Cuadernos de Nuestra América/Nueva Época/No. 014 / enero-marzo, 2025/
RNPS: 2529 /ISSN: 2959-9849/ 269 pp.
Análisis epistémico sobre la visión china de una comunidad de futuro compartido
Epistemic analysis on the Chinese vision of a Shared Future Community
Dr. C. Ruvislei González Sáez
Doctor en Ciencias Económicas (2015). Jefe del Programa Sectorial de Relaciones Internacionales. Investigador Titular y miembro del Consejo Científico del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI). Profesor Titular del Instituto Superior de Relaciones Internacionales. Coordinador nacional de la sección cubana de la Asociación Latinoamericana de Estudios sobre Asia y África (ALADAA).
ORCID: 0000-0001-6805-365X.
e-mail: ruvislei@gmail.com
Fecha de recepción: noviembre de 2024.
Fecha de publicación: abril de 2025.
Resumen
Desde el ascenso de Xi Jinping como secretario general del Partido Comunista de China (PCCh) a finales de 2012 y posteriormente como presidente, en marzo de 2013, se ha promovido el concepto de la Comunidad de Futuro Compartido, aunque este se había lanzado ya con anterioridad. En los últimos diez años el país asiático ha implementado una serie de iniciativas que parecen diferentes, pero todas se encuentran enmarcadas bajo el concepto antes mencionado. El análisis de este debe hacerse teniendo en cuenta las propias particularidades nacionales desde un enfoque histórico concreto. Tradicionalmente, los estudios extranjeros sobre China se han desarrollado desde los análisis de la teoría occidental de las relaciones internacionales, aunque ya comienzan a abordarse otros desde las propias teorías chinas, que ayudan a comprender y sustentar los fundamentos del comportamiento de la China de hoy. Existen diversas interpretaciones y aún permanecen algunas incógnitas sobre ello. La visión que ofrece China al mundo en medio de una compleja situación internacional es una propuesta atrayente y sobre la base de principios universales en lo que tienen cabida países pequeños y no desarrollados. El artículo se propone realizar una primera aproximación teórica sobre el enfoque integral de comunidad de futuro compartido y cuál es el significado de esta para la conformación de un nuevo orden internacional.
Palabras claves: China, Xi Jinping, comunidad de futuro compartido, política exterior, Tianxia.
Abstract
Since the rise of Xi Jinping as general secretary of the Communist Party of China (CPC) at the end of 2012 and later as president in March 2013, the concept of the Community of Shared Future has been promoted, although it had already been launched previously. In the last ten years, the Asian country has implemented a series of initiatives that seem different, but all of these are framed under the aforementioned concept. The analysis of this must be done taking into account the national particularities from a specific historical approach. Traditionally, foreign studies about China have been developed from the analysis of Western theory of international relations, although others are beginning to be addressed from Chinese theories themselves, which help to understand and sustain the foundations of the behavior of today's China. There are various interpretations and there are still some unknowns about it. The vision that China offers to the world in the midst of a complex international situation is an attractive proposal based on universal principles in which small and undeveloped countries have a place. The article aims to make a first theoretical approach to the comprehensive approach of the Community of Shared Future and what its meaning is for the formation of a new international order.
Keywords: China, Xi Jinping, Community of Shared Future, foreign policy, Tianxia.
Introducción
En los últimos años, se promueve con mayor frecuencia desde China el término comunidad de futuro compartido. No son pocos en el resto del mundo los que se preguntan sobre su interpretación. Entender la conceptualización de la categoría comunidad de futuro compartido, requiere un análisis que implica tener en cuenta a su vez, la integralidad de los elementos históricos, filosóficos y socioculturales, que han estado incidiendo en el pensamiento de los principales líderes de China en los últimos tiempos, así como en la visión de su actual máximo líder, Xi Jinping. No puede haber un hoy, sin analizar lo que sucedió ayer, por tanto, la quinta generación de líderes chinos, es parte de un proceso de desarrollo en el que se puede partir desde la propia visión de Mao Zedong sobre la nación asiática y su lugar en el mundo.
