Cuadernos de Nuestra América/Nueva Época/No. 016 / julio-septiembre, 2025/
RNPS: 2529 /ISSN: 2959-9849/ 78 pp.
Impronta de Fidel Castro en las relaciones cubano-argelinas
Fidel Castro’s imprint on cuban-algerian relations
Brian Hernández González
Estudiante de tercer año de Relaciones Internacionales.
Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa García (ISRI).
ORCID: 0009-0007-8710-4302
e-mail: yusniel8325@gmail.com
Marcos Orue Fernández
Estudiante de segundo año de Relaciones Internacionales.
Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa García (ISRI).
ORCID: 0009-0003-0962-8718
e-mail: marcos.orue@nauta.cu
Fecha de recepción: junio 2025
Fecha de aceptación: julio 2025
Resumen
Tras la obtención de la independencia de Francia en 1962, Cuba se convirtió en la primera nación de América en reconocer a la nueva nación argelina. Fue precisamente en la República Argelina Democrática y Popular donde comenzó uno de los programas más nobles y esperanzadores de la Revolución Cubana: la colaboración médica internacional. Como muestra del fuerte vínculo entre ambas naciones, se llevaron a cabo encuentros de alto nivel entre sus respectivos dirigentes, consolidando una relación fraterna que se mantiene hasta hoy. Este primer contingente de médicos sentó un precedente para lo que después se convertiría en un masivo y reconocido programa de ayuda humanitaria que se extiende por todo el mundo.
Palabras clave: Cuba, Argelia, Fidel Castro, colaboración, relaciones internacionales.
Abstract
Following its independence from France in 1962, Cuba became the first nation in the Americas to recognize the new Algerian nation. It was precisely with the Democratic and Popular Republic of Algeria that one of the most noble and hopeful programs of the Cuban Revolution began: international medical collaboration. As a testament to the strong bond between the two nations, high-level meetings were held between their respective leaders, consolidating a fraternal relationship that continues to this day. This first contingent of doctors set a precedent for what would later become a massive and renowned humanitarian aid program extending throughout the world.
Keywords: Cuba, Algeria, Fidel Castro, collaboration, international relations.
Introducción
La política exterior de Cuba se nutre de la tradición de lucha del pueblo cubano a través de su historia. El triunfo en enero de 1959 marcó un viraje decisivo en las relaciones internacionales de la mayor de las Antillas con el resto del mundo. Con el inicio de la etapa revolucionaria, se incrementaron los nexos con las naciones del Tercer Mundo, lo cual marcó el viraje radical en la política exterior cubana.
En la elaboración y ejecución de la nueva proyección exterior de Cuba, es imprescindible resaltar la personalidad del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz. Su pragmatismo y ética cimentaron las bases de una política exterior plural, solidaria, antiimperialista y acorde a los principios del Derecho Internacional. Su accionar corrobora que el modo de actuar de los dirigentes políticos modifica el curso de las relaciones internacionales, lo que constituye uno de sus factores constitutivos (Hernández Rodríguez, 2017).
Durante la etapa prerrevolucionaria, los vínculos de Cuba con los países de África del Norte y Medio Oriente se limitaban a las relaciones diplomáticas con Egipto, Arabia Saudita e Israel. Este panorama cambió a partir de 1959, con el establecimiento de nexos con países de la región como tendencia de la política exterior revolucionaria.
Dentro de las naciones norafricanas que entrelazan su historia con Cuba, se encuentra Argelia. Los nexos bilaterales entre ambos países se sustentan en el reconocimiento mutuo y la solidaridad. En dicha historia común es notable la impronta de Fidel Castro y su vigencia. Consecuentemente, el presente trabajo tiene como objetivo valorar la influencia del pensamiento de Fidel Castro en las relaciones entre Cuba y Argelia.
Desarrollo
Argelia fue colonia francesa desde 1830 y para 1954 se había convertido en su colonia más grande. En 1954 se vertebró el Frente de Liberación Nacional (FLN) siendo el Ejército de Liberación Nacional (ELN) su brazo armado. El FLN declaró la guerra a Francia en noviembre de ese año, sin embargo, la previa salida de las fuerzas francesas de Marruecos y Túnez determinó su concentración en Argelia. Las acciones del ELN encontraron como respuesta el inicio de una ola represiva que implicó torturas, detenciones clandestinas y ejecuciones públicas contra la población civil.
Según Álvarez Acosta (2023):
La Revolución Cubana triunfó en el año 1959, coincidiendo con el proceso de liberación nacional en África del Norte y Medio Oriente: la lucha armada en Argelia y el triunfo del Frente de Liberación Nacional, en particular, y el ascenso del nacionalismo árabe, en general. El apoyo a los movimientos progresistas, anticolonialistas y antiimperialistas y contra el accionar de Estados Unidos y sus aliados en la región, se concretó tempranamente en la colaboración y relaciones con el gobierno de Gamal Abdel Nasser en Egipto y con el Frente de Liberación Nacional de Argelia (p. 104).
