Cuadernos de Nuestra América/Nueva Época/No. 017 / octubre-diciembre, 2025/
RNPS: 2529 /ISSN: 2959-9849/ 150 pp.

Orígenes de la integración latinoamericana: del panamericanismo al latinoamericanismo

Origins of Latin American integration: from Panamericanism to Latin Americanism

M. V. Movsésov

Estudiante de posgrado del departamento de Relaciones Internacionales y Política Exterior de Rusia, Universidad de las Relaciones Internacionales adjunta al Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia (Universidad MGIMO).

e-mail: mmovsesov@gmail.com

ORCID: 0009-0001-3614-436X

Fecha de recepción: junio 2025

Fecha de aprobación: julio 2025

Resumen

Este artículo examina los orígenes y evolución de dos paradigmas centrales en la integración latinoamericana: el panamericanismo y el latinoamericanismo. Surgidos en el siglo xix, estos modelos representan visiones contrastantes de unidad regional. El panamericanismo, impulsado por Estados Unidos, promovía la cooperación hemisférica bajo principios liberales, aunque su aplicación a menudo divergió de sus ideales declarados. En contraste, el latinoamericanismo, articulado por líderes como Bolívar y Martí, enfatizó la autonomía regional y la resistencia a la dominación externa. A pesar de esfuerzos ambiciosos, el latinoamericanismo enfrentó desafíos significativos como la desconfianza intrarregional. El estudio analiza las dimensiones ideológicas, políticas y económicas de ambos conceptos, concluyendo que, pese a sus deficiencias, sentaron las bases para los posteriores esfuerzos de integración regional.

Palabras clave: Integración latinoamericana, panamericanismo, latinoamericanismo, Simón Bolívar, José Martí, Doctrina Monroe, regionalismo, cooperación hemisférica, siglo xix, soberanía, antimperialismo, OEA, Congreso de Panamá.

Abstract

This article examines the origins and evolution of two central paradigms in Latin American integration: Pan-Americanism and Latin Americanism. Emerging in the 19th century, these models represent contrasting visions of regional unity. Pan-Americanism, driven by the United States, promoted hemispheric cooperation based on liberal principles, although its implementation often diverged from its stated ideals. In contrast, Latin Americanism, articulated by leaders such as Bolívar and Martí, emphasized regional autonomy and resistance to external domination. Despite ambitious efforts, Latin Americanism faced significant challenges, including intraregional distrust. The study analyzes the ideological, political, and economic dimensions of both concepts, concluding that, despite their shortcomings, they laid the groundwork for subsequent regional integration efforts.

Keywords: Latin American integration, Pan-Americanism, Latin Americanism, Simón Bolívar, José Martí, Monroe Doctrine, regionalism, hemispheric cooperation, 19th century, sovereignty, anti-imperialism, OAS, Congress of Panama.

Introducción

La cooperación política y económica intrarregional ha sido una prioridad en la política exterior de los estados latinoamericanos durante las últimas décadas. Sin embargo, los intentos de crear una plataforma regional inclusiva al estilo de la UE en América Latina no han tenido éxito. En la actualidad, existen más de 15 organizaciones regionales en la región latinoamericana, que varían tanto en el número de estados miembros como en las cuestiones prioritarias de la cooperación para la integración. Para entender las razones de este llamativo contraste entre las posibilidades y la realidad de la integración en América Latina, este estudio propone acudir a los orígenes del regionalismo latinoamericano.

La idea de la necesidad de la unidad latinoamericana se remonta al primer cuarto del siglo xix, cuando los países de la región se independizaron de la corona española. Simón Bolívar, uno de los líderes más famosos de la lucha por la independencia latinoamericana, vio en la unidad de los países latinoamericanos la clave de la prosperidad y el bienestar de la región. Estados Unidos, una federación de antiguas colonias del Imperio Británico que decidieron voluntariamente crear un Estado libre e independiente, ocupaba inequívocamente una posición de liderazgo en el hemisferio occidental a principios del siglo xix.

La posición y las acciones de Estados Unidos se convirtieron en el factor determinante en la creación de los primeros proyectos de integración en América Latina. Este estudio examinará los fundamentos teóricos del primer concepto de integración para la región latinoamericana, denominado "panamericanismo", así como el paradigma alternativo de integración formulado posteriormente, denominado "latinoamericanismo". La comprensión de los fundamentos teórico-ideológicos, políticos y económicos de estos conceptos ayudará a entender los orígenes de los procesos de integración en América Latina.

El surgimiento y esencia del concepto de panamericanismo

El término "panamericanismo" fue acuñado por periodistas mucho después de la materialización de las realidades políticas que esta concepción busca reflejar. Su primera mención se relaciona con la Conferencia Internacional Americana en Washington entre 1889 y 1890.1 Dado que este término carece de una definición jurídica precisa, su uso varía según los autores, la época y la fuente. En general, es pertinente destacar tres interpretaciones principales del término "panamericanismo":

Cabe señalar que las definiciones anteriores no son necesariamente contradictorias.5 Para los investigadores, surge otra pregunta: ¿puede el panamericanismo ser visto exclusivamente como una postura ideológica antieuropea de las antiguas colonias de monarquías europeas? O bien, ¿hay algo más detrás de esta idea —intereses geopolíticos comunes de los estados del Nuevo Mundo, basados en la proximidad histórico-cultural y civilizacional de los países de la región? Por un lado, en las cartas y escritos de los libertadores latinoamericanos, se observa un marcado contraste entre Europa y Estados Unidos.6

Europa es descrita como un "brillante telón que oculta una de las imágenes más terribles de desastre y vicio", mientras que Estados Unidos se erige como el "principal milagro" del desarrollo político de los últimos siglos. Por otro lado, muchos investigadores han señalado —acertadamente— la naturaleza no agresiva de la idea panamericana, incluso si, a principios del siglo xix, el concepto de panamericanismo contrastaba el Nuevo Mundo con el Viejo (Europa), con el tiempo, el antagonismo entre los estados americanos y europeos pasó a un segundo plano.

