Cuadernos de Nuestra América/Nueva Época/No. 017 / octubre-diciembre, 2025/
RNPS: 2529 /ISSN: 2959-9849/ 150 pp.
La Segunda Guerra Mundial, la imposibilidad de olvidar
los horrores vividos
World War II, the impossibility of forgetting the horrors experienced
Larissa Plachinda
Primera secretaria de la embajada de la Federación de Rusia en Cuba.
Fecha de recepción: mayo 2025
Fecha de aprobación: junio 2025
Resumen
La victoria sobre el fascismo constituye un acto de heroísmo para el pueblo soviético y en especial para el pueblo ruso. Es un día sagrado y de especial significación, millones de hombres y mujeres murieron combatiendo al invasor fascista. Esta victoria tuvo un precio alto, fue una tragedia para muchas familias, que dieron sus vidas por defenderse del invasor fascista. Desgraciadamente, estas lecciones no acaban de aprenderse cuando aún en el mundo —y en especial en Europa— desarrollan una rusofobia sin precedentes, justificando acciones que recuerdan el pasado del fascismo despiadado. Con este pequeño artículo hacemos un llamado a que aquel genocidio no se repita jamás. Los pueblos deben vivir en paz.
Palabras clave: victoria, genocidio, agresión, fascismo, rusofobia.
Abstract
The victory over fascism is a heroic event for the Soviet people, and especially for the Russian people. It is a sacred day of special significance. Millions of men and women died fighting the fascist invader. This victory came at a high price; it was a tragedy for many families who gave their lives defending themselves against the fascist invader. Unfortunately, these lessons are not fully learned, even though even the world, and especially Europe, is experiencing an unprecedented Russophobia, justifying actions that recall the past of ruthless fascism. With this short article, we call for that genocide to never be repeated. People must live in peace.
Keywords: victory, genocide, aggression, fascism, russophobia.
La lección más importante de la historia
es que la gente no aprende de los errores de la historia.
Aldous Huxley
Introducción
Para Rusia, el 9 de mayo es el día sagrado y el 80 Aniversario de la victoria en la Gran Guerra Patria es sin duda el aniversario más importante de este año.
No por casualidad el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha firmado un decreto proclamando este año como el Año del Defensor de la Patria.
Creo que no hay una sola familia en Rusia que no haya sufrido durante la Gran Guerra Patria. Esta terrible tragedia dejó profundas heridas en la memoria del pueblo ruso. La victoria tuvo un alto precio, 26,6 millones de personas, militares y civiles, murieron en batalla, bajo los ataques aéreos enemigos, de hambre y de enfermedades. A manos de los nazis, 13,7 millones de personas murieron a causa de los trabajos forzados en Alemania o sus territorios ocupados.
Desarrollo
Europa ha sido históricamente cuna de agresores militares que llegaron a Rusia con la esperanza de tomar nuestros territorios y recursos: Napoleón y Hitler son los ejemplos más emblemáticos.
Por desgracia, no se han aprendido las lecciones del pasado. Ahora en los países europeos vemos cómo se alimentan los sentimientos militaristas y se habla constantemente de la falsa amenaza de Rusia.
Esta actitud de Occidente por causar una derrota estratégica a Rusia ha adquirido carácter de obsesión. A principios del mes de abril de este año se celebró en Bruselas una reunión del Consejo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a nivel de ministros de Asuntos Exteriores. Allí se habló con toda seriedad de las acciones preparativas para un conflicto armado que podría tener lugar en cuatro o cinco años. La OTAN planea aumentar el gasto militar del 3 % al 5 % del Producto Interno Bruto (PIB) de sus países miembros. Al mismo tiempo, la Unión Europea planea gastar 800 000 millones de euros para subsidiar los gastos militares en los próximos cuatro años. Esto es muy preocupante, ya que existe una amenaza real de que se produzca el mayor conflicto militar desde la Segunda Guerra Mundial con la participación de potencias nucleares.
Los últimos tres años, desde el inicio de la Operación Militar Especial en Ucrania, se han convertido en una especie de "momento de la verdad", en el que Occidente ha mostrado sus verdaderas intenciones. Han abandonado los principios "de democracia" que exigían a otros países: derechos de propiedad inviolables, libertad de expresión y movimiento, acceso a la información, etcétera. Los que acostumbraban a decir a todo el mundo cómo vivir, proclamándose paladines de la democracia y los derechos humanos, apoyaron sin tapujos al régimen neonazi de Kiev.