Para ello es importante hacerse la siguiente pregunta ¿por qué el concepto de comunidad de futuro compartido? Hay que destacar que el ascenso de China como segunda economía global, a partir de 2009, es un hecho inobjetable, que despertó las alarmas de las grandes potencias occidentales, especialmente los Estados Unidos. Era el momento justo, ante un cambio generacional y de un nuevo lugar en el mundo, para ajustar y emprender una nueva actitud en política exterior. Tras el xviii Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh), en el que Xi Jinping asciende como secretario general de ese órgano político en noviembre de 2012, condujo al inicio de una nueva proyección internacional china en la que este concepto tiene un lugar central hasta la actualidad.
La idea de crear una "comunidad de destino compartido" apareció oficialmente en septiembre de 2011, en el Libro Blanco sobre el desarrollo pacífico, confirmado más tarde en el discurso de Wen Jiabao en la xiv Cumbre China-Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés) y repetido por Hu Jintao en el discurso de apertura del xviii Congreso Nacional del PCCh en 2012, en el que se perfeccionó la expresión con la fórmula "comunidad humana con un futuro compartido". Fue posteriormente refinado por Xi Jinping en su célebre discurso de 2015, con motivo del 70 aniversario de las Naciones Unidas, "construir una comunidad de destino compartido para la humanidad”, que incluye cinco contenidos: asociación política, seguridad, desarrollo económico, intercambios culturales y medio ambiente. Esta perspectiva se hizo eco en el discurso de Naciones Unidas en Ginebra, en enero de 2017, y la idea de la necesidad fundamental de "construir una comunidad con un futuro compartido" fue confirmada en octubre del mismo año en el Informe a la xix Conferencia Nacional del PCCh e insertado, por medio del “Pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era”, en la Constitución china con la reforma de marzo de 2018 (Staiano, 2022).
No obstante, es importante destacar los antecedentes que conducen al momento y lugar de esta importante visión china. Posterior a la muerte de Mao Zedong, en la década de los ochenta del pasado siglo, y en medio de los primeros éxitos de las reformas en el campo, Deng Xiaoping comenzó a advertir el sentido de una nueva etapa económica y política del mundo capitalista que podía ser aprovechada para el desarrollo del socialismo en China. Todo dentro de lo que se denominó “modernización socialista”, enmarcada en los campos de la agricultura, la industria, el Ejército, y la ciencia y la tecnología, con el fin de incrementar el desarrollo económico y las fuerzas productivas (Rodríguez, 2023; p. 72).
El proceso de desarrollo de la proyección externa china desde su fundación a la actualidad ha tenido momentos de continuidad y también de rupturas. Hasta los días de hoy se puede seguir hablando de la defensa de los cinco principios de coexistencia pacífica, promovidos por el entonces primer ministro chino, Zhou Enlai, en 1953. Los cinco principios: respeto mutuo de la integridad territorial y la soberanía, no agresión, no interferencia en los asuntos internos, igualdad y beneficio mutuo, y coexistencia pacífica, han sido guía básica independientemente
de la modalidad de proyección externa que asumieron las generaciones posteriores de líderes chino hasta la actualidad.
El primer período de gobierno de Hu Jintao entre 2003 y 2007, comprendió en su mayor parte el debate sobre las cuestiones, que incluían tres fases diferenciadas: la aparición de la teoría del ascenso pacífico de China entre 2002 y 2003; la discusión sobre el uso del concepto de “ascenso pacífico” y su sustitución por la doctrina del “desarrollo pacífico” de China entre 2004 y 2005, y a partir de 2004, el uso creciente de los términos “sociedad armoniosa” (política interior) y “mundo armonioso” (política exterior) como partes de una misma edad (Rodríguez, 2023; p. 81).
La teoría de las relaciones internacionales en la nueva visión china
Desde la década de los noventa del siglo pasado, China ha mantenido la postura de los 24 caracteres de Deng Xiaoping: (“冷静观察,站稳脚跟,沉着应付,韬光养晦,善于守拙,绝不当头。”) observar con calma, asegurar nuestra posición, lidiar con asuntos tranquilamente, ocultar nuestras capacidades y esperar nuestro tiempo, ser bueno en mantener un perfil bajo y nunca reclamar liderazgo (Geis y Holt, 2009).