La interrelación entre los procesos de integración en América Latina y el concepto de panamericanismo es una cuestión mucho más relevante para esta investigación. Para responderla, es necesario profundizar en los eventos históricos concretos que influyeron en la formación del panamericanismo.

El origen fáctico de las ideas panamericanas se remonta al primer cuarto del siglo xix, cuando las colonias latinoamericanas del Imperio español luchaban por su independencia. Los líderes del movimiento de liberación nacional en América Latina veían en Estados Unidos un referente y, en gran medida, un modelo para construir un estado fuerte e independiente en el Nuevo Mundo.7

En los escritos y cartas de los políticos latinoamericanos de principios del siglo xix, incluido Simón Bolívar, Estados Unidos es mencionado en relación con los siguientes eventos:

El reconocimiento por parte de Estados Unidos de la independencia de los estados latinoamericanos;

Es importante destacar que Simón Bolívar y otros líderes latinoamericanos eran bastante escépticos respecto a la inclusión plena de Estados Unidos en los procesos de integración de Sudamérica. Existían razones objetivas y subjetivas para ello. Entre las razones objetivas, cabe mencionar el bajo nivel de interacción real entre América del Norte y del Sur a finales del siglo xviii y la primera mitad del xix. Por ejemplo, entre los años1795 y 1801, las relaciones comerciales oficiales entre las Américas eran prácticamente inexistentes, y en el período 1821-1828, los principales socios comerciales de Estados Unidos en América Latina —Cuba (parte del Imperio español) y Brasil— representaban solo 9 % y 2 % del total de las importaciones estadounidenses, respectivamente.8

En comparación, durante el mismo período, los países europeos representaban 63 % de las importaciones estadounidenses, mientras que los países asiáticos representaban 11 %. John Quincy Adams, sexto presidente de Estados Unidos, consideraba que, antes de la independencia de los países sudamericanos
a principios del siglo xix, la interacción real entre los países de América del Norte y del Sur era prácticamente nula.9

En cuanto a las razones subjetivas, cabe mencionar la ambivalencia de Simón Bolívar al evaluar el papel de Estados Unidos en la lucha de los pueblos latinoamericanos por su independencia. En su famosa Carta de Jamaica (1815), Bolívar compara la política de Estados Unidos con la de los estados europeos: ambos actuaban como "observadores pasivos" mientras su pueblo luchaba por la independencia de la Corona española.10 Sin embargo, en sus obras, Bolívar a menudo destaca el hemisferio occidental como una unidad, lo que guarda gran similitud con el concepto de panamericanismo. En sus inicios, Bolívar también admiraba el compromiso de Estados Unidos con la libertad, lo que parecía una alternativa exitosa al colonialismo europeo.

Para comprender todos los factores que dieron forma al concepto de panamericanismo, también es necesario analizarlo desde la perspectiva de la política estadounidense de principios del siglo xix. Un hito importante para el panamericanismo es tradicionalmente la Doctrina Monroe, que se convirtió en la encarnación ideológica del panamericanismo en la política exterior de Estados Unidos durante muchos años y, según algunos investigadores, sigue siéndolo hasta hoy.11 En su mensaje anual al Congreso, en 1823, el quinto presidente de Estados Unidos, James Monroe, expuso los principios de la política exterior estadounidense, que pueden resumirse brevemente en los siguientes puntos:

Aunque estos principios satisfacían, en gran medida, los intereses de los estados latinoamericanos y proclamaban un carácter defensivo en la política exterior de Estados Unidos, generaron reacciones controvertidas entre los líderes de América Latina. Un aspecto crucial es que esta doctrina fue adoptada unilateralmente por Estados Unidos, sin consultas previas con los nuevos países de América Latina, a pesar de que obviamente afectaba sus intereses.12
A los líderes latinoamericanos les inquietaba no solo el carácter unilateral de la Doctrina Monroe; también su aplicación selectiva. Por ejemplo, siguiendo sus principios, Estados Unidos protegía el hemisferio occidental de la influencia británica, pero no se arriesgó a oponerse a la intervención francesa en México entre 1861 y 1867. Había razones objetivas para ello: la debilidad militar y la inestabilidad de Estados Unidos debido a la Guerra Civil (1861-1865), así como la reticencia a dañar las relaciones con los acreedores europeos en ese momento. Además, la Doctrina Monroe no impedía que Estados Unidos interfiriera en los asuntos de los estados latinoamericanos, e incluso servía a veces como justificación para dichas intervenciones. Por ejemplo, tras la Guerra México- Estadounidense (1846-1848), Estados Unidos se anexionó gran parte del territorio mexicano. Asimismo, durante el siglo xix, Estados Unidos obtuvo el control de nuevos territorios en el Nuevo Mundo, como Cuba y Puerto Rico. Los políticos estadounidenses intentaron interpretar la Doctrina Monroe de manera expansiva. Por ejemplo, el secretario de Estado, Richard Olney, argumentó que la Doctrina otorgaba a Estados Unidos el derecho exclusivo de resolver disputas territoriales en el hemisferio occidental.13

