Cuadernos de Nuestra América/Nueva Época/No. 014 / enero-marzo, 2025/
RNPS: 2529 /ISSN: 2959-9849/ 269 pp.
Estudio sobre la situación actual y las perspectivas de la cooperación agrícola entre China y América Latina
Study on the current status and prospects of agricultural cooperation between China and Latin America
Dr. C. Li Yan
Universidad Renmin de China.
ORCID: 0009-0009-5501-3865
e-mail: olivialiyan@ruc.edu.cn
Fecha de recepción: enero de 2025.
Fecha de publicación: abril de 2025.
Resumen
Este artículo argumenta que la globalización y la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) han impulsado el rápido desarrollo de la cooperación agrícola entre China y América Latina. Áreas clave como el comercio de productos agrícolas, la inversión y el intercambio tecnológico han experimentado un desarrollo notable, acompañados de un continuo perfeccionamiento de las políticas y plataformas de colaboración. Sin embargo, persisten desafíos como la distribución desigual de recursos, problemas de uso de la tierra, competencia internacional y complejidades en las políticas agrícolas de América Latina. Además, la limitada disponibilidad de talento especializado en gestión agrícola transnacional dificulta una colaboración más profunda. A pesar de estos retos, la cooperación agrícola entre ambas regiones tiene un gran potencial. Su viabilidad se basa en la complementariedad de recursos agrícolas, el fortalecimiento de la confianza política mutua, los avances en infraestructura agrícola promovidos por la Franja y la Ruta, y el impulso de acuerdos de libre comercio. Para consolidar esta colaboración, se plantea la transición verde de la agricultura, el fortalecimiento de plataformas de cooperación, la mejora de redes logísticas y la digitalización del comercio agrícola, fomentando así beneficios mutuos y el desarrollo sostenible global.
Palabras claves: Iniciativa de la Franja y la Ruta, agricultura entre China y América Latina, estado de la cooperación, perspectivas futuras.
Abstract
This article argues that globalization and the Belt and Road Initiative have driven the rapid development of agricultural cooperation between China and Latin America. Key areas such as agricultural trade, investment, and technological exchange have experienced remarkable development, accompanied by continuous improvement of policies and collaborative platforms. However, challenges such as unequal distribution of resources, land use issues, international competition and complexities in Latin America's agricultural policies persist. In addition, the limited availability of specialized talent in transnational agricultural management hinders deeper collaboration. Despite these challenges, agricultural cooperation between the two regions has great potential. Its viability is based on the complementarity of agricultural resources, the strengthening of mutual political trust, the advances in agricultural infrastructure promoted by the Belt and Road and the promotion of free trade agreements. To consolidate this collaboration, the green transition of agriculture, the strengthening of cooperation platforms, the improvement of logistics networks and the digitization of agricultural trade, thus promoting mutual benefits and global sustainable development, are proposed.
Keywords: Belt and Road Initiative, China-Latin America agriculture, state of cooperation, future perspectives.
Introducción
El año 2023 marcó el décimo aniversario de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, reconocida como un bien público internacional y una plataforma clave de cooperación global. El informe del xx Congreso Nacional del Partido Comunista de China subrayó la importancia de fomentar su desarrollo de alta calidad, destacando la conectividad de infraestructuras y la cooperación en capacidad productiva como ejes principales. Sin embargo, la creciente relevancia de la cooperación agrícola ha resaltado su papel esencial en satisfacer las necesidades económicas de los países participantes. La agricultura, crucial para la seguridad alimentaria, la reducción de la pobreza y el desarrollo sostenible, ocupa un lugar central en las economías de muchos países. En este marco, América Latina, con sus abundantes recursos agrícolas, y China, como uno de los mayores importadores de productos agrícolas, presentan una fuerte complementariedad que refuerza el valor estratégico de su cooperación agrícola.
En los últimos años, esta colaboración ha avanzado significativamente en comercio, inversión y transferencia tecnológica, consolidando a China como un socio clave para varios países de la región. No obstante, persisten desafíos como la distribución desigual de recursos, barreras en el uso de tierras y limitaciones en políticas de inversión y personal especializado. Por ello, es crucial analizar la situación actual, los retos y las perspectivas futuras de la cooperación agrícola entre China y América Latina bajo el marco de la Franja y la Ruta, lo cual tiene un alto valor teórico y práctico.
Análisis de la situación actual de la cooperación agrícola
En los últimos años, la cooperación económica y comercial agrícola entre China y América Latina ha crecido, significativamente, impulsada por la globalización y la IFR. Basada en la alta demanda china de alimentos y productos agrícolas de calidad, y los abundantes recursos agrícolas de América Latina, ambas regiones han logrado avances en comercio, inversión, cooperación técnica e innovación. A continuación, se presenta un análisis detallado de la situación actual.
En primer lugar, se registra el incremento continuo del comercio agrícola entre China y América Latina. El volumen comercial entre China y América Latina ha mantenido un crecimiento sostenido. En 2023, el comercio bilateral alcanzó los 3,44 billones de yuanes, lo que representó un aumento interanual del 6,8 % (Song, 2024). Este comercio ha experimentado un crecimiento acelerado, posicionando a los países latinoamericanos como importantes proveedores de productos agrícolas para China. América Latina exporta principalmente soya, carne bovina y maíz a China, mientras que las exportaciones chinas hacia América Latina se concentran en productos como mariscos y hortalizas.