Ahora vemos en Ucrania una dictadura neonazi hundida en la corrupción y las violaciones masivas de los derechos humanos. Por eso, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha proclamado que uno de los objetivos de la actual Operación Militar Especial en Ucrania es la desnazificación de ese país.
Ya no es ningún secreto que las élites ultraliberales occidentales están motivadas por las ideas hegemónicas. Como el canciller ruso, Serguey Lavrov, ha comentado en muchas ocasiones, Occidente siempre ha intentado fragmentar Rusia y ahora ha reunido a unos 50 países en su contra "bajo banderas nazis", de hecho, es la guerra híbrida contra Rusia.
Hablando en términos de política exterior, quisiera destacar que, a pesar de la guerra de desinformación provocada por el "Occidente colectivo", la voz de nuestro país en la escena internacional suena con fuerza. El mundo comprende que la falsificación de la historia y el debilitamiento de los valores morales, conducen a la degradación de los fundamentos del Estado y a la pérdida de soberanía. La Ucrania moderna es un trágico ejemplo de esta práctica.
Volodimir Zelensky ha dado un giro de 180 grados, ha pasado de ser un hombre que llegó al poder con consignas de paz, con consignas de "aléjate de la lengua rusa", es nuestra lengua común, nuestra cultura común —está todo en Internet—, a convertirse en seis meses en un nazi puro y, como bien dijo el presidente Vladimir Putin, en un traidor al pueblo judío.
Sin embargo, Rusia cuenta con el apoyo de los países que se oponen al resurgimiento del nazismo en todas sus formas y manifestaciones. La inmensa mayoría de los estados miembros de las Naciones Unidas vota anualmente a favor de la resolución de la Asamblea General sobre la lucha contra la glorificación de esta ideología odiosa.
También es importante que la comunidad internacional reconozca el genocidio cometido por el Tercer Reich contra los pueblos de la Unión Soviética durante la Gran Guerra Patria de 1941 a 1945. El reconocimiento internacional de los actos cometidos por el Tercer Reich como actos de genocidio es una medida largamente esperada y destinada a restablecer la justicia histórica para todos los pueblos de la antigua Unión Soviética. Pero este trabajo sería muy difícil porque existe una tremenda oposición por parte de las élites occidentales en Europa. Sin embargo, la cancillería rusa continuará su trabajo para lograr dicho reconocimiento.
Otra lección importante es que en el mundo multipolar es necesario tener instituciones internacionales fuertes, basadas en la primacía del derecho internacional.
Uno de los resultados más importantes de la Primera Guerra Mundial fue la creación de la Liga de Naciones. Se depositaron grandes esperanzas en esta organización internacional para garantizar la paz y la seguridad colectiva a largo plazo. Era una idea progresista para su época. Sin embargo, la Liga de Naciones, dominada por las potencias vencedoras —Gran Bretaña y Francia— demostró su ineficacia y se quedaba en discusiones vacías. En la Liga de Naciones y en el continente europeo en general, no se atendieron los repetidos llamamientos de la Unión Soviética para formar un sistema igualitario de seguridad colectiva.
En este contexto, es muy importante aprender las lecciones de las peligrosas consecuencias del curso de debilitación de la arquitectura de la ONU que se formó como resultado de la Segunda Guerra Mundial y que ha servido como un seguro fiable contra escenarios catastróficos.
Es necesario abandonar, no solo la fuerza, también cualquier otro método de imponer el propio modelo de desarrollo. El lema "Lo que está permitido a Júpiter, no está permitido al toro" es el "orden basado en reglas" que proponen los países occidentales. Hay que abandonar la política de doble rasero, la política absurda. Rusia es el país con mayor número de sanciones en el mundo: 28 595 contra personas naturales y jurídicas.
Es de interés común que la ONU se mantenga firme y sólida. Somos diferentes, pero eso no debe impedirnos trabajar por el bien de nuestros pueblos y de toda la humanidad. Solo así podremos cumplir la alta misión de las Naciones Unidas: salvar a las generaciones presentes y futuras de las guerras, la enfermedad y el hambre, y construir un futuro más pacífico, estable y democrático para todos.