A principios del siglo xx, el presidente Theodore Roosevelt amplió su aplicación, lo que pasó a la historia como la "Política del Gran Garrote", que consistía en el derecho directo de Estados Unidos a intervenir en los asuntos internos de los estados latinoamericanos, para prevenir el caos en la región. Así, desde su proclamación hasta hoy, las élites políticas e intelectuales de América Latina han visto la Doctrina Monroe como un pretexto para justificar la expansión estadounidense en la región.14 El propio Simón Bolívar, en su momento, se desilusionó de su entusiasmo inicial hacia Estados Unidos y su papel en la independencia e integración de los países de Centro y Sudamérica.15 Sin embargo, la idea panamericana fue uno de las primeros y más importantes paradigmas integracionistas para América Latina en los siglos xix y xx. En esta investigación, es pertinente analizar los proyectos clave de integración bajo el espíritu del panamericanismo en siglos pasados, que fueron los primeros intentos de consolidación regional.

El primer intento significativo de integración de América Latina bajo el liderazgo de Estados Unidos se llevó a cabo a finales del siglo xix, cuando este país se había recuperado por completo de las secuelas de la Guerra Civil. En 1889, los líderes latinoamericanos recibieron una invitación del presidente Grover Cleveland para asistir a la primera conferencia panamericana, en la que participaron todos los países de la región, excepto República Dominicana. Es importante destacar los siguientes aspectos. En primer lugar, la invitación a la conferencia justificaba la necesidad de cooperación entre los estados americanos únicamente por razones pragmáticas y racionales, priorizando los ámbitos económico (creación de una zona de libre comercio y reducción gradual de aranceles y barreras comerciales) y los mecanismos de resolución de disputas mediante arbitraje.

En segundo lugar, cabe mencionar el intento de Estados Unidos de utilizar las ventajas de su modelo capitalista como argumento principal para dicha cooperación económica. Las delegaciones latinoamericanas fueron invitadas a visitar diversas ciudades estadounidenses para presenciar de primera mano los beneficios de este modelo. Curiosamente, en un intento previo de convocar esta conferencia, el secretario de Estado, James Blaine, había enfatizado la necesidad de prevenir guerras entre los países americanos. Con base en esta información, pueden extraerse las características generales del modelo de integración para América Latina propuesto por Estados Unidos bajo el panamericanismo, a finales del siglo xix:

La idea de una América pacífica y democrática, en contraste con el Viejo Mundo, donde reinaban las guerras y represiones, impulsó la popularidad del panamericanismo en las décadas de 1930 y 1940.16 Sin embargo, los datos empíricos al respecto son bastante ambiguos, como se muestra en la Tabla 1.

Tabla 1. Conflictos armados en América Latina e intervención de Estados Unidos entre 1825 y 2025

Conflictos armados entre países de América Latina

9

Conflictos armados y disputas militarizadas entre un país de América Latina y otro fuera de la región

>30

Intervenciones de Estados Unidos en conflictos armados y golpes de Estado en América Latina

>100

Fuente: Elaboración propia en base a Sarkees y Wayman (2010); Palmer et al. (2020); Schoultz (1998) y Coatsworth (2005).

En general, las pruebas empíricas apoyan la tesis de que ha habido muchas menos guerras en el hemisferio occidental que, por ejemplo, en Europa o Asia. Sin embargo, los numerosos ejemplos históricos de intervención directa de Estados Unidos en los asuntos internos de los estados latinoamericanos, que en muchos casos exacerbó los conflictos, cuestionan la verdadera naturaleza pacifista del panamericanismo.

Investigadores rusos destacan las siguientes herramientas de presión utilizadas por Estados Unidos en América Latina en el siglo xxi: sanciones, apoyo a la oposición, guerras contra el narcotráfico, venta de armas, guerras híbridas y otras.17 No obstante, en comparación con Europa, el reducido número de conflictos
bélicos y otros factores, impiden descartar por completo el panamericanismo como idea de paz para el hemisferio occidental. América Latina fue la primera región del mundo en firmar un tratado para establecer una zona libre de armas nucleares —Tratado de Tlatelolco (1967)—. Además, como señalan acertadamente algunos estudios, los países latinoamericanos han buscado resolver disputas territoriales por medios pacíficos, a diferencia de las prolongadas guerras europeas de los siglos xix y xx.18

En resumen, el panamericanismo existe en varias dimensiones, ya sea como un marco para la cooperación entre los países latinoamericanos —según sus defensores— o como una justificación para la intervención estadounidense —según sus críticos—:

El latinoamericanismo como alternativa al panamericanismo

Como se mencionó anteriormente, el propio Bolívar terminó desencantado con la idea de una América unida bajo el modelo estadounidense. Los valores e ideales proclamados por Estados Unidos a menudo contrastaban con acciones pragmáticas destinadas a expandir su esfera de influencia. En este contexto, el líder de la Gran Colombia intentó consolidar a los países de América Latina, no de todo el Nuevo Mundo, marcando el primer intento de integración bajo un paradigma distinto al panamericanismo, que luego se denominaría "latinoamericanismo". Antes de analizar sus fundamentos conceptuales, es importante detenerse en el intento de integración liderado por Simón Bolívar, que sentó un precedente histórico.