A partir del período 2008-2009, se produjo un hecho que incidió sobre el sistema internacional y comenzó a abrir paso a un nuevo camino en las estructuras del orden económico y financiero vigente hasta ese momento. China se convirtió en la segunda economía a nivel mundial y desplazó a Japón al tercer lugar. Tras la celebración del xviii Congreso Nacional del PCCh, y el ascenso de Xi Jinping como máximo líder, se produjeron nuevos cambios en el enfoque de la política exterior a partir del año 2013, en el que sale a la luz el concepto de Comunidad de Futuro Compartido y un año después, en 2014, el mandatario chino promovió el concepto de una diplomacia de gran país con características propias. Todo ello conduce a preguntarse ¿cuál es el enfoque de análisis desde la visión china de una Comunidad de Futuro Compartido? Teniendo en cuenta su gran cultura milenaria, lo que fue un gran imperio que después fue humillado, cómo vuelve a renacer y se proyecta con gran espíritu hacia 2049, para convertirse en una nación “poderosa, socialista y próspera”; hoy sus líderes se preguntan ¿de dónde venimos? ¿dónde estamos? ¿adónde queremos ir?
En 2013, a partir de una posición más proactiva en el escenario internacional el propio secretario general del PCCh y presidente de China, Xi Jinping comienza a manifestar en sus discursos en el exterior, la necesidad de visualizar una nueva concepción del mundo. En este escenario no solo coincide, sino que comienza a promover los principios de una nueva multipolaridad, que se ajusta no solo a la visión china, sino también al de la mayoría de las naciones subdesarrolladas, independientemente del tamaño del país. No es casual que se lanzara en ese mismo año una de las iniciativas más relevantes presentadas por Beijing, la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR).
En la visita de Xi Jinping al Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, en marzo de 2013, expresó:
Todos los países, independientemente del tamaño, la fuerza y la riqueza, son iguales […]. Todos los países, al tiempo que persiguen su propio desarrollo, deben facilitar activamente el desarrollo común de todos los países. No puede haber desarrollo sostenible en el mundo cuando algunos países son cada vez más ricos y ricos mientras que otros languidecen en la pobreza y el atraso prolongados […]. A medida que las tendencias de la multipolaridad mundial y la globalización económica crecen y las de la defensa de la diversidad cultural y la aplicación de la tecnología de la información en la vida social siguen progresando, la humanidad nunca ha sido mejor bendecida con oportunidades de avanzar hacia la paz y el desarrollo. Y la cooperación mutuamente beneficiosa proporciona la única manera práctica de lograr tal objetivo (Xi, 2013).
La valoración de las relaciones internacionales desde una perspectiva china debe considerar la integración de elementos de fuerte arraigo cultural, como el caso del confucianismo, desde el cual se torna posible comprender la aspiración de construir un orden global “armonioso”, como lo propone la doctrina del “ascenso pacífico” bajo la cual China inició su resurgimiento. De este modo, deben integrarse ideas fundamentales en la cultura china como las relaciones basadas en la construcción de redes sociales, aplicables en todos los ámbitos (económicos, comerciales, entre otros), como conductos e instrumentos de política internacional. En esta línea es posible entender los esfuerzos de la República Popular China por construir iniciativas conjuntas direccionadas, pero no unilaterales, como la “Franja y la Ruta”, inicialmente conocida como la “Nueva Ruta de la Seda”, al igual que las acciones de cooperación no reembolsable (Martínez Piva, 2024).
Desde estas consideraciones, el análisis de la política exterior china parece responder de mejor manera al enfoque constructivista. No obstante, la creciente asertividad de la política exterior, la cual surge de la doctrina del “sueño chino” y que hace énfasis en retomar el lugar de liderazgo y respeto que le corresponde al país en el concierto de las naciones, podría señalar un giro hacia el realismo diplomático. A su vez, la asertividad del Estado chino debe considerarse en el marco conceptual que ofrece el esquema de pensamiento Tianxia; literalmente “todo bajo el cielo” para explicar las relaciones internacionales. En esta acepción, el orden mundial se visualiza como un sistema caracterizado por la armonía y la cooperación, mejor entendido bajo el concepto de racionalidad relacional inmersa en la “noción confuciana de ren”, según la cual una entidad solo puede definirse en relación con otras, no mediante la existencia individual. Bajo este concepto, existencia presupone coexistencia (Martínez Piva, 2024).