La victoria revolucionaria constituyó un poderoso referente para el movimiento guerrillero en Argelia. Esto se puede comprobar en la creación, dentro de las filas del ELN Argelino, del Comando Fidel Castro, caracterizado por su preparación integral. Desde enero de 1959, Cuba había expresado su admiración y solidaridad con la gesta de liberación nacional del pueblo argelino. La postura de la mayor de las Antillas sobre la lucha en la nación africana fue expresada por el Comandante en Jefe al decir en el hemiciclo de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en septiembre de 1960: "En el problema de Argelia, ni qué decir que estamos ciento por ciento al lado del derecho del pueblo de Argelia a su independencia" (Castro, 1960).
Entre los ejemplos de apoyo de nuestro país y del líder histórico a la causa argelina, se encuentra el recibimiento Abdekader Chanderli, representante permanente del FLN Argelino en la ONU, y el establecimiento de relaciones de Cuba con esta agrupación entre 1960 y 1961. Asimismo, a finales de este año se envió a Argelia un cargamento de armas en el buque cubano Bahía de Nipe. El armamento —compuesto por ametralladoras, morteros y fusiles FAL— fue desembarcado en el puerto marroquí de Casablanca y trasladado a la base del ejército argelino, ubicada en la ciudad de Oujda. Dicha embarcación regresó con un numeroso grupo de niños huérfanos y combatientes argelinos que recibieron cuidados y educación en Cuba (García Blanco, 1990).
La ayuda prestada por Cuba a la independencia de Argelia provocó tensiones con el gobierno de Charles De Gaulle. Al decir de Gleijeses (1999):
Si Cuba se hubiese fijado solo en sus propios intereses, lo más conveniente hubiese sido no comprometerse a darle ayuda al FLN, porque esta decisión significaba chocar con De Gaulle, quien estaba dispuesto a mantener relaciones normales con la Cuba revolucionaria, en parte para fastidiar a los Estados Unidos. Pero Cuba eligió darle ayuda a la revolución argelina.
Después del triunfo de la revolución argelina, el 5 de julio de 1962, se hizo aún más sólida y estrecha la amistad entre Cuba y la República Argelina Democrática y Popular. En octubre del mismo año, su presidente, Ahmed Ben Bella, viajó a Cuba por invitación gubernamental. La visita del mandatario argelino tuvo una gran significación para las relaciones entre ambas naciones. De ella, Fidel expresó:
Visitar a Cuba en los instantes en que el poderoso y rico imperio yanqui redobla su hostilidad y su odio hacia nuestra patria y pretende imponernos con la amenaza, el chantaje y el soborno, un criminal bloqueo económico y comercial, en la esperanza de rendir por hambre a la Revolución Cubana; visitar a Cuba cuando los imperialistas yanquis amenazan, además, con atacar en cualquier instante nuestro país, y ahogar en sangre la obra creadora de nuestro pueblo, es por parte de usted, señor primer ministro, un acto de valentía y firmeza política que define su carácter, y un gesto de amistad que no olvidaremos nunca. Pero que al mismo tiempo honra, ante todos los pueblos del mundo, a la nación argelina (Castro, 1962).
Durante su estancia, a pocos días de la dramática crisis de los misiles, Ben Bella entregó a Fidel la Medalla de Honor, primera ocasión en que se otorgaba este galardón. En la ceremonia el mandatario argelino expresó:
Jamás olvidaremos lo que hicieron a favor de nuestros refugiados de Marruecos y Túnez, ni como fueron acogidos y atendidos aquí nuestros huérfanos y nuestros heridos. Compañero Fidel Castro, el Frente Argelino de Liberación Nacional ha entregado una sola Medalla de Honor, y fue a usted (Ben Bella, 1962).
Como bien quedó plasmado en la historia, no fue la independencia del colonialismo francés el último obstáculo para el libre desarrollo de la nación argelina. La escalada expansionista marroquí se convirtió en una amenaza para Argelia. Sin embargo, lo que la historia y los historiadores de la burguesía occidental han decidido obviar, es la implicación directa de los Estados Unidos en este asunto. Esto fue señalado por Fidel, cuya posición al respecto no fue otra que mantener el apoyo incondicional a Argelia.
Según García Blanco (1990):
En el momento de la agresión marroquí, desde el punto de vista militar, la situación de Argelia era muy difícil. Tras las pérdidas sufridas durante la guerra contra el colonialismo francés, las tropas del Ejército de Liberación Nacional no habían tenido tiempo ni recursos para organizar unidades regulares. En esencia, el ejército estaba formado por las unidades guerrilleras de infantería que, durante la guerra de liberación nacional, habían operado contra el ejército colonial mediante la utilización de los métodos de la guerra irregular.