En junio-julio de 1826, se celebró en Panamá un congreso de países latinoamericanos con ambiciosos objetivos: establecer una confederación regional, incluyendo la creación de un ejército conjunto y una política exterior común. A diferencia del proyecto panamericano, las ideas integracionistas del latinoamericanismo se centraban en la seguridad y la política exterior, viendo la integración como una herramienta para garantizar la soberanía de los nuevos estados independientes. Sin embargo, el Congreso de Panamá fue un fracaso: ninguno de sus acuerdos fue ratificado.19

Las razones de este fracaso son múltiples. En primer lugar, existían contradicciones entre los países de la región: Argentina y Chile se negaron a participar debido a desacuerdos con Bolívar y temores ante una posible hegemonía de la Gran Colombia. Además, Perú y Colombia tenían disputas territoriales no resueltas, que luego derivaron en un conflicto armado.

En segundo lugar, hubo presión externa de Estados Unidos y Gran Bretaña,20 que enviaron observadores sin poder para firmar acuerdos. El presidente John Quincy Adams no apoyó abiertamente el congreso, presentándolo como un intento de Bolívar de imponer la hegemonía de la Gran Colombia. Gran Bretaña, por su parte, saboteó las discusiones sobre seguridad y la creación de un ejército unificado.

En tercer lugar, ningún país latinoamericano estaba dispuesto —o era capaz— de asumir la carga financiera de proyectos integracionistas. Finalmente, el contexto histórico y cultural de la primera mitad del siglo xix también jugó un papel clave: diferencias en los sistemas sociales y legales, así como la falta de un sentido de unidad cultural suficiente entre los países recién independizados.

A pesar de su fracaso, el Congreso de Panamá tuvo un valor simbólico: fue la primera vez que Bolívar planteó la idea de la unidad política de los países hispanoamericanos, sentando las bases del latinoamericanismo. Este concepto, al igual que el panamericanismo, es multifacético y ha evolucionado con el tiempo. Sus características principales son:

El latinoamericanismo puede definirse como una concepción de unidad regional basada en identidad cultural, independencia política y vínculos económicos intrarregionales. Aunque es una alternativa al panamericanismo, no son completamente opuestos: ambos comparten el anticolonialismo, el compromiso con la democracia y el deseo de integración.

Para comprender los fundamentos teóricos del latinoamericanismo, es esencial analizar su dimensión cultural. La idea de una identidad latinoamericana surgió como una reacción a la construcción europea del término "América Latina", utilizado originalmente para justificar intervenciones como la francesa en México (1862-1867).22 Los pensadores latinoamericanos redefinieron después el concepto para oponerse a Estados Unidos.

Uno de los pensadores clave que reexaminó el término "América Latina" y formuló la idea de la identidad latinoamericana es el poeta y filósofo cubano José Martí. En sus obras, siendo la principal Nuestra América, José Martí intentó no solo separar la civilización latinoamericana de otras, es decir, formular la imagen del Otro, que es la principal evidencia de la existencia de identidad, sino también definir un conjunto de valores clave inherentes a la civilización latinoamericana. Según él, "Nuestra América", es decir, América Latina, se contrapone a la "otra América" —Estados Unidos—.23

Los valores dominantes de la civilización latinoamericana son la espiritualidad, el colectivismo y la conexión con la naturaleza, mientras que en la "otra América" prevalecen el materialismo, el individualismo y el imperialismo. José Martí enfatiza la unicidad de la civilización latinoamericana, basada en la mezcla de culturas (europea e indígena), es decir, en el proceso de mestizaje. Es importante señalar que "Nuestra América", a diferencia de "América Latina", no está formalmente vinculada a una raza en particular; es un concepto más inclusivo, basado en la realidad de finales del siglo xix, cuando la población indígena de los pueblos de América del Sur y Central jugaba un papel importante en el destino de la región.

A fines del siglo xix y principios del xx, la identidad latinoamericana no se definía únicamente en oposición a Estados Unidos. Pensadores como Francisco Bilbao y Justo Arosemena propusieron una democracia propia, diferenciada de las monarquías europeas y del modelo estadounidense. Sus principios incluían: 1. Sufragio universal masculino, republicanismo y separación Iglesia-Estado. 2. Sistemas legales justos, federalismo y abolición de la esclavitud.

Esta visión contrasta con estereotipos posteriores que asociaban la región con el autoritarismo. Un elemento clave de identidad fue el idioma común, que inicialmente excluía a Brasil (monárquico hasta 1889 y de habla portuguesa), aunque allí también ganó fuerza la idea de pertenencia a América Latina.

Así, a finales del siglo xix y principios del xx, un grupo de filósofos latinoamericanos intentó reexaminar y dar un nuevo significado al término "América Latina", creado en el proceso de colonización europea de la región.

En su dimensión civilizacional y cultural, el latinoamericanismo, desde su creación tiene una clara orientación antiestadounidense, llamando a resistir el imperialismo de los Estados Unidos. Sin embargo, no se reduce solo al antimperialismo, sino que incorpora una serie de ideas saludables sobre las cuales se construye la identidad de una región que recientemente ha obtenido su independencia: democracia, estado de derecho y justicia, inclusión de los pueblos indígenas, etcétera.

Este concepto pretendía fomentar la integración de los estados latinoamericanos, incluso cuando se estaba formando. En este sentido, merece la pena examinar más detenidamente la segunda y tercera dimensión del latinoamericanismo durante el período de formación de este concepto, es decir, su manifestación en la vida política y económica de la región.

Después del fallido Congreso de Panamá de 1826, se hicieron varios nuevos intentos de crear una confederación entre los estados latinoamericanos. Entre los congresos más importantes del siglo xix se encuentran
el Congreso de Lima (1847-1848), el Congreso de Santiago (1856) y el Segundo Congreso de Lima (1864).