Desde la adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC), el comercio agrícola entre China y América Latina ha registrado un crecimiento significativo. El volumen comercial pasó de 2580 millones de dólares en 2001 a 81 030 millones de dólares en 2023, con 17,0 % promedio de tasa de crecimiento anual. Las importaciones chinas de productos agrícolas procedentes de América Latina aumentaron de 2400 millones de dólares en 2001 a 77 630 millones en 2023, un incremento de 31 veces; mientras que las exportaciones aumentaron de 170 millones de dólares a 3400 millones, un incremento de 19 veces. En general, China mantiene un déficit comercial sostenido en el comercio agrícola con América Latina, y este déficit continúa ampliándose, lo que refleja el enorme potencial del mercado chino para los productos agrícolas latinoamericanos (Wang, 2024).
Desde la perspectiva de las áreas y estructuras de los productos importados, América Latina ha incrementado significativamente su participación en las importaciones agrícolas chinas, pasando de 20,3 % en 2001 a 33,2 % en 2023. Brasil, Argentina y Chile son los principales proveedores, destacándose Brasil con un volumen de importación de 58 580 millones de dólares, lo que representa 25,0 % del total de las importaciones agrícolas chinas. En términos de estructura de productos, las importaciones chinas desde América Latina se concentran principalmente en semillas oleaginosas (como la soya), productos de origen animal y productos acuícolas. En los últimos años, las importaciones de cereales, especialmente de maíz, han mostrado un crecimiento notable, con Brasil ganando acceso al mercado chino, tras cumplir los requisitos de inspección y cuarentena, rompiendo así el dominio previo de Ucrania y los Estados Unidos en las importaciones de maíz por parte de China (Wang, 2024).
Desde el punto de vista del mercado y la estructura de los productos exportados por China hacia América Latina, los principales destinos de exportación son México, Chile y Brasil, que en conjunto representaron el 63,2 % del volumen total de exportaciones agrícolas de China hacia América Latina en 2023. Los productos más exportados son mariscos y hortalizas, con una participación de 35,0 % y 17,6 %, respectivamente. En los últimos años, las exportaciones de productos alimenticios elaborados y frutas han mostrado un crecimiento constante (Wang, 2024).
Segundo, se observa una tendencia de crecimiento sostenido en la inversión agrícola entre China y América Latina. En los últimos años, la inversión agrícola entre China y América Latina ha mostrado un crecimiento constante y una diversificación creciente, consolidándose como uno de los pilares fundamentales de la cooperación económica y comercial bilateral. América Latina es el segundo mayor destino de la Inversión Extranjera Directa (IED) de China, siendo la agricultura uno de los sectores clave para las empresas chinas en la región. Hasta finales de 2022, el stock de inversión directa de China en América Latina alcanzó los 596 200 millones de dólares, lo que representa un incremento de casi siete veces, con respecto a finales de 2013 (CIKD, 2024). Aunque el volumen de inversión agrícola es menor en comparación con sectores como hidrocarburos y minería, el crecimiento en este ámbito ha sido significativo. Para finales de 2023, el stock de inversión directa de China en el sector agrícola latinoamericano ascendió a unos 2000 millones, cuadruplicándose en comparación con diez años atrás (CCTV, 2024)
La inversión agrícola china en América Latina ha registrado un notable incremento, abarcando sectores como la agricultura, la ganadería, la acuicultura y el procesamiento agroindustrial. Las empresas chinas, a través de inversiones directas, empresas conjuntas y adquisiciones, participan activamente en el desarrollo y aprovechamiento de los recursos agrícolas en la región. En países como Brasil y Argentina, las empresas chinas han invertido en el cultivo de soya para satisfacer la enorme demanda interna de insumos para la producción de piensos. Estas inversiones reflejan también una clara orientación política del gobierno chino hacia el sector agrícola en la región.
Tradicionalmente, la inversión china en América Latina se ha concentrado en cultivos como soya, maíz, palma aceitera y arroz, tanto en su cultivo como en su procesamiento. En los últimos años, estas inversiones tradicionales han evolucionado hacia un enfoque integral en toda la cadena de valor. Muchas empresas chinas han establecido cadenas completas de producción, procesamiento y exportación de productos agrícolas en América Latina, aumentando no solo la eficiencia productiva, sino también la competitividad en el mercado internacional. En países como Chile y Perú, las empresas chinas han invertido en el cultivo de frutas y en infraestructura de logística en frío, impulsando la exportación de productos de alto valor agregado.
Inicialmente, las inversiones agrícolas de China en América Latina se concentraban principalmente en países de Sudamérica, como Brasil y Argentina, que cuentan con abundantes recursos agrícolas. Sin embargo, en los últimos años, estas inversiones han comenzado a expandirse hacia países de Centroamérica y la región andina, como Perú, Chile y México. Este cambio en la distribución geográfica refleja tanto la estrategia de diversificación de mercados y mitigación de riesgos de las empresas chinas, como las mejoras en la apertura política y la capacidad de atracción de inversiones por parte de los países latinoamericanos.
Tercero, se nota un incremento en los intercambios de tecnología agrícola entre China y América Latina. Actualmente, la cooperación entre China y América Latina en áreas como la investigación y desarrollo tecnológico, la construcción de parques de demostración agrícola y la formación de talento, se ha convertido en un motor clave para la modernización agrícola regional.