Aunque la Revolución Cubana había logrado dar sus primeros pasos en el desarrollo económico, político, social y militar del país, aún enfrentaba las dificultades que se derivaron del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos; los actos de subversión y sabotaje que ejecutaba la reacción interna y externa y las agresiones de los núcleos contrarrevolucionarios establecidos en algunas zonas montañosas del país, armados y financiados por el gobierno yanqui. Por otra parte, el paso del ciclón Flora había ocasionado graves daños a la agricultura y zonas rurales en general, que obligaron a movilizar gran cantidad de personal tanto civil como militar, así como a emplear importantes recursos en la recuperación después del huracán.
A pesar del panorama cubano de la época, la mayor de las Antillas respondió a la petición de ayuda del pueblo y gobierno argelino. El aumento de las tensiones condujo a la solicitud de ayuda por parte del gobierno argelino. Por esta razón, el primer grupo de internacionalistas cubanos partió hacia Argelia en el buque Aracelio Iglesias. De esta forma se daba inicio a la colaboración militar de Cuba en África.
Al decir de Fidel:
Argelia fue el país donde primero se puso a prueba nuestra conciencia internacionalista. Aparte de la modesta cooperación antes mencionada, después de aquella crisis y ya triunfante la lucha de Argelia por su independencia, surgieron graves riesgos de agresión exterior. Los miles de kilómetros de distancia que separan nuestra pequeña Isla de Argelia por su independencia, no fueron obstáculo para que combatientes cubanos fuertemente equipados cruzaran con toda urgencia el Atlántico para apoyarla (Castro, 2001).
En la entrevista concedida por Fidel a Ignacio Ramonet, Fidel señala la relación entre Marruecos y Estados Unidos hacia Argelia con el fin de apoderarse de sus importantes yacimientos de recursos. Al respecto señaló:
Por primera vez, en esa ocasión, tropas cubanas […] cruzaron el océano y, sin pedirle permiso a nadie, acudieron al llamado del pueblo de Argelia, el cual consiguió así defender sus fronteras y proteger sus riquezas (Castro, 2006).
Sin embargo, la ayuda cubana no se limitó al orden militar. En la inauguración de la Escuela de Medicina Playa Girón, y posterior a la visita de Ben Bella, Fidel planteó la idea de enviar una brigada médica para ayudar a Argelia en un momento en el cual solo contaba con cerca de 600 galenos, de los cuales 258 eran argelinos. En su discurso Fidel expresó:
Hoy podemos enviar solo 50, pero dentro de ocho o diez años, quién sabe cuántos, y estaremos ayudando a nuestros hermanos […] porque la Revolución tiene el derecho de recoger los frutos que ha sembrado (Castro Ruz, 1962).
La brigada fue presidida por José Ramón Machado Ventura, en esa fecha ministro de Salud Pública, y como responsable fue nombrado el doctor Gerald Simón Escalona. El arribo de esta brigada médica a Argelia en mayo de 1963, dio inicio a la colaboración económica y científico-técnica de la Revolución Cubana con otros pueblos. Esta es considerada, hasta la actualidad, como una característica de nuestro país que nos distingue en el mundo (López Blanch).
Como muestra de las fructíferas relaciones entre Cuba y Argelia, sobresalen las visitas de sus dirigentes en diferentes momentos históricos. Además del arribo a Cuba de Ben Bell en 1962, sobresale la primera visita de Fidel Castro a la nación árabe, en 1972. Fue recibido por el presidente, Houari Boumedienne. Al año siguiente, Fidel regresó a Argelia para participar por primera vez en una Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL). Igualmente, el presidente argelino, Houari Boumedienne, visitó Cuba, el 12 de abril de 1974, invitado por el primer ministro, Fidel Castro. En esta ocasión le fue conferida la Orden José Martí, la más alta condecoración del Estado cubano, que también le fue otorgada a Chadli Bendjedid, presidente de la República Argelina Democrática y Popular, y secretario general del Partido Frente de Liberación Nacional, durante su visita a la Isla en el año 1985. Fidel visitó Argelia otras seis ocasiones en los años 1976, 1977 (dos visitas), 1978, 1986 y 2001.
Conclusiones
Es posible afirmar que los paralelismos entre la historia argelina y la cubana en cuanto al pasado colonial, las amenazas expansionistas, los métodos y carácter de la lucha. A partir de esto, en la historia de las relaciones entre ambos países se aprecia el reconocimiento mutuo y la influencia del proceso emancipador de una nación en la ideología de la otra.
La impronta de Fidel en las relaciones entre Cuba y Argelia es trascendental. El liderazgo de Fidel en la causa revolucionaria constituyó un incentivo moral para los revolucionarios argelinos. Además, el papel cimero de Fidel en la elaboración y encarnación de la política exterior revolucionaria se demostró en el apoyo incondicional a la causa de Argelia, incluso si eso condicionaba los vínculos con países preponderantes en la arena internacional. Esto demostró la solidez de los principios de la Revolución Cubana.
La obra de Fidel constituye la base de las relaciones cubano-argelinas. Finalmente, es necesario acotar que fue el pensamiento fidelista ejecutado en Argelia el precursor de la meritoria hoja de servicios a la humanidad que ha escrito la colaboración cubana en los más diversos ámbitos.