Considero necesario detenerme más detalladamente en el Primer Congreso de Lima, que se convirtió en el segundo intento importante de consolidación de la región latinoamericana. La razón para convocar el Congreso en Lima fue la preocupación de los estados de América Latina por el posible regreso de los colonizadores españoles, por un lado, y la activa expansión de Estados Unidos en América Latina, por otro.24

Es interesante que en los recursos oficiales de la OEA, el Congreso se considere como un intento de los países de América Latina de unirse contra los colonizadores europeos, lo que no contradice de ninguna manera el concepto de panamericanismo25. Sin embargo, en la literatura histórica se señala que la anexión de los antiguos territorios de México por parte de Estados Unidos impulsó a los estados latinoamericanos a celebrar el Congreso. Como resultado del Congreso, se firmaron dos tratados y dos convenciones, siendo el documento más importante el Tratado de Creación de la Confederación. Entre las disposiciones principales del Tratado se encuentran:

Sin embargo, al igual que en el caso del Congreso de Panamá de 1826, los países se negaron a ratificar los acuerdos. Por ejemplo, Chile se negó a ratificar debido a un conflicto con Bolivia sobre los yacimientos de salitre, lo que posteriormente se convirtió en una de las causas de la Segunda Guerra del Pacífico (1879-1883). Como resultado, los países de América Latina veían en las iniciativas de integración de finales del siglo xix no una protección de su soberanía, sino una amenaza a ella. El nivel de confianza entre los países de la región seguía siendo bajo, debido a las disputas territoriales restantes, así como al miedo a la hegemonía de uno de los estados de América Latina.

A principios del siglo xix, la idea dominante era la de una confederación de estados latinoamericanos con prioridad en la defensa contra la interferencia externa. La ideología de la unión, que se convirtió en la base de la dimensión política del latinoamericanismo en la segunda mitad del siglo xix, se basa en la idea de la unidad de los pueblos de América en el período precolombino. La idea de la unión adquirió especial popularidad en Bolivia, Chile, México y Perú, y en menor medida, en Argentina.26

En estos países, en la década de 1860, se crearon las llamadas Sociedades de Unidad Hispanoamérica. Vale la pena señalar que el uso del término "Hispanoamérica" en el contexto de la idea de una confederación latinoamericana, excluye naturalmente del proceso de integración a dos jugadores importantes: Estados Unidos, y especialmente, Brasil. La evolución de la dimensión política del latinoamericanismo en el marco de los congresos regionales se puede rastrear en el análisis comparativo (ver Anexo 1).

Del análisis comparativo se pueden realizar varias observaciones sobre las tendencias de la dimensión política del latinoamericanismo a finales del siglo xix. En primer lugar, en las primeras iniciativas de integración se sigue un patrón similar: iniciativas ruidosas, luego discusión o incluso firma de un tratado bastante progresivo, después de lo cual los estados se negaron a adoptarlo o a su posterior ratificación. Las ambiciones y los intereses geopolíticos de los estados latinoamericanos contradecían la realidad (desacuerdos, miedo al fortalecimiento excesivo de uno de los países, etcétera).

En segundo lugar, el principal "freno" a la integración de este período puede considerarse Chile; la posición de este estado fue la que más a menudo obstaculizó la implementación de planes de integración. Esta regularidad puede explicarse por varias razones, las principales de las cuales se reducen a las siguientes: aislamiento geográfico y, como resultado, económico de Chile del resto de la región; falta de voluntad de las élites chilenas de compartir con otros estados sus ricos recursos naturales, principalmente depósitos de salitre; superioridad militar sobre los vecinos en el período considerado, especialmente en las fuerzas navales, lo que eliminaba el miedo a los colonizadores y también explica la falta de voluntad de las élites chilenas de vincularse con obligaciones innecesarias; finalmente, la presión externa de grandes potencias regionales, principalmente del Reino Unido sobre la posición de Chile.27 Si se resumen los factores clave de desintegración en el período de formación del latinoamericanismo, se pueden destacar: 1. Aislamiento económico y falta de interés del estado en la integración. 2. Superioridad sobre los estados de la región y falta de voluntad de asumir la "carga del pagador". 3. Presión de potencias extrarregionales.

Finalmente, la última observación que merece ser destacada, abordará tanto la dimensión política como económica del concepto de latinoamericanismo. Se trata de la economía más grande del Nuevo Mundo: Estados Unidos. La paradoja para los países de América Latina a finales del siglo xix radicaba en que el latinoamericanismo vincula la necesidad de integración con la amenaza de la expansión de Estados Unidos, es decir, tiene un carácter en cierta medida antiestadounidense. Sin embargo, económicamente la interacción integradora en esta etapa sin Estados Unidos no era posible. Cualquier acuerdo regional de libre comercio y uniones aduaneras en el hemisferio occidental a finales del siglo xix, sin la participación de Estados Unidos, en esencia, no tenía sentido.28 Esta fue, en particular, la principal razón del fracaso del Congreso de Montevideo de 1888: Argentina y Brasil no veían sentido práctico en la cooperación comercial sin acceso al mercado más grande de la región: Estados Unidos. Además, no se debe olvidar que los principales acreedores de los países de América Latina eran prácticamente en 75 % bancos estadounidenses y británicos.29 Sin su apoyo financiero, la cooperación institucional en formato de institutos supranacionales se veía seriamente dificultada.