En el ámbito de la investigación y desarrollo tecnológico, ambas partes han impulsado el desarrollo y la aplicación de tecnologías agrícolas avanzadas mediante la creación de laboratorios conjuntos y centros de investigación. Por ejemplo, China y Brasil han colaborado en el establecimiento de la "Base Brasileña de Mejoramiento de Variedades de Soya", que ha optimizado las variedades de soya y mejorado significativamente la producción. Este proyecto no solo ha proporcionado a los agricultores brasileños variedades de soya más resistentes y productivas, sino que también ha contribuido a satisfacer la creciente demanda de soya de alta calidad en China. Asimismo, China y Argentina han establecido de manera conjunta el "Centro de Ingeniería de Mejoramiento de Ganado Vacuno" y la "Base de Procesamiento de Pesca de Altamar China-Argentina". El primero se centra en la optimización de razas y la mejora de técnicas de reproducción de ganado vacuno, fortaleciendo el desarrollo agrícola local, mientras que el segundo ha fomentado la modernización de la cadena industrial pesquera argentina, asegurando un suministro estable de productos marítimos de alta calidad para China. Además, el recientemente inaugurado "Centro de Innovación en Alimentos Sostenibles China-América Latina" en Hainan se especializa en tecnologías de biomejoramiento y riego eficiente, proporcionando apoyo tecnológico para la modernización agrícola en ambas regiones. Mediante el desarrollo y promoción de nuevas variedades de semillas, China y América Latina pueden intensificar la innovación tecnológica agrícola y desempeñar un papel crucial en la mitigación del cambio climático y la seguridad alimentaria.
En cuanto a la construcción de parques de demostración agrícola, esta cooperación ha permitido la promoción de tecnologías avanzadas y modelos de producción. Por ejemplo, el "Parque Industrial de Ciencia y Tecnología Agrícola" en la ciudad de Paracatu, Brasil, se ha convertido en uno de los principales centros de investigación y desarrollo de semillas de maíz y soya en Sudamérica. Este parque integra técnicas de agricultura de precisión, monitoreo de campo y cartografía, mejorando no solo la capacidad de desarrollo de semillas, sino también impulsando la mecanización y modernización del sector agrícola brasileño.
En el ámbito de la formación técnica y el intercambio de conocimientos, China ha promovido el intercambio de talento mediante la organización de cursos de capacitación, el envío de equipos de expertos y la realización de seminarios de tecnología agrícola. Por ejemplo, la Universidad de Agricultura del Sur de China ha enviado, en varias ocasiones, equipos de expertos agrícolas a países latinoamericanos para capacitar a los agricultores locales en técnicas de cultivo y gestión de recursos. Este enfoque de intercambio de conocimientos ha ampliado tanto el alcance como la profundidad de la difusión tecnológica, fortaleciendo la transferencia y la aplicación práctica de conocimientos agrícolas avanzados.
Cuarto, se produce un perfeccionamiento de las políticas y plataformas de cooperación agrícola entre China y América Latina y el Caribe (ALC). Desde 2008, la cooperación agrícola entre China y América Latina ha avanzado significativamente mediante la creación de plataformas de cooperación, el establecimiento de fondos específicos y la profundización de la colaboración en tecnología agrícola y comercio. Este proceso ha permitido concentrar esfuerzos en temas clave como la seguridad alimentaria, el desarrollo sostenible y los desafíos globales, conformando progresivamente un marco de cooperación sistemático y multinivel. A continuación, se presenta una tabla con las principales políticas entre 2008 y 2022 en el ámbito agrícola:
Como se observa en la tabla 1, la cooperación agrícola entre China y América Latina ha prosperado gracias al impulso de políticas estratégicas y guías claras. Estas políticas no solo han fortalecido el marco sistemático y multinivel de cooperación, sino que también han consolidado la agricultura como un pilar de las relaciones económicas bilaterales a mediano y largo plazos. En términos específicos, las políticas se han centrado en promover la innovación tecnológica, garantizar la seguridad alimentaria, fomentar el comercio agrícola y alcanzar un desarrollo sostenible. Asimismo, han planteado estrategias para enfrentar desafíos globales como el cambio climático y el proteccionismo agrícola. Este enfoque integral ha permitido configurar un modelo de cooperación multidimensional que combina innovación científica, seguridad alimentaria y objetivos de sostenibilidad.
Además, China ha establecido mecanismos de cooperación bilateral con 19 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Estos incluyen foros de ministros de agricultura, fondos específicos, laboratorios conjuntos y parques de demostración agrícola, conformando un sistema de cooperación completo que abarca desde el diseño de políticas hasta la transferencia tecnológica y la conexión con los mercados. Esto ha proporcionado una base sólida para lograr la modernización agrícola, la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible en ambas regiones.