El análisis de las relaciones internacionales actuales está permeada por la casi absoluta totalidad de teorías desde la visión eurocentrista u occidental en sentido general. Las principales corrientes teóricas que vienen generando debates epistemológicos en relación con las relaciones internacionales se enfocan en siglos más recientes. Si se habla de las corrientes del liberalismo o idealismo político, estos se enfocan entre 1920 y 1940, o el realismo político.
Si se analiza en sentido general, es en la década de los treinta del siglo pasado, cuando las relaciones internacionales se afirman como disciplina científica (Rodríguez Hernández, 2017). A menudo, en los últimos años hemos escuchado un incremento del uso de la categoría filosófica china del Tianxia, sin embargo, no ha sido parte del estudio dentro de las teorías de las relaciones internacionales a nivel universal. Este sistema chino demuestra que es milenario y no es nuevo, y que una vez más el dominio de Occidente no solo en el control económico o político por medio de sus diversas instituciones establecidas tras Bretton Woods, sino que también impusieron sus corrientes de pensamientos y estas solo dieron margen a una escuela diferente, pero aun así con visión occidental como la del marxismo-leninismo.
China ha aportado concepciones científicas en diversos campos a nivel global y sin embargo, no se han encontrado dentro de los programas de las asignaturas relacionadas con teoría política, relaciones internacionales u otras el estudio de las diferentes escuelas de pensamiento chinas, incluso en Cuba.
El sistema Tianxia surge de una historia muy distinta a la de otros modelos antiguos de imperio o Estado, como la República griega o el Estado-nación europeo. El sistema griego, por ejemplo, se centraba en la idea de la polis, o ciudad-estado, y en la que había una clara distinción entre los distintos estados, entre la vida privada y el ámbito público, y entre el individuo y el estado. Por el contrario, la idea de Tianxia no tiene ni “dentro” ni “fuera”, sino que define un todo unido por el gobierno del Hijo del Cielo. El marco político de las civilizaciones occidentales se basa en una estructura en la que el individuo es el sujeto político básico y el Estado-nación, a menudo definido étnicamente, es la mayor unidad política soberana. Sin embargo, según la filosofía política china, la familia, más que el individuo, es la unidad política más pequeña y la Tianxia es el nivel superior, trascendiendo el nivel del Estado (Dongsheng, 2023).
En la concepción de la Tianxia, cada individuo tiene responsabilidad y relación con una humanidad más grande. En la tradición confuciana, se le da énfasis al individuo, principalmente, en la práctica del aprendizaje, altamente valorada, y en el autocultivo al servicio de la familia, el Estado y el mundo. Esta tradición ha sido incorporada por los comunistas chinos en la praxis de “crítica y autocrítica”. La Tianxia no solo se articuló en la tradición confuciana, sino que se extendió a otras escuelas de pensamiento chinas. Por ejemplo, Mozi (墨子, mòzi, 470-391 a.C.), fundador del mohismo durante el período de las Cien Escuelas de Pensamiento (百家争鸣, bǎijiā zhēngmíng), es uno de los filósofos chinos que más escribió sobre Tianxia, utilizando esta palabra más de cuatrocientas veces en sus obras. Textos posteriores de Mencio, Xunzi (荀子, xúnzi) y Han Feizi (韩非子, hánfēizi) se referían al ideal cultural común de un territorio unificado con un único gobernante (Dongsheng, 2023).
Según Confucio, el sistema Tianxia es voluntario y no coercitivo. Los Estados que se encuentran fuera de la Tianxia pueden participar en ella, si lo consideran beneficioso para ellos, siempre que sigan de manera voluntaria los marcos y criterios del sistema, es decir, las “formas y normas” (礼乐, lǐyuè, que literalmente significa ritos y música). Confucio sugirió que la forma de atraer a personas ajenas a la Tianxia es satisfacer las necesidades de las personas que ya están dentro de él (Dongsheng, 2023). Tianxia es, pues, una cosmovisión racional. En la teoría del juego, es la mejor concepción de una estrategia inestable o una estrategia evolutiva estable. Y es precisamente lo que el mundo necesita hoy en esta coyuntura histórica (Zhao, 2018).