En conclusión, es necesario examinar más detenidamente la dimensión económica del latinoamericanismo. El indicador clave en esta relación es la participación de importación/exportación de los países de la región en la balanza comercial de las naciones de América Latina. Vale la pena considerar que, a principios del siglo xx, para todos los países de América Latina, los socios comerciales clave eran el Reino Unido y Estados Unidos. En 1913, cuatro estados —Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia— representaban alrededor de 75 % de las importaciones/exportaciones latinoamericanas, y para muchos países —México, Bolivia, Chile, entre otros— este indicador superaba 80-90 %.30

Se puede decir claramente que el latinoamericanismo en su dimensión económica en esta etapa histórica no pudo recibir su realización efectiva: el nivel de interacción económica entre los países de América Latina permanecía extremadamente bajo. Sin embargo, los productores de varios países latinoamericanos expresaban preocupaciones sobre las consecuencias económicas de la política de "libre comercio" llevada a cabo por Estados Unidos.

En Perú, Argentina y México, el lobby de los productores locales llevó al aumento de aranceles y la prohibición de importar algunos productos. La conveniencia de tal política para la población es cuestionable, sin embargo, se puede señalar el hecho de que los gobiernos de los estados latinoamericanos a finales del siglo xix y principios del siglo xx oscilaban entre la política de "libre comercio" y el proteccionismo.

La disputa entre el panamericanismo y el latinoamericanismo penetraba varios aspectos de la vida política y económica de la región. Posteriormente, será precisamente el componente económico el que determinará la dinámica y el vector de las primeras plataformas de integración de la región.

Conclusiones

Así, en el siglo xix se formaron dos conceptos claves de la integración latinoamericana: panamericanismo y latinoamericanismo. Ambos conceptos son complejos, es decir, existen en varias dimensiones a la vez: la civilizatorio-cultural, la política y la económica. Es importante señalar que, a pesar de la orientación antiestadounidense del concepto de latinoamericanismo, no es necesario hablar de la completa oposición e irreconciliabilidad de estos conceptos. Esto explica el hecho de que, en el futuro, varios países latinoamericanos intentaran combinar dos vectores de desarrollo aparentemente opuestos. Hablando del período de finales del siglo xix y principios del xx, podemos afirmar la incapacidad de ambos conceptos para convertirse en una base sólida para la integración de la región latinoamericana.

En el caso del panamericanismo, la razón principal fue la divergencia fundamental entre los valores declarados y la política real de Estados Unidos, basada en un pragmatismo excluyente. En el caso del latinoamericanismo, la razón principal puede considerarse la inmadurez y la incapacidad real de aplicar prácticamente este concepto en el período descrito: la desconfianza entre los países de la región, así como la fragmentación económica de los países latinoamericanos, estaban reñidas con las grandes ambiciones políticas y la deseada unidad civilizacional y cultural. En consecuencia, ambos conceptos necesitaban ser repensados, refinados y aplicados con flexibilidad, lo que se convertiría en uno de los factores clave que determinarían, en los siglos xx y xxi, la dinámica y el formato de los procesos de integración.

Referencias bibliográficas

Боровский, Ю.В. Две Америки в современных международных отношениях (1991-2023 гг.) / Ю.В.Боровский, Б.Ф.Мартынов. Москва: Издательство «Аспект Пресс», 2023. 375 c.

Будаев А. В., Гибридные войны США в Южной Америке, Вестник Московского университета. Серия 18. Социология и политология, no. 4., 2015, pp. 271-275.

Исэров А. А., США и борьба Латинской Америки за независимость, 1815—1830 / М.: Русский Фонд Содействия Образованию и Науке, 2011, 480 с.

Лезгинцев Ю. М., Панамериканизм С. Боливара vs панамериканизма США. Дипломатическаяслужба. 2023; 2.

Мартынов Б. Ф., «Запад» и «не-Запад»: прошлое, настоящее… будущее? / М.: ИЛА РАН, 2015, 164 с.

Мартынов Б.Ф., Доктрина Монро как воля и представление Соединенных Штатов Америки, Международная жизнь, no. 11, 2022, с. 46-57

Чеботарев Юрий Анатольевич, Динамический баланс региональных подсистем Западного полушария: панамериканизм и латиноамериканизм, Международные отношения, 2018, no. 2, pp. 50-60

Alberdi, J. B. (2017). Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, Buenos Aires :Biblioteca del Congreso de la Nación.

A Letter by Simón Bolívar, Reply of a South American to a Gentleman of This Island [Jamaica] / Translated by Lewis Bertrand in Selected Writings of Bolivar, (New York: The colonial Press Inc.,1951), 14 páginas.

American state papers Commerce and Navigation / Library of Congress URL: https://www.loc.gov/resource/llscdam.llsp015/?st=gallery

Bolívar, S. (1829). Carta al Coronel Patricio Campbell de 1829 /URL: https://archivodellibertador.gob.ve/archlib/web/index.php/site/documento?id=2830

Bushnell, D & Macaulay, N. (1994). The emergence of Latin America in the nineteenth century. Oxford University Press.

Carta de la Organización de losEstados Americanos, artículo 1 / OAS URL: https://www.oas.org/xxxivga/spanish/basic_docs/carta_oea.pdf

Clark, J. Reuben., Dill, C. C. (Clarence Cleveland). Memorandum on the Monroe doctrine. Washington: U.S. Govt. print. off, 1928, 236 páginas.

Coatsworth, J. H. (2005). United States Interventions in Latin America: What For?,Harvard Review of Latin America, 4(2).

Congress of Lima 1847 / OAS URL: https://www.oas.org/sap/peacefund/VirtualLibrary/virtualLibrary.html#4

Conn, R. T. (2020). Pan Americanism Above Ground: Bolívar in the United States. In: Bolívar’s Afterlife in the Americas. Palgrave Macmillan, Cham.