Tabla 1. Políticas de cooperación agrícola sino-latinoamericana
Nombre |
Año |
Contenido relacionado con agricultura |
Documento sobre la política de China hacia América Latina y el Caribe |
2008 |
Se incluye la “cooperación agrícola” como una de las áreas clave de la cooperación económica bilateral |
Declaración conjunta sobre la cooperación agrícola y pesquera entre China y el Caribe |
2011 |
Acuerdo para establecer un grupo de trabajo de cooperación agrícola y pesquera y una plataforma de trabajo para profundizar la cooperación agrícola |
Declaración conjunta de China y Mercosur sobre la cooperación económica y comercial |
2012 |
Propuesta conjunta para enfrentar el “proteccionismo agrícola” y salvaguardar los intereses de los países en desarrollo en la Ronda de Doha |
Declaración de Beijing del Foro de ministros de Agricultura China-América Latina y el Caribe |
2013 |
Creación de centros de I+D agrícola y parques de demostración. China proporciona 50 millones de dólares para un fondo de cooperación agrícola China-América Latina y el Caribe |
Declaración conjunta de la reunión entre líderes de China y América Latina y el Caribe en Brasilia |
2014 |
Enfoque en el fortalecimiento del diálogo y la cooperación en comercio agrícola, incluyendo el foro de ministros de agricultura de ambas regiones. |
Declaración de Beijing de la primera reunión ministerial del Foro China-CELAC |
2015 |
Llamado a ampliar los intercambios y la cooperación en agricultura y otras áreas clave |
Plan de Cooperación China-América Latina y el Caribe (2015-2019) |
2015 |
Refuerzo de la cooperación en foros de ministros agrícolas, investigación agrícola y financiamiento para proyectos agrícolas en el marco del fondo China-América Latina y el Caribe |
Documento sobre la política de China hacia América Latina y el Caribe |
2016 |
Introducción del marco de cooperación “1+3+6” y del modelo “3×3”, con énfasis en la seguridad alimentaria y apoyo técnico para el desarrollo agrícola |
Plan de Acción Conjunto Prioritario entre China y los países de la CELAC (2019-2021) |
2018 |
Propuestas específicas en áreas como investigación genética agrícola, gestión de recursos hídricos y desarrollo sostenible en agricultura familiar |
Declaración de Santiago de la segunda reunión ministerial del Foro China-CELAC |
2018 |
Compromiso para abordar los impactos del cambio climático y promover la cooperación en comercio y agricultura |
Declaración conjunta del Segundo Foro de ministros de Agricultura China-América Latina y el Caribe |
2021 |
Aprovechamiento de las ventajas complementarias en agricultura, promoción del intercambio de talento y fortalecimiento de la cooperación multilateral |
Plan de Acción Conjunto Prioritario entre China y la CELAC (2022-2024) |
2022 |
Consolidación de la cooperación agrícola en áreas como cultivos, ganadería y procesamiento de productos agrícolas, junto con el impulso a la seguridad alimentaria |
Fuente: Adaptado de Li Yuanbo (2021) y el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
Desafíos en la cooperación agrícola entre China y América Latina
A pesar de los avances significativos en la cooperación agrícola entre China y América Latina en los últimos años, aún existen numerosos desafíos que deben resolverse para avanzar en el proceso de colaboración. Los desafíos se concentran principalmente en la distribución desigual de recursos y el uso de la tierra, la competencia en los mercados internacionales, la complejidad de las políticas y regulaciones, y la falta de talento especializado en gestión empresarial transnacional. Estos problemas no solo afectan la efectividad de la cooperación agrícola, sino que también determinarán si la colaboración futura puede desarrollarse de manera más eficiente y sostenible.
Primero, distribución desigual de recursos y problemas en el uso de la tierra. Aunque la región de América Latina es rica en recursos naturales en general, la distribución de recursos clave para el desarrollo agrícola, como tierras cultivables, agua y bosques, es extremadamente desigual. Los recursos están concentrados en países de América del Sur como Brasil, Argentina y Perú, mientras que los países del Caribe y algunas regiones menos desarrolladas carecen de recursos, y el uso de la tierra se ve restringido por factores como el cambio climático. Esta desigualdad no solo ha dificultado la expansión de las inversiones agrícolas, sino que también limita la eficiencia general de la cooperación agrícola regional. Además, los problemas relacionados con los derechos de propiedad de la tierra y su uso también tienen un impacto importante en la cooperación agrícola. En algunos países, las políticas sobre la tierra involucran complejos problemas sociales, políticos y legales, incluyendo disputas históricas y la protección de los derechos de los pueblos indígenas. Por ejemplo, Brasil y Argentina imponen estrictas restricciones sobre la adquisición de tierras por parte de inversores extranjeros, lo que no solo dificulta que las empresas chinas adquieran tierras, sino que también puede generar disputas sobre la propiedad y riesgos políticos, retrasando el avance de los proyectos de cooperación.
Segundo, competencia en los mercados internacionales y barreras tecnológicas. América Latina es una región clave en la competencia global agrícola, con grandes empresas multinacionales de Europa y los Estados Unidos dominando el mercado en términos de tecnología, marcas y acceso al mercado, lo que representa una gran presión para las empresas chinas que buscan ingresar al mercado agrícola latinoamericano. Por ejemplo, la empresa estadounidense Monsanto controla el mercado de semillas genéticamente modificadas y de productos agroquímicos, lo que crea un monopolio de la cadena de suministro agrícola, especialmente en países agrícolas como Brasil, donde las barreras de entrada al mercado son extremadamente altas. Además, las reglas comerciales internacionales y las estrictas normas de certificación ecológica también representan un desafío importante para las empresas chinas.
Las estrictas normas de certificación ambiental impulsadas por Europa, aunque en teoría promueven la sostenibilidad, en la práctica aumentan las barreras técnicas y de costos para la exportación. Las empresas chinas deben invertir más recursos para cumplir con estos estándares y enfrentarse a los complejos procesos de aprobación en los países de América Latina. En Brasil, las estrictas aprobaciones ambientales para proyectos agrícolas aumentan significativamente los costos y los riesgos, especialmente cuando se trata de proyectos en la Amazonía, donde la incertidumbre política puede retrasar o cancelar los proyectos.
Tercero, la complejidad de las políticas y regulaciones en los países latinoamericanos. Esto plantea desafíos significativos para las empresas chinas que buscan invertir en la región. Restricciones en el uso de la tierra, regulaciones ambientales estrictas y la protección de derechos laborales aumentan los costos y dificultan la implementación de proyectos.