Si se analiza el enfoque de la IFR que es parte de esa gran concepción china de la Comunidad de Futuro Compartido, podría estar en sintonía con las prácticas del Tianxia. Xi Jinping ha logrado promover dos elementos importantes que podrían considerarse, importantes aportes. Uno ha sido la visión de la sinización del marxismo en la que no solo se contempla las prácticas enfocadas en el materialismo dialéctico con su enfoque lógico e histórico, sino que a la vez promueve el vínculo entre las milenarias y tradicionales teorías chinas con las actuales dentro del marxismo. A la vez promueve internacionalizar esta forma de pensamiento sobre la base de un beneficio común universal. Tal como se ha expresado, este sistema promueve acciones voluntarias y no coercitivas, lo que abre una nueva era en la proyección de la política exterior china bajo el mandato de Xi Jinping.
Lo más interesante es que el sistema Tianxia no entra en contradicción con el socialismo, camino hacia la fase superior del comunismo, cuando plantea dos elementos interesantes, la abolición del Estado y la desigualdad, creando un mundo común para todos. China hoy se encuentra en un proceso de transición hacia el socialismo, pero utiliza en la práctica concepciones con características chinas en un marco de la heterogeneidad socioeconómica y, a su vez, promueve en la práctica elementos del socialismo y la visión leninista del Capitalismo Monopolista de Estado. En vísperas de la Revolución de Octubre, en su ensayo “La catástrofe que nos amenaza y cómo combatirla”, Lenin valoró de forma ineludible, que :
El socialismo no es más que el paso siguiente después del monopolio capitalista de Estado. O en otros términos, el socialismo no es más que el monopolio capitalista de Estado puesto al servicio de todo el pueblo y que por ello, ha dejado de ser monopolio capitalista (Lenin, 1973).
La connotación ideológica del concepto de una comunidad con un futuro compartido para la humanidad se basa en el marxismo. Según Carlos Marx, la sociedad humana debería pasar del capitalismo al comunismo. Por supuesto, este proceso está lejos de ser corto, pero la humanidad no debe renunciar a los esfuerzos para perseguir este noble ideal. El concepto de Xi Jinping de una comunidad con un futuro compartido para la humanidad es la práctica de la nueva era de la noción de Marx de “una comunidad real”. La connotación ideológica del concepto de una comunidad con un futuro compartido para la humanidad también está profundamente arraigada en los profundos significados de las tradiciones culturales consagradas por el tiempo de China. Por ejemplo, desde la Antigüedad, la armonía ha sido la esencia de la cultura china y ha nutrido los puntos de vista del pueblo chino con respecto a las interacciones sociales, las relaciones humanas, las relaciones internacionales y la relación hombre-naturaleza. Estos puntos de vista están vívidamente representados por máximas chinas tan conocidas como: “la naturaleza y el hombre en uno” (天人合一); “todas las naciones deben vivir en armonía” (协和万邦); “armonía en la diversidad” (和而不同); “Sé siempre amable” (人心向善); “la rectitud es esencial” (义以为上); etc. (Jiang, 2023).
No se puede hablar de que el enfoque de política exterior y el lanzamiento de la Comunidad de Futuro Compartido se ajusten a una visión de una única escuela, pero el lanzamiento de este precepto debe entenderse como un vínculo de la visión de modernización china hacia dentro y hacia afuera. Lograr consolidarse como una nación “socialista”, “próspera” y “moderna” implica el vínculo y el trabajo conjunto de diversas escuelas de pensamiento. No obstante el liderazgo y el pensamiento de Xi Jinping, como máximo líder, es crucial su forma de actuar, la cual tiene puntos de contactos, pero también se aleja en algunos preceptos de sus predecesores Jiang Zeming o Hu Jintao.
Autores chinos plantean que, con la llegada de Xi Jinping al poder, China ha ajustado su política exterior hacia la “búsqueda de logros”, estrategia que sería la más adecuada para lograr la meta del rejuvenecimiento nacional, considerando que: una potencia en ascenso no puede acumular su credibilidad estratégica global sin brindar protección de seguridad y los beneficios económicos de otras naciones, especialmente sus vecinos. Mientras que el KLP (keeping a low profile), que mantiene un perfil bajo, se centra exclusivamente en el desarrollo económico de China por medio de la cooperación económica; la estrategia SFA (striving for achievement), que se esfuerza por alcanzar logros, tiene como objetivo hacer más amigos y permitir que otros se beneficien del crecimiento de China (Yan, 2014).