De la Reza, G. A. (2000). Antecedentes de la integración latinoamericana. Los congresos de unión y confederación del siglo xix. Revista de Historia de América, 127, 95-116.

De la Reza, G. A. (2010). La dialéctica del fracaso: el Congreso americano de Lima (1847-1848) y sudesenlace, Cuadernos Americanos 134, México, pp. 11-26.

Gobat, M. (2013). The Invention of Latin America: A Transnational History of Anti-Imperialism, Democracy, and Race. American Historical Review, 118(5), 1345-1376.

La Declaración de Principios de la I Cumbre de las Américas, Miami, Florida, 1994 / OAS URL: https://www.oas.org/udse/cic/espanol/web_cic/1-cuerpo.htm

Lecuna, V. Simón Bolívar. Cartas del Libertador corregidas conforme a los originales, vol. 10.

Lockey, J. B. (1925). The Meaning of Pan-Americanism. American Journal of International Law 19, 1, 104-117.

Marichal, C. (1989). A Century of Debt Crises in Latin America, Princeton University Press.

Marín, A. & Badia-Miró, M. (2012) Latin America and Its Main Trade Partners, 1860-1930: Did the First World War Affect Geographical Patterns?, The Economies of Latin America: New Cliometric Data Pickering & Chatto, pp. 59-69.

Olney, R. (2023). Letter to Thomas F. Bayard (The Olney Memorandum). July 20, 1895. In: Documents in U.S. Foreign Policy, edited by John Doe. Oxford University Press, New York, pp. 45-52.

Palmer, G., McManus, R. W., D’Orazio, V., Kenwick, M. R., Karstens, M., Bloch, C., Dietrich, N., Kahn, K., Ritter, K. & Soules, M. J. (2020). The MID5 Dataset, 2011-2014: Procedures, Coding Rules, and Description. Conflict Management and Peace Science, 39(4), 470-482.

Pan-americanism. In T. M. Leonard (Ed.) Encyclopedia of U.S.-Latin American Relations. CQ Press, pp. 725-726. https://doi.org/10.4135/9781608717613.n677

Saladino García, A. (2010). El latinoamericanismo como pensamiento descolonizador, Universum 25(2), 179-186.

Sanders, J. E. (2014). The Vanguard of the Atlantic World: Creating Modernity, Nation, and Democracy in Nineteenth-Century Latin America. Duke University Press.

Sarkees, M. R. & Wayman, F. (2010). Resort to War: 1816-2007. CQ Press, Washington D. C.

Sater, W. F. (2007). Andean Tragedy: Fighting the War of the Pacific, 1879-1884. University of Nebraska Press, Lincoln.

Schoultz, L. (1998). Beneath the United States: A History of U.S. Policy Toward Latin America. Harvard University Press.

Spellacy, A. (2006). Mapping the Metaphor of the Good Neighbor: Geography, Globalism, and Pan-Americanism during the 1940s, American Studies, 47(2), 39-66.

Van Klaveren, A. (2012). América Latina En Un Nuevo Mundo / South America in a New World. Revista CIDOB d’Afers Internacionals, 100, 131-150.

Whitaker, A. P. (1954). The Western Hemisphere Idea: Its Rise and Decline. Cornell University Press.

Yapsia, K. Serrano, N. (2023). Evolución de la Doctrina Monroe, Cátedra: Revista Especializada en Estudios Culturales y Humanísticos, 20, 81-86.

1 Lockey, Joseph B. "The Meaning of Pan-Americanism." American Journal of International Law 19, no. 1, 1925, p. 104.

2 Véase, por ejemplo, Carta de la Organización de los Estados Americanos, artículo 1 / OAS URL: https://www.oas.org/xxxivga/spanish/basic_docs/carta_oea.pdfo Pan-americanism. In T. M. Leonard (Ed.) Encyclopedia of U.S.-Latin American Relations (pp. 725-726). CQ Press, https://doi.org/10.4135/9781608717613.n677

3 Por ejemplo Clark, J. Reuben., Dill, C. C. (Clarence Cleveland). Memorandum on the Monroe doctrine. Washington: U.S. Govt. print. off, 1928, 236 páginas..

4 Véase, por ejemplo, la Declaración de Principios de la I Cumbre de las Américas, Miami, Florida,1994 / OAS URL: https://www.oas.org/udse/cic/espanol/web_cic/1-cuerpo.htmyvan Klaveren, Alberto. "América Latina En Un Nuevo Mundo / South America in a New World." RevistaCIDOBd’AfersInternacionals, no. 100, 2012, pp. 131-132.

5 Чеботарев Юрий Анатольевич, Динамический баланс региональных подсистем Западного полушария: панамериканизм и латиноамериканизм, Международные отношения. 2018. №2, pp. 54-55.

6 Simón Bolívar, Vicente Lecuna, Cartas del Libertador corregidas conforme a los originales, vol. 10, pp. 144-145; 299; 336.

7 Sanders, J. E., The Vanguard of the Atlantic World: Creating Modernity, Nation, and Democracy in Nineteenth-Century Latin America. Duke University Press, 2014, p. 73.

8 Segúnlosdatos de American state papers Commerce and Navigation / Library of Congress URL: https://www.loc.gov/resource/llscdam.llsp015/?st=gallery

9 Whitaker, Arthur Preston, The Western Hemisphere Idea: Its Rise and Decline Cornell University Press, 1954, p. 8.

10 A Letter by Simón Bolívar, Reply of a South American to a Gentleman of This Island [Jamaica] / Translated by Lewis Bertrand in Selected Writings of Bolivar, (New York: The colonial Press Inc.,1951), p. 4.