En cuanto al uso de la tierra, países como Argentina limitan la adquisición de tierras agrícolas por parte de inversores extranjeros, obligando a las empresas chinas a asociarse con socios locales, lo que eleva los costos de gestión y coordinación. Por otro lado, las normativas ambientales, especialmente en Brasil, exigen procesos rigurosos de aprobación para proteger áreas sensibles como la Amazonía, lo que incrementa los costos de cumplimiento y puede llevar a la suspensión de proyectos. Además, los estrictos requisitos laborales, como los establecidos en Brasil y Argentina, imponen salarios mínimos altos, beneficios obligatorios y condiciones laborales seguras, lo que resulta en mayores costos laborales para proyectos intensivos en mano de obra.
Estas restricciones aumentan la presión regulatoria sobre las empresas chinas, generando retrasos, conflictos sociales y disputas legales. Para superar estos obstáculos, las empresas deben estudiar a fondo el entorno normativo, fortalecer la comunicación con gobiernos y asesores locales, e implementar estrategias de inversión diversificadas y gestión de riesgos para mitigar el impacto de los cambios en las políticas.
Cuarto, la falta de talento altamente cualificado en gestión empresarial transnacional. La escasez de talento especializado es uno de los problemas clave que restringen el avance de la cooperación agrícola entre China y América Latina. Esto se manifiesta de las siguientes maneras:
Perspectivas futuras de la cooperación agrícola
De cara al futuro, la cooperación agrícola entre China y América Latina tiene un enorme potencial debido a la alta complementariedad de los recursos agrícolas, el fortalecimiento de la confianza política bilateral, el impulso de la IFR y el papel de los acuerdos de libre comercio. A medida que la producción agrícola global enfrenta nuevos desafíos y oportunidades, la cooperación agrícola entre China y América Latina no solo puede proporcionar un suministro más estable y diverso de productos agrícolas para ambas partes, sino que también puede contribuir al desarrollo sostenible de la economía agrícola mundial por medio de la innovación tecnológica y la coordinación de políticas.
Primero, gran complementariedad de los recursos agrícolas de ambas partes. La región de América Latina y el Caribe ocupa una posición clave en la producción agrícola global. Países como Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay cuentan con vastas y fértiles tierras agrícolas, con un gran potencial para la expansión de la agricultura. Estos países tienen una participación destacada en la producción mundial de alimentos, cultivos oleaginosos, frutas, tubérculos, productos cárnicos y leche, representando 25 %, 34 %, 25 %, 11 %, 31 % y 24 % de la producción total mundial, respectivamente. Estos datos demuestran que la región tiene una ventaja comparativa significativa en la industria agrícola, lo que proporciona una base sólida para el desarrollo agrícola y la cooperación internacional (Wang, 2024).
Además, la región latinoamericana posee un gran potencial de desarrollo agrícola. Alberga, aproximadamente, 30 % de los recursos hídricos dulces del mundo, 10 % de las tierras agrícolas existentes y 28 % de las tierras cultivables no explotadas. También cuenta con una rica diversidad biológica y de recursos genéticos de cultivos, un entorno ecológico diverso y condiciones climáticas favorables. Su sistema agrícola y las tecnologías y estructuras de la industria están relativamente desarrollados, lo que convierte a esta región en un objetivo clave para la investigación y la cooperación agrícola a nivel global. La riqueza de los recursos agrícolas, el clima adecuado y los suelos fértiles de América Latina y el Caribe hacen de ella una región ideal para la estrategia "salir" de China, garantizando un suministro estable de productos agrícolas de calidad.
Por medio de la profundización de la cooperación agrícola entre China y América Latina, no solo se puede aliviar eficazmente la presión de los recursos en China, sino también mejorar la seguridad y estabilidad del suministro agrícola. Con el aumento de la población y la mejora del consumo, China enfrenta desafíos como la escasez de tierras agrícolas, el agotamiento de los recursos hídricos y el aumento de los costos laborales. Para mejorar la productividad agrícola y la calidad de los productos, el gobierno chino ha implementado políticas como la reforma estructural del suministro agrícola, la construcción de tierras agrícolas de alto estándar y el desarrollo sostenible ecológico. Estas políticas requieren una utilización coordinada de los recursos tanto nacionales como internacionales, garantizando un suministro agrícola estable.
Segundo, el fortalecimiento de la confianza política bilateral y profundización de las relaciones amistosas. En los últimos años, los líderes y altos funcionarios de China y América Latina han realizado visitas mutuas frecuentes y llevado a cabo importantes conversaciones bilaterales o multilaterales para reforzar los lazos políticos y la voluntad de cooperación. El aumento de la confianza política bilateral ha reducido la incertidumbre en el proceso de cooperación, permitiendo a ambas partes planificar e implementar proyectos agrícolas en un entorno estable y predecible. Mediante visitas frecuentes y diálogos políticos, los líderes de China y América Latina aseguran la coherencia de los objetivos de cooperación agrícola y coordinan la resolución de posibles diferencias. Esta base política ofrece un fuerte respaldo a las inversiones y el comercio agrícola.
Además, la confianza política facilita la alineación de políticas agrícolas. La reunión de los líderes de China y América Latina en Brasilia en 2014, planteó claramente los objetivos de cooperación en ciencia y tecnología agrícola y la construcción de parques de demostración, estableciendo fondos especiales para apoyar estos proyectos. Estas medidas políticas han promovido directamente la implementación de proyectos agrícolas, demostrando el papel fundamental de la confianza política en la cooperación agrícola. Por medio de la profundización de las relaciones bilaterales, China y América Latina han trabajado juntos para reducir las barreras arancelarias, las barreras tecnológicas y los obstáculos al acceso al mercado en la cooperación agrícola. Esto ha permitido que los productos agrícolas de calidad de América Latina entren más fácilmente en el mercado chino, mientras que la tecnología y los equipos agrícolas chinos han encontrado más oportunidades en América Latina.