Teniendo en cuenta lo antes abordado y dado el enfoque de China por medio de la promoción de una comunidad de futuro compartido y su vínculo con otros conceptos promovidos por esta nación asiática, el autor coincide con Margueriche (2019):
[...] el Tianxia es un concepto teórico que permite abarcar un espacio de amplias dimensiones donde la relación interestatal como la conocemos debe repensarse con otras lógicas. China está proponiendo una gobernanza global que logre salir de las ya conocidas formas de dominación. Busca conferir a los diferentes territorios de una lógica extraterritorial al construir nuevas relaciones. La dotación de infraestructura a muchos territorios podría generar círculos virtuosos y nuevas sinergias territoriales. De esta manera, se busca promover, en menor escala, la cooperación y solidaridad entre lugares. […]. Ahora bien, el contexto internacional viene nutriéndose de lógicas tradicionales de organización global, en las cuales las potencias son las que rigen la autoridad moral y política, lo que da lugar a relaciones asimétricas y verticalistas. China, por medio del Tianxia, intenta “romper” estas estructuras, proponiendo nuevas formas de articular los poderes (Margueriche, 2019).
Xi Jinping, cambios en el enfoque de política exterior y la comunidad de futuro compartido
En su proyección de una comunidad de futuro compartido, China ha enfocado una visión integral que se asocie en su relación visión-estrategia-resultados. Para ello el enfoque de política exterior centrado en este concepto, implica el despliegue de cuatro iniciativas que no pueden verse de manera separada, sino integradas con los propios cuatro objetivos de una Comunidad de Futuro Compartido. Dialécticamente existe una correlación entre enfoque de desarrollo interno mediante la modernización socialista china y la proyección externa, exportando sus sobrecapacidades generadas por medio de las iniciativas existentes.
Todos estos elementos expresados, no entran en contradicción con los intereses y la proyección interna de China, se ajusta a conceptos como el Tianxia, el sueño chino, pero ya como una gran visión que engloba todo el modelo y su visión integrada en la comunidad de futuro compartido que bajo esta visión se encuentran las diversas iniciativas globales chinas.
Además, la comunidad de destino compartido no es solo un modelo teórico. Su materialización ha sido múltiple a nivel local, regional y global. De hecho, el desarrollo interno de China ha traído consigo no solo una mejora económica, sino también jurídica. Entre los ejemplos de este notable salto cualitativo en la legislación china, el mayor es la implementación de un "Estado de Derecho" y la adopción de un Código Civil de última generación (Staiano, 2022).
China requiere de una paz global, para poder ascender a una mayor velocidad y cumplir con sus propios objetivos. Necesita fomentar la cooperación y de esta manera ajustar las estructuras que no ha logrado modificar. Para ello desarrolla la IFR, que está en consonancia con el objetivo de la comunidad de futuro compartido, construir un futuro más hermoso, mientras la Iniciativa de Desarrollo Global está en completa correspondencia con el objetivo de construir un futuro de desarrollo y prosperidad; la Iniciativa de Seguridad Global es construir un futuro de paz y tranquilidad, y la Iniciativa Civilizatoria Global en construir un futuro de imparcialidad y justicia. Este último sobre la base de respetar las diversas culturas y civilizaciones, más allá del país y su tamaño, tiene una cultura y también debe tener una voz y un voto en el sistema internacional.
En el actual escenario, China reconoce la compleja situación internacional. Intentó modificar en el marco de los organismos existentes la correlación de fuerzas y enfrentó la oposición occidental, especialmente la de Estados Unidos, cuando trató de obtener mayores cuotas en el Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional e incluso ha cuestionado la posición del actual Consejo de Seguridad y el reparto de sus miembros permanentes.