11 Yapsia K. Serrano N, Evolución de la Doctrina Monroe, Cátedra: Revista Especializada en Estudios Culturales y Humanísticos, no. 20, 2023, p. 85.

12 Мартынов Б.Ф., Доктрина Монро как воля и представление Соединенных Штатов Америки, Международная жизнь, no. 11, 2022, pp. 46-47.

13 Olney, Richard. Letter to Thomas F. Bayard (The Olney Memorandum). July 20, 1895. In Documents in U.S. Foreign Policy, edited by John Doe, 45-52. New York: Oxford University Press, 2023.

14 ЛезгинцевЮ. М., ПанамериканизмС. Боливара vs панаме-риканизма США. Дипломат ическаяслужба. 2023; 2.

15 Por ejemplo, en su carta al Coronel Patricio Campbell de 1829 Simón Bolívar escribe que "[…] los Estados Unidos que parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la Libertad[…]". https://archivodellibertador.gob.ve/archlib/web/index.php/site/documento?id=2830

16 Spellacy, Amy. Mapping the Metaphor of the Good Neighbor: Geography, Globalism, and Pan-Americanism during the 1940s, American Studies 47, no. 2, 2006, pp. 42-44.

17 Будаев А. В., Гибридные войны США в Южной Америке // Вестник Московского университета. Серия 18. Социология и политология. 2015, no. 4, pp. 271-272.

18 Мартынов Б. Ф., «Запад» и «не-Запад»: прошлое, настоящее… будущее? / М.: ИЛА РАН, 2015, pp. 68-69.

19 Исэров А. А., США и борьба Латинской Америки за независимость, 1815-1830 / М.: Русский Фонд Содействия Образованию и Науке, 2011, pp. 276-282.

20 Боровский, Ю.В. Две Америки в современных международных отношениях (1991-2023 гг.) / Ю.В.Боровский, Б.Ф.Мартынов. Москва: Издательство «Аспект Пресс», 2023, p. 224.

21 Alberto Saladino García. El latinoamericanismo como pensamiento descolonizador, Revista Universum, no. 25, vol. 2, segundo semestre, 2010, p. 182.

22 Gobat M., The Invention of Latin America: A Transnational History of Anti-Imperialism, Democracy, and Race // American Historical Review, vol. 118, Issue 5, December 2013, p. 1345.

23 Conn, R.T. Pan Americanism Above Ground: Bolívar in the United States. In: Bolívar’s Afterlife in the Americas. Palgrave Macmillan, Cham., 2020, pp. 104-107.

24 Germán A. de la Reza, La dialéctica del fracaso: el Congreso americano de Lima (1847-1848) y su desenlace, Cuadernos Americanos 134 (México, 2010/4), p. 12.

26 De la Reza, G. A. Antecedentes de la integración latinoamericana. Los congresos de unión y confederación del siglo xix. Revista de Historia de América, no. 127, 2000, p. 101.

27 Sater, William F. Andean Tragedy: Fighting the War of the Pacific, 1879-1884. Lincoln: University of Nebraska Press, 2007, pp. 14-16.

28 J. B. Alberdi, Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, Buenos Aires: Biblioteca del Congreso de la Nación, 2017, pp. 100-107.

29 Carlos Marichal, A Century of Debt Crises in Latin America, Princeton University Press, 1989, pp. 78-82.

30 Marín, Anna & Badia-Miró, Marc. Latin America and Its Main Trade Partners, 1860-1930: Did the First World War Affect Geographical Patterns?, The Economies of Latin America: New Cliometric Data Pickering & Chatto, 2012, pp. 60-61.

Anexo 1. Principales congresos de los estados latinoamericanos en el siglo xix y principios del siglo xx

Congresos

Participantes

Opositores

Resultado

Causas del fracaso

Panamá 1826

Gran Colombia, Perú, México, Federación Centroamericana

Argentina, Chile, Brasil

Se adoptó un tratado de confederación, pero no fue ratificado

-Miedo a la hegemonía de la Gran Colombia

-Ausencia de Estados Unidos y Gran Bretaña

-Los países no estaban preparados para perder su soberanía

Lima 1847

Perú, Chile, Ecuador, Nueva Granada (Colombia), más tarde Bolivia

Chile

Se firmó un tratado de unión, pero no fue ratificado por Chile y Colombia

-Disputas territoriales

-Competencia económica

-Intervención de Gran Bretaña

Santiago 1856

Chile, Perú, Ecuador

Chile

El proyecto de confederación fue rechazado

-Chile no quería compartir el control del mar

-Temores de fortalecimiento de Perú

Segundo Congreso de Lima 1864

Perú, Chile, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Colombia

Chile y Bolivia contradicciones internas

Se creó una alianza antiespañola, pero sin mecanismos de integración

-Conflictos por recursos.

-Ausencia de Estados Unidos y Brasil

Caracas 1883

Venezuela, Colombia, Ecuador

Se adoptaron declaraciones de amistad, pero sin consecuencias prácticas

-Ausencia de mecanismos de implementación

-Inestabilidad política en los países participantes

Montevideo 1888-1889

Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Chile, Bolivia

Brasil y Argentina

Se discutió una unión aduanera, pero no se adoptó

-Contradicciones económicas

-Ausencia de Estados Unidos

Fuente: Elaboración propia del autor en base a De la Reza (2000) y Bushnell & Macaulay (1994).