Tercero, implementación profunda de la IFR para la cooperación agrícola. La implementación más profunda de esta iniciativa ha brindado un impulso renovado a la cooperación agrícola entre China y América Latina, promoviendo una colaboración más estrecha en este sector. La iniciativa facilita la comunicación política y la implementación de medidas para agilizar el comercio, lo que ha creado canales más fluidos para el intercambio agrícola entre ambas partes. Productos agrícolas de alta calidad, como la soja, la carne de res y las frutas de América Latina, han obtenido mayores oportunidades de exportación debido a la creciente demanda del mercado chino. Al mismo tiempo, productos chinos como maquinaria agrícola, fertilizantes y tecnología agrícola también han encontrado nuevos mercados en América Latina, estableciendo una relación comercial mutuamente beneficiosa.
En el marco de la "Franja y la Ruta", las empresas chinas están participando activamente en la construcción de infraestructuras agrícolas en América Latina, incluyendo puertos, instalaciones logísticas y de almacenamiento. Estas inversiones han mejorado significativamente la capacidad de exportación de los productos agrícolas latinoamericanos y la eficiencia en su distribución, al tiempo que han reducido los costos logísticos. Además, la optimización de las cadenas de suministro transfronterizas ha fortalecido aún más la cooperación agrícola entre China y América Latina.
La cooperación tecnológica es otro componente fundamental en esta relación. La IFR proporciona una plataforma para el intercambio de tecnologías agrícolas, permitiendo que China y América Latina colaboren en áreas como técnicas de cultivo, agricultura inteligente y control de plagas. Esto no solo mejora la eficiencia de la producción agrícola en América Latina, sino que también promueve la internacionalización de la tecnología agrícola china.
Cuarto, expansión de los acuerdos de libre comercio y mejores condiciones para la cooperación agrícola bilateral. Los acuerdos de libre comercio entre China y América Latina han proporcionado una plataforma crucial para impulsar la cooperación en el ámbito agrícola. Desde que China firmó su primer acuerdo de libre comercio con Chile en 2005, los acuerdos entre China y América Latina han ido expandiéndose, abarcando más países de la región, como Perú (2009), Colombia (2012), Uruguay (2016) y El Salvador (2020). Estos acuerdos han contribuido a reducir los aranceles, simplificar el acceso al mercado y optimizar el entorno de inversión, lo que ha favorecido la entrada de productos agrícolas latinoamericanos en el mercado chino. Por ejemplo, los vinos, mariscos, uvas y cerezas de Chile se han beneficiado de exenciones arancelarias, logrando una exitosa entrada al mercado chino; de manera similar, los arándanos, uvas y aguacates de Perú también han ganado un alto reconocimiento y demanda en China.
Además, estos acuerdos no solo han facilitado la circulación de productos agrícolas; también han incrementado las oportunidades de inversión para las empresas agrícolas chinas en América Latina. Por medio de la implementación de estos acuerdos, las empresas chinas han podido invertir en infraestructuras agrícolas y en proyectos de procesamiento de productos agrícolas en la región, promoviendo la modernización agrícola local y obteniendo importantes beneficios.
Más allá del comercio de productos, los acuerdos de libre comercio entre China y América Latina también han creado una plataforma para la cooperación en tecnología agrícola y transferencia de conocimientos, especialmente en áreas como la mecanización agrícola, la agricultura digital y la agricultura ecológica. Esta colaboración ha permitido a ambas partes mejorar la productividad agrícola y avanzar hacia un desarrollo sostenible. Por ejemplo, la carne de res, carne de cordero y productos lácteos de Uruguay han llegado al mercado chino con beneficios arancelarios, lo que ha incrementado la competitividad de estos productos y fomentado la cooperación en tecnología agrícola y protección del medio ambiente entre China y Uruguay.
En el futuro, con la firma de más acuerdos de libre comercio, la cooperación agrícola entre China y los países latinoamericanos se profundizará aún más, no solo impulsando el crecimiento del comercio de productos agrícolas, sino también promoviendo una cooperación mutuamente beneficiosa en las cadenas de producción agrícola, la innovación tecnológica y el desarrollo sostenible.
La futura cooperación agrícola entre China y América Latina debe integrar las ventajas de recursos y las necesidades de desarrollo de ambas regiones, alineándose con las tendencias globales. Con una sólida complementariedad de recursos y creciente confianza política, ya se ha establecido un marco de cooperación. Frente a desafíos globales como el cambio climático y la seguridad alimentaria, ambas partes tienen la oportunidad de avanzar en el desarrollo agrícola sostenible, fortaleciendo la cooperación en plataformas regionales, logística y comercio electrónico. Por medio de la IFR y los acuerdos de libre comercio, esta cooperación puede maximizar los beneficios bilaterales y contribuir al desarrollo agrícola global, pasando de una "complementariedad de recursos" a una "co-creación de valor".
