fundamental.

A pesar de la voluntad política continua del gobierno cubano de acercarse a su emigración, el odio incentivado y patrocinado, fundamentalmente desde EE.UU., contra el proceso revolucionario cubano, ha determinado que parte de la emigración cubana adopte una posición contrarrevolucionaria, con discursos agresivos que incentivan el resentimiento y la enemistad. Estas muestras anticubanas se han manifestado en:

• El ataque mediático a figuras públicas e instituciones gubernamentales cubanas y el descrédito a los funcionarios públicos.
• El asedio a las misiones diplomáticas cubanas y a sus funcionarios, así como constantes manifestaciones frente a sus sedes oficiales.
• Reclamos ante Organismos Internacionales e instituciones con el objetivo de generar una opinión negativa sobre Cuba y, en consecuencia, tomar acciones ilegítimas contra el país.
• La intimidación a amigos de la solidaridad y cubanos con actitudes de apoyo a la Revolución.
• El incentivo desde el exterior a llevar a cabo actos violentos contra y dentro de Cuba.
• Campañas de mentiras dirigidas a distorsionar la realidad nacional y desestimular la entrada de viajeros a Cuba.
• Apoyo a candidatos que sostengan una retórica agresiva contra el país.

Ciertamente, su accionar busca intimidar a cubanos que residen igualmente en el exterior y tienen interés en profundizar los vínculos con su nación de origen. Al mismo tiempo, intentan influir en esferas gubernamentales en los países donde radican para desestimular cualquier acercamiento que tribute al desarrollo de Cuba.

Ante las campañas de odio, amigos solidarios de la Revolución y nacionales radicados fuera del país, con posiciones abiertamente revolucionarias, actúan para contrarrestar la incidencia negativa de estos grupos.

Sus esfuerzos se concentran en la emisión de declaraciones a favor de Cuba, la condena a la injusta política estadounidense hacia la Isla, el envío de donativos al país durante situaciones de necesidad, la presentación de mociones en estructuras gubernamentales en apoyo a Cuba,3 entre otras iniciativas. En estas acciones, participan por igual cubanos y extranjeros.

Implicaciones en el contexto internacional

Aunque la política de Cuba hacia su emigración responde a cuestiones internas del país, sus resultados tienen expresión en otras naciones; pues a partir del aumento el flujo migratorio, comienzan a desarrollarse otras problemáticas asociadas al Derecho Internacional. El establecimiento de ciudadanos cubanos en otros países, en calidad de residentes permanentes o ciudadanos en ese país, implica nuevas soluciones ante posibles conflictos de intereses.

A partir de la aprobación de medidas migratorias, ha aumentado considerablemente la cantidad de migrantes cubanos, lo cual incide en las relaciones de Cuba con los países de tránsito y destino.

Adicionalmente, la política estadounidense de fomento de una emigración irregular, insegura y desordenada hacia esa nación y la politización del tema migratorio cubano, han provocado momentos de tensión entre Cuba y otros países del área. Al respecto, en el año 2015, se produjo una situación migratoria compleja con los migrantes cubanos en su tránsito por América Central con destino a EE.UU.

La vigencia, en aquel entonces, de las políticas estadounidenses de “pies secos-pies mojados”, el Programa de Permisos para Profesionales Médicos Cubanos y la Ley de Ajuste Cubano,4 fomentaba el flujo irregular de los connacionales cubanos hacia el país norteño,5 en virtud de su “tratamiento diferenciado” con relación al resto de los migrantes que arribaban a territorio estadounidense.

En paralelo, al existir en aquel momento políticas migratorias flexibles para la entrada a determinados países de Centroamérica y el Caribe, estos se convertían en punto de partida de un flujo irregular de cubanos por la región, los cuales se aventuraban a un tránsito por varios países del área.

La inserción de los migrantes cubanos en el recorrido irregular por la región centroamericana y caribeña, aumentaba la vulnerabilidad de estos, al estar expuestos a la trata y al tráfico de personas. Además, el cierre de fronteras por parte de Nicaragua, complejizó la situación, pues se concentraron los migrantes cubanos en la frontera entre Nicaragua y Costa Rica.

Contrastaba el derecho de los cubanos a emigrar, el cual habían ejercido de forma legal y ordenada, al salir de Cuba como estaba establecido (con su pasaporte válido y vigente y el visado correspondiente, en el caso de ser requerido), con el derecho de los países centroamericanos y caribeños de controlar el flujo de migrantes por su territorio.

Cuba, durante las conversaciones bilaterales y multilaterales para buscar una solución rápida y adecuada a la situación generada, condenó la politización del tema migratorio y los incentivos (excepcionales para los cubanos) para emigrar hacia EE.UU. de forma irregular. Al mismo tiempo, ratificó su voluntad de recibir a sus ciudadanos, mientras hubiesen salido legalmente del país y cumpliesen con la legislación migratoria vigente, sí así lo deseaban.