China ante ese frente, a partir de 2013, comenzó a crear sus propias estructuras, conceptos e iniciativas para ajustarse a la correlación internacional. Para ello creó también sus propias instituciones, como el Banco Asiático de Inversiones e Infraestructuras (BAII), Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, diversos fondos globales, etc. También sus categorías se ajustan a la de otros preceptos como multipolarismo o multipolaridad promovidos por Rusia, o de otras naciones, incluyendo Cuba que ha expresado la importancia de transformar el actual orden internacional. Pueden mencionarse: Intereses comunes de la humanidad, Paz, Justicia, Progreso, Mundo mejor, Apertura e inclusión, Convivencia armoniosa, Diversidad y aprendizaje mutuo, así como Unidad y cooperación.
No fue casual que en 2017, Xi Jinping expresara, en reunión ante los enviados diplomáticos y la diplomacia de China en la nueva era. En ese sentido, expresó:
Bajo el liderazgo del PCCh y con determinación y tenacidad, nuestra nación china se ha puesto de pie, se ha puesto de pie, se ha puesto más de pie y ha crecido en fuerza. Las perspectivas para el rejuvenecido de China son brillantes como nunca antes. Mientras nos mantengamos fieles a nuestra visión y sigamos adelante en el camino de construir el socialismo con características chinas, haremos a China más fuerte y aún más próspera. Nuestro país se acercará al centro del mundo y hará una mayor contribución a la humanidad (Xi, 2017).
Acelerar el cambio del actual orden internacional y convertirse en gran nación poderosa, aprovechando que se encuentra el mundo en proceso en transición sistémica, implica elevar la reforma del cambio de su modelo ajustado a las nuevas condiciones nacionales e internacionales. En esa visión, tuvo que emprender la conceptualización del aparato teórico que iba a sustentar ese proceso, que no viene solo desplegado desde el Partido, Estado y Gobierno, sino que se sumó a la academia y con el apoyo de esta, a la academia internacional. Ello ha permitido corregir las disparidades y efectos negativos criticados hacia China y sus actores en su actuación con el resto del mundo.
Como todo proceso, China desarrolló tanto iniciativas como acciones desde el punto de vista multilateral, pero a su vez, ha necesitado ajustar las relaciones bilaterales con un grupo de países que tienen un alto significado para su política exterior en diferentes gradaciones. Si bien desarrolló diversas formas de relacionamiento como Asociaciones Estratégicas, Asociaciones Cooperativas Estratégicas Integrales, etc; avanzó en su más alto nivel hacia otras como Comunidad de Futuro Compartido China-Cuba (2022), Comunidad de Futuro Compartido con Importancia Estratégica China-Vietnam (2023), Comunidad de Futuro Compartido de Alto Nivel China-África, Comunidad de Futuro Compartido Más Estrecha China-ASEAN, así como con otras naciones.
En la visión china de una comunidad de futuro compartido, Asia desempeña un papel relevante, no solo por ser su entorno natural, sino también un espacio que ha permitido seguir promoviendo el crecimiento en momentos de crisis como lo demostró la pandemia Covid 19. Mientras, se ralentizó la interconexión existente por medio de las cadenas de valor de China con Europa, se dinamizaron con Asia. Ello condujo a que la ASEAN se convirtiera, desde entonces, en el principal socio comercial de Beijing. Se debe abordar también que países con los que hoy Estados Unidos intenta promover contención a China, como los casos de Japón, República de Corea y Australia, a su vez tienen una gran interdependencia con la gran nación asiática. El enfoque chino en este concepto, promueve una mayor estabilidad y engrandece el lugar de Asia en general como civilización. Las grandes teorías que se siguen aplicando son eurocentristas y tratan de obviar los grandes descubrimientos o avances de Asia en general, no solo de China. La visión que promueve Beijing enaltece los avances de la humanidad logrados en esta parte del mundo:
Las grandes civilizaciones asiáticas ocupan un lugar especial en los anales de la civilización mundial, y se han sumado a la diversidad de la civilización humana. Piensen en lo que Asia representa para ofrecer en términos de religión, filosofía, código de ética, derecho, literatura, pintura, teatro, música, e incluso la construcción de ciudades y pueblos […]. A medida que revisamos nuestro pasado y miramos más allá de Asia, debemos tener una mayor confianza en nuestras civilizaciones. Podemos construir sobre la rica herencia de nuestros antepasados, permanecer comprometidos con otras civilizaciones y aumentar el aprendizaje mutuo. Los asiáticos esperamos ver una Asia abierta y mejor conectada. El rápido desarrollo de Asia en las últimas décadas demuestra que es importante abrir nuestras puertas al mundo exterior y montar la tendencia del desarrollo económico mundial […]. Nosotros, los asiáticos, esperamos que todos los países rechacen el aislamiento autoimpuesto, abracen la integración, mantengan la apertura y promuevan la conectividad política, de infraestructura, comercial, financiera y de personas a personas. De esta manera, podemos fomentar conjuntamente una comunidad de futuro compartido tanto para los asiáticos como para toda la humanidad (Xi, 2019).