Quinto, promover la transformación verde, hacer frente al cambio climático y fomentar el desarrollo agrícola sostenible. Es un eje importante de la cooperación agrícola entre China y América Latina. Ante los graves desafíos del cambio climático global, ambas partes coinciden en la necesidad de avanzar en la transformación verde de la agricultura y el desarrollo sostenible. El cambio climático tiene un impacto profundo en la distribución de la producción agrícola, los rendimientos de los cultivos y el medio ambiente ecológico, mientras que las actividades agrícolas también son una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero. Tanto China como los países de América Latina enfrentan frecuentemente impactos de fenómenos climáticos extremos, lo que agrava los problemas de reducción de la producción y disminución de la calidad. En particular, en la región de América Latina, la expansión de la frontera agrícola ha causado graves daños a bosques tropicales como la selva amazónica, transformándolos de sumideros de carbono a fuentes de carbono, lo que intensifica aún más el cambio climático global. Por lo tanto, China y América Latina pueden profundizar su cooperación en los siguientes aspectos para explorar nuevos modelos de desarrollo agrícola sostenible:
1. Desarrollo de la agricultura climáticamente inteligente. Fortalecer la investigación y el intercambio de tecnologías, promover la aplicación de tecnologías agrícolas inteligentes, optimizar la distribución de la producción agrícola y mejorar la capacidad de la agricultura para resistir riesgos climáticos. 2. Promoción de tecnologías agrícolas verdes. Introducir tecnologías como la agricultura de precisión, el riego eficiente, la agricultura de bajo carbono, entre otras, para reducir el uso de pesticidas y fertilizantes, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorar la eficiencia en el uso de recursos y reducir la carga ambiental. 3. Fortalecimiento de la protección y restauración ecológica. Apoyar de manera conjunta proyectos de protección y restauración de la selva tropical, reducir los daños a los recursos forestales causados por la expansión agrícola y promover una planificación sostenible del uso de la tierra. 4. Fomento de la diversificación agrícola y la agricultura ecológica. Apoyar métodos de cultivo verdes como la agricultura ecológica, la rotación de cultivos y el policultivo, mejorar la calidad del suelo, restaurar la biodiversidad y aumentar la resiliencia de la producción agrícola. Ampliar la promoción de la agricultura orgánica y ecológica, fomentar la producción de productos agrícolas verdes y fortalecer el reconocimiento y la demanda de los productos agrícolas verdes en los mercados internacionales.
Además, fortalecer la colaboración en políticas agrícolas verdes, desarrollar instrumentos financieros como préstamos y bonos verdes, apoyar la transición de las empresas agrícolas hacia modelos sostenibles y establecer seguros agrícolas y fondos de protección ambiental para garantizar el desarrollo verde de la agricultura. También es fundamental capacitar a los profesionales en agricultura verde. Se pueden establecer centros de formación para el desarrollo agrícola verde, organizar intercambios técnicos y visitas de expertos, y mejorar las capacidades y niveles de los trabajadores agrícolas y gestores en los países de América Latina en el ámbito de la agricultura verde, construyendo de manera conjunta un sistema de desarrollo agrícola verde para el futuro.
Sexto, aprovechar el efecto palanca de las plataformas regionales para profundizar la cooperación agrícola. Utilizar el efecto palanca de las plataformas regionales existentes es una vía fundamental para profundizar la cooperación bilateral y lograr un desarrollo agrícola multidimensional. Por ejemplo, China y América Latina pueden aprovechar los mecanismos de diálogo multilateral existentes para promover la cooperación agrícola. Por medio de plataformas como el Foro China- CELAC, el Foro de ministros de Agricultura China-América Latina y el Caribe, entre otros, se pueden llevar a cabo diálogos multilaterales sobre temas de interés común, como políticas agrícolas, innovación tecnológica y seguridad alimentaria, y así establecer un marco unificado para la cooperación.
Con base en el marco de la CELAC y otros mecanismos regionales, ambas partes pueden desarrollar planes de acción conjuntos, como la "Declaración Conjunta del Foro de ministros de Agricultura China-América Latina" y planes específicos de acción para la cooperación agrícola, promoviendo el intercambio de tecnologías y la implementación de proyectos en áreas como la agricultura de cultivos, la ganadería y la tecnología agrícola.
Aprovechando el Centro de Cooperación en Ciencia y Tecnología Agrícola China-América Latina, se pueden promover investigaciones sobre recursos genéticos, el desarrollo de tecnologías agrícolas y proyectos experimentales conjuntos, mejorando el nivel de modernización agrícola. Además, se deben integrar recursos como fondos especiales de cooperación agrícola, recursos tecnológicos y profesionales para mejorar la ejecución y cobertura de los proyectos agrícolas, y promover una cooperación multinivel en áreas como la agricultura sostenible, la agricultura familiar y la seguridad alimentaria.
Por último, simplificando los procesos de acceso a la importación y exportación de productos agrícolas, organizando actividades internacionales de comercio de productos agrícolas, y facilitando la entrada de productos agrícolas de calidad de América Latina al mercado chino, se fortalecerá aún más la interconexión de las cadenas industriales agrícolas de ambas partes.
Séptimo, fortalecer la cooperación logística agrícola entre China y América Latina, impulsando su integración en la cadena de valor global. El sistema logístico eficiente es clave para el desarrollo agrícola y la integración de productos agrícolas en la cadena de valor global. En América Latina, donde la agricultura es un pilar económico, la falta de infraestructura logística adecuada limita la productividad del sector. En los últimos años, la cooperación logística entre China y América Latina ha avanzado significativamente, mejorando la infraestructura, incorporando tecnología y atrayendo inversiones, lo que ha fortalecido el desarrollo agrícola regional.
Ejemplos destacados incluyen la participación china en el "Plan de Revitalización Ferroviaria" en Argentina, que renovó 600 km del sistema ferroviario de carga Belgrano, reduciendo costos y aumentando la competitividad agrícola del país. Proyectos similares, como la expansión del puerto Isla Margarita en Panamá y la carretera El Espino, en Bolivia, han optimizado el comercio agrícola bilateral. La apertura del puerto de la Bahía del Callao, en Perú, en 2024, marcó un hito, facilitando la exportación de productos agrícolas latinoamericanos al mercado asiático, disminuyendo costos y mejorando la competitividad global.