Por otra parte, al viajar al exterior, los migrantes cubanos buscan alternativas para establecer un estatus migratorio legal en los países de tránsito y/o destino. Al respecto, destacan las solicitudes de asilo y refugio como mecanismos recurrentes para adquirir residencia permanente o ciudadanía en los países receptores.

Al ser figuras jurídicas internacionales, tienen un componente político subyacente, pues se otorga a personas que, supuestamente, son víctimas de conflictos armados, violencia generalizada o violaciones de los derechos humanos, que no es el caso de Cuba.

Para llegar a entendimientos, crear un marco legal que permita el flujo regular, ordenado y seguro de los migrantes por los países de tránsito y de destino y canalizar los problemas que puedan surgir en cuestiones migratorias, Cuba celebra periódicamente Rondas Migratorias. Este mecanismo ha posibilitado abordar, de forma bilateral, asuntos de interés mutuo relacionados con los migrantes de ambos países y evitar puntos de fricción en las relaciones entre los países concernidos.

Incluso, a pesar de la política estadounidense de fomento de la emigración irregular, existen acuerdos migratorios con ese país y con otros de la región de América Latina y el Caribe que facilitan el retorno de los migrantes cubanos a su país.

Al mismo tiempo, Cuba participa de forma activa en los debates multilaterales en Naciones Unidas en defensa de sus migrantes. Algunas de las posiciones sostenidas en esta materia han sido:

Denunciar el subdesarrollo, la pobreza y la exclusión social como causas estructurales que fomentan la emigración.

Destacar la necesidad de la cooperación internacional en el combate a delitos asociados a la trata y tráfico internacional de personas.

Manifestar preocupación por prácticas discriminatorias contras los migrantes de baja calificación y sus familiares, al tiempo que se estimula la migración de personal altamente calificado (práctica reconocida bajo la denominación “robo de cerebros”).

Denunciar los maltratos y violaciones de los derechos humanos y laborales de los migrantes.

Denunciar la permanencia de la Ley de Ajuste Cubano como estímulo a la migración irregular.

Recientemente, se celebró en La Habana un taller para el análisis de los escenarios de la migración internacional de Cuba y la presentación de proyectos de cooperación con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Algunos de los temas que se debatieron fueron: “la connotación social de este fenómeno, el desarrollo de los procesos de retorno, las actitudes políticas de los cubanos en el exterior y los asuntos económicos que impactan y son impactados por la migración” (OIM-Oficina Regional para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe, 2023). Como dato adicional:

(…) desde 2018 el país es signatario del Pacto Mundial para la Migración (PMM) para una migración segura, ordenada y regular; y en 2020 la OIM se insertó por primera vez en el Marco de Cooperación del Sistema de Naciones Unidas en Cuba (…) en 2022, se creó la Red de las Naciones Unidas sobre Migración, para apoyar al gobierno cubano en la implementación, seguimiento y revisión del PMM. (OIM-Oficina Regional para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe, 2023)

Conclusiones

La emigración cubana es un fenómeno complejo de especial atención. Desde el triunfo de la Revolución, el tema migratorio se ha politizado por parte de EE.UU. en su política de hostilidad hacia Cuba.

El trato preferencial que tienen los migrantes cubanos en EE.UU. y las reducidas capacidades para emigrar hacia ese país por vías legales, han conllevado a que estos se inserten en flujos migratorios irregulares e inseguros, con las consiguientes implicaciones políticas en los países concernidos y los riesgos para la vida, al convertirse en víctimas de trata y tráfico de personas.

En contraste, Cuba ha ratificado en los foros inter- nacionales su posición de proteger a sus migrantes y ha condenado las formas discriminatorias de los países de elegir a los migrantes.

Por su parte, la política cubana hacia sus nacionales en el exterior ha estado encaminada al constante acercamiento. Para ello, ha aplicado un conjunto de medidas que facilitan los viajes de cubanos al exterior y el retorno a su nación, así como la participación en la vida económica del país. Al articularse tales legislaciones, con la práctica, de una forma coherente se logra incentivar la participación de los connacionales en el desarrollo socio-económico nacional. No obstante, a pesar del acercamiento continuo de Cuba con su emigración, existen cubanos en el exterior adversos al proceso revolucionario, que intentan por diversas vías incentivar el odio hacia la Isla y sus representantes.

En definitiva, constituye un reto lograr acercar a la masa de migrantes cubanos para, entre todos, perfeccionar el modelo socialista cubano de desarrollo. En esa tarea, las misiones cubanas en el exterior desempeñan un papel fundamental.

Referencias Bibliográficas

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