Ahora vemos que se está desarrollando otra ronda de guerra comercial, iniciada por Estados Unidos en un intento de mejorar su balanza comercial. Se impusieron aranceles sin precedentes a todos los países del mundo. Las tarifas aduaneras para China ascendieron a más del 100 %. Al mismo tiempo, nadie en este asunto está considerando las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que una vez fueron promovidas activamente por Occidente.
Las nuevas tarifas impuestas por la administración Trump podrían reducir el PIB en un 7 %. Es una nueva espiral de rivalidad económica que se está desarrollando literalmente ante nuestros ojos. Ya hemos visto la situación similar: las dos guerras mundiales fueron precedidas por un período de proteccionismo estricto, intentos de las grandes potencias de establecer esferas de intereses económicos privilegiados. Es absolutamente claro que un mundo dividido políticamente no puede permanecer unido económicamente. Vladimir Lenin, cuyo aniversario celebramos hoy, tenía razón cuando dijo: "La política es la expresión concentrada de la economía". Como dijo la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zakharova: "Occidente siempre busca salidas a las crisis económicas a través de las guerras".
Otro problema actual es que las páginas más trágicas de la historia de la humanidad se manipulan con fines políticos.
En enero de este año, Rusia no fue invitada a la celebración del 80 Aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz. Había descendientes de las víctimas, descendientes de los que construyeron el campo de concentración, pero no había descendientes de los liberadores, del Ejército Rojo.
En el año pasado, París consideró posible no invitar a Rusia a celebrar el 80 Aniversario del desembarco de las tropas aliadas en Normandía, pero invitó a los herederos ideológicos del nazismo alemán: los dirigentes del régimen de Kiev. Y esto fue una decisión políticamente motivada.
Como ha declarado en muchas ocasiones el canciller Serguéi Lavrov, Rusia defenderá un mundo basado en el resultado de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de las acciones de los enemigos y del resurgimiento del neocolonialismo. Un resultado importante de la Segunda Guerra Mundial fue el colapso de la teoría nazi y, posteriormente, el colapso de la teoría racial, lo que predeterminó el colapso del sistema colonial. El Imperio Británico se derrumbó en los primeros años tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Muchas colonias declararon su independencia en el transcurso de la guerra. Algunos países declararon su independencia inmediatamente después de la guerra. Pero se rompieron los imperios coloniales de todos modos, porque hubo un cambio en la mentalidad y esta revolución es un resultado positivo muy importante de la Segunda Guerra Mundial.
El ministro de Asuntos Exteriores subrayó que la Federación Rusa "va a desarrollar una cooperación polifacética con todos los países afines de América Latina, África y Gran Eurasia".
Es necesario conocer la historia para aprender los errores del pasado e intentar evitarlos. Yo diría incluso que el miedo y el temor a las guerras están inscritos en el código genético del pueblo ruso. Hay una frase que dice: "Rusia no empieza las guerras, las termina".
Yevgeny Yevtushenko
¿Querrían los rusos la guerra?
¿Querrían los rusos la guerra?
Al gris silencio preguntad,
al álamo y al abedul,
—a los soldados, preguntad—,
que yacen solos en sus tumbas,
sus hijos les responderán
por qué no quieren los rusos la guerra.
¿Querrían los rusos,
querrían los rusos,
querrían los rusos la guerra?
No solo por su gran país
cayeron los soldados.
Cayeron para que tranquila
duerma por fin la humanidad,
entre sus hojas de papel
duermen París y Nueva York.
Que les respondan vuestros hijos...
¿Querrían los rusos,
querrían los rusos,
querrían los rusos la guerra?
Sí, podemos pelear,
mas no queremos que otra vez
caiga en la lucha el soldado
sobre la tierra que él amó.
Preguntad a las madres
y a las esposas preguntad,
entonces tú ya puedes comprender...
¿Querrían los rusos,
querrían los rusos,
querrían los rusos la guerra?
Quiero mantenerme a tiempo.
Un último comentario
Para nosotros, los ciudadanos de Rusia, el recuerdo de la Gran Guerra Patria, de todos los que lucharon y murieron, es absolutamente sagrado. Nosotros, los hijos, nietos y herederos de los vencedores, junto con nuestros amigos en el mundo entero, debemos hacer todo lo posible para garantizar que se preserve la verdad sobre la Segunda Guerra Mundial, sus héroes, víctimas y criminales. Esto nos da fuerzas para servir a nuestra patria y luchar por la paz en el mundo entero.