Esta cooperación logística fortalece la red de suministro agrícola, conectando de manera eficiente mercados de producción y consumo, reduciendo pérdidas y aumentando el valor agregado de los productos. En el futuro, la inversión en infraestructura clave, como puertos, ferrocarriles y carreteras, junto con el uso de tecnología logística inteligente, permitirá a China y América Latina avanzar hacia una cooperación agrícola más integrada, eficiente y sostenible.
Octavo, fortalecer la cooperación en comercio electrónico agrícola e, promoviendo el desarrollo de plataformas comerciales para productos agrícolas. En el contexto de la globalización, las plataformas de comercio electrónico se han convertido en herramientas clave para impulsar el comercio agrícola, especialmente en el ámbito de la cooperación agrícola entre China y América Latina. Con el desarrollo continuo de las tecnologías digitales, las plataformas de comercio electrónico no solo han proporcionado nuevos canales para que los productos agrícolas latinoamericanos accedan al mercado chino, sino que también han abierto nuevas direcciones para el futuro desarrollo de la cooperación agrícola entre ambas partes.
El auge de la cooperación en comercio electrónico, especialmente la colaboración estratégica entre exportadores de productos agrícolas de países como Chile y Argentina, con plataformas chinas de comercio electrónico, ha proporcionado un gran potencial para la cooperación agrícola China-América Latina. En los últimos años, los productos agrícolas de América Latina han logrado resultados significativos al ingresar al mercado chino mediante el comercio electrónico. Por ejemplo, en plataformas como Pinduoduo, las ventas de productos agrícolas latinoamericanos crecieron 310 % en comparación con el año anterior.
Estas plataformas han proporcionado una manera más directa, amplia y rentable para que los productos agrícolas latinoamericanos lleguen al mercado, rompiendo las limitaciones de tiempo y espacio de los métodos comerciales tradicionales, lo que ha impulsado significativamente la exportación de productos agrícolas. Ejemplos exitosos incluyen la entrada de limones de Argentina al mercado chino por medio de plataformas de comercio electrónico, y la compañía ecuatoriana Wonder Banana, que utilizó canales en línea para introducir productos innovadores de puré de frutas para bebés en China. Estos casos de éxito muestran cómo las plataformas de comercio electrónico pueden ayudar a que los productos agrícolas latinoamericanos se alineen de manera precisa con las demandas de los consumidores chinos, ofreciendo productos y servicios personalizados y convenientes.
Para promover la cooperación agrícola China- América Latina, la integración de las plataformas de comercio electrónico con el sistema logístico, será clave para el desarrollo futuro. La logística es la base del comercio electrónico, y solo una red logística eficiente puede garantizar que los productos agrícolas se transporten de manera rápida y segura desde América Latina hasta China. Por lo tanto, China y América Latina deben fortalecer su cooperación logística, especialmente en logística de cadena fría, instalaciones de almacenamiento y eficiencia en el transporte, optimizando la red logística para reducir las pérdidas durante el transporte, mejorar la competitividad en el mercado y reducir los costos. Dado que las plataformas de comercio electrónico pueden analizar con precisión las necesidades de los consumidores, es necesario que el sector agrícola fortalezca la flexibilidad y la capacidad de respuesta de la cadena de suministro. Por medio de herramientas digitales como el big data y la computación en la nube, China y América Latina pueden lograr una conexión precisa entre la producción y el consumo, promoviendo una gestión inteligente de la producción agrícola. Esto ayudará a los países latinoamericanos a ajustar la estructura de producción, según las demandas del mercado chino, mejorando la diversidad y calidad de los productos agrícolas. Además, ambas partes pueden impulsar la construcción de plataformas de comercio electrónico transfronterizo, fortaleciendo el marketing digital de productos agrícolas. Al crear un ecosistema de comercio electrónico integrado, se puede lograr una integración de exhibición de productos, transacciones y distribución, al mismo tiempo que se mejora la construcción de la marca y la difusión cultural, aumentando el reconocimiento del mercado y la lealtad de los consumidores.
Consideraciones finales
El avance de la globalización y la implementación de la iniciativa "La Franja y la Ruta" han impulsado significativamente la cooperación agrícola y comercial entre China y América Latina, mostrando un amplio potencial de desarrollo. La colaboración en comercio agrícola, inversión y cooperación técnica se ha profundizado, mientras las políticas y plataformas se perfeccionan gradualmente. Además, ambas partes exploran nuevos modelos de agricultura verde y sostenible para fortalecer su capacidad de desarrollo.
A pesar de desafíos como la gestión de recursos, la competencia en mercados internacionales y la escasez de talento especializado, la complementariedad entre los ricos recursos agrícolas de América Latina y la demanda del mercado chino, junto con el fortalecimiento de las relaciones políticas y los acuerdos de libre comercio, proporcionan una base sólida para la cooperación. La IFR también ha fomentado la infraestructura agrícola y el comercio electrónico transfronterizo.
En el futuro, ambas regiones deben maximizar sus ventajas comparativas, promover la transformación verde y fortalecer la logística agrícola y las plataformas de comercio electrónico para integrar sus cadenas de valor a nivel global. Una cooperación más profunda en logística y comercio electrónico creará un sistema de suministro eficiente y sostenible, impulsando la prosperidad conjunta del sector agrícola.
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