La complejidad del mundo actual genera profundos desafíos globales. La crisis permanente sistémica y estructural capitalista visualiza la descomposición en diferentes crisis que está produciendo el modo de producción capitalista global. La promoción por los Estados Unidos y sus aliados, décadas atrás, de un estilo de globalización neoliberal, que potenciaba la desregulación y la disminución del rol de los Estados, obligaba a todos los actores del sistema internacional a desempeñarse bajo sus reglas. La realidad actual demostró el fracaso de este modelo, y aunque China debió desempeñarse bajo estas reglas, así como ajustó su modelo a estas condiciones; también permitió generar capacidades presentes y futuras para promover un orden internacional de nuevo tipo. China y otras naciones emergentes han sido ganadoras de este proceso:
Las reglas básicas de los países occidentales promovían la apertura, desregulación y la globalización, China comenzó a promover con su cambio de política una Comunidad de Futuro Compartido sobre estos fundamentos iniciales, pero que tienen una nueva forma ajustada a las propias condiciones nacionales y del mundo actual. En primer lugar, abrazando el espíritu de “responsabilidad compartida como habitantes del mismo planeta”, construir un amplio consenso sobre la creación de una comunidad de futuro compartido para la humanidad […]. Promover los valores comunes de paz, desarrollo, equidad, justicia, democracia y libertad de la humanidad, abogar por un mundo multipolar igualitario y ordenado y una globalización económica inclusiva que beneficie a todos, y hacer del planeta Tierra un hogar pacífico, amistoso y armonioso para todos […]. Con una mentalidad abierta e inclusiva, debemos abrazar a todas las civilizaciones para construir una comunidad de futuro compartido para la humanidad (Xi, 2024).
Consideraciones finales
El mundo actual se enfrenta a profundos desafíos y por ello requiere no solo de nuevas acciones prácticas, sino de una nueva teorización que permita transformar el actual orden internacional. Las principales potencias occidentales no presentan al mundo una alternativa en medio de conflictos, crisis y desesperanza. China, desde el ascenso de Xi Jinping, ha promovido, con una posición más proactiva de su país en el escenario internacional, el concepto de una comunidad de futuro compartido.
Para entender la categoría comunidad de futuro compartido y su conceptualización requiere de un enfoque holístico que agrupa a más procesos, tanto desde una perspectiva de cambio de modelo hacia lo interno de China, como hacia afuera. Hoy China no se puede analizar desde las teorías occidentales de las relaciones internacionales. Se necesita entender la visión de los antepasados chinos y el alineamiento con su propuesta de modernización socialista hacia el futuro. La interdependencia global hoy implica que no puede haber desarrollo sin ventajas compartidas.
La Comunidad de Futuro Compartido es una visión china hacia el mundo. No puede dejar de reconocerse que están en primer lugar sus objetivos nacionales con enfoque hacia lo interno y externo. Aunque teniendo en cuenta sus principios y formas culturales, no quiere decir, que no se ajuste a un mejor sistema internacional, al contrario, es un espacio que permite desarrollar un mundo más equilibrado. Construir una Comunidad Global de Futuro Compartido es una visión y a la vez un proceso de desarrollo en el tiempo.
China con este concepto promueve un nuevo tipo de relaciones internacionales y también de la globalización sobre la base de las ventajas compartidas. Su visión descansa en la idea de la participación de todos los Estados sin distinción de su tamaño. Modificar dentro de las instituciones globales existentes el actual orden internacional. Promueve la Seguridad universal y prosperidad común. Promueve una nueva gobernanza global con valores y beneficios compartidos, pero también implica uso de recursos compartidos.
Referencias bibliográficas
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