Nueva Época
Número 1
Francia en el contexto latinoamericano y caribeño France in the Latin American and Caribbean Context
Investigadora del Centro de Investigaciones de Politica Internacional (CIPI) sobre temas europeos y asuntos globales. Miembro de la
Sociedad de Derecho Internacional de la Unión Nacional de Juristas de Cuba y de la Asociación Cubana de Naciones Unidas.
Numero ORCID: 0000-0003-4809-4096
Las prioridades de la geopolítica francesa no pri- vilegian a la América Latina ni al Caribe, aunque la región constituye un espacio de enormes reservas naturales y potencial desarrollo productivo, de in- terés para sus transnacionales, las investigaciones científicas y la preservación de posesiones y de la- zos culturales, que sitúan a Francia entre los prime- ros países desarrollados actuantes en el continente. Palabras clave: geopolítica, reservas naturales,
Abstract:
The priorities of French geopolitics do not pri- vilege Latin America or the Caribbean, although the region constitutes a space of enormous na- tural reserves and potential productive develop- ment, of interest to its transnationals, scientific research and the preservation of possessions and cultural ties that place France among the first developed countries operating on the continent.
Key words: geopolitics, natural reserves, posses- sions
Un estudio sobre las relaciones de Francia con América Latina y el Caribe sugiere remontarse a sus orígenes, intentar la definición de sus priori- dades, señalar los aspectos de su mayor interés y las variables aplicadas en los marcos bilateral y multilateral.
Los objetivos fundamentales del breve estu- dio sobre la presencia francesa en América Lati- na y el Caribe intencionan actualizar el orden de sus prioridades en el continente y las potenciales perspectivas para su extensión. El artículo cons- tituye una continuidad en los estudios sobre las proyecciones continentales francesas, que fueron iniciados con su presencia militar en África.
El propósito primordial de este artículo, para el cual se utilizaron referencias cruzadas, predominan- temente francesas, no radica en descubrir antece- dentes históricos explorados por anteriores autores, sino reseñar el desempeño actual de los vínculos y destacar aspectos que sugieren su ampliación y di- versificación a corto y mediano plazos, tales como el comercio, la transnacionalización de las empresas francesas, la cooperación científico-técnica y la pro- fundización de la interrelación cultural y educativa. La tradicional primacía estadounidense en la región, que Washington considera su patio tra- sero, con el uso y abuso de la Doctrina Monroe, sitúa a cualquier país —por poderoso que sea— a la zaga de la competencia militar o económica. Sin embargo, el hecho de que la actual zona eco- nómica exclusiva de Francia (que cubre 11 mi- llones de km² —un 3% de la superficie marina del globo— sea la segunda después de Estados
Unidos, anticipa sus intereses económicos en cualquier región del planeta.
Francia, por la ocupación de tierras, estuvo entre los primeros imperios en el continente americano, donde ha mantenido un discreto perfil, sin abando- nar las habilidades de una potencia mundial, pero evitando contradicciones visibles con el protagonis- mo de Estados Unidos y el arribo de nuevos actores, como China y Rusia. En cambio, la Francofonía1 es empleada como instrumento cultural para facilitar la prosecución de sus contactos y la ejecución de proyectos, el establecimiento de filiales empresaria- les y la ampliación de nexos comerciales.
Francia perdió en el siglo XIX su principal colo- nia en el continente: Haití, país hacia el que ejer- ce una política especial.2 De los 21 territorios de Ultramar3 en posesión de Francia, 10 se hallan en nuestro continente.
El Libro Blanco de la Estrategia de Seguridad (2013), refrendado por tres sucesivos presidentes y ratificado por la Asamblea Nacional Francesa es el documento rector de la geopolítica francesa. Está vigente el emitido por la precedente presi- dencia, ya que la actual no lo ha renovado. Conci- tan la atención sus alusiones a la región objeto de estudio, citadas textualmente:
“La zona Antillas-Guyana es un escenario don- de se expresan múltiples influencias. Estados Uni- dos está muy presente, pero también en países de América central y del sur (Brasil, México, Vene- zuela…) y algunos países europeos que conser- van intereses: España, Países Bajos, Reino Unido. Esta zona representa un juego estratégico no solo para Europa, de hecho con la implantación en
1Francofonía: Concepto que engloba los orígenes culturales, mediáticos, informáticos y políticos, en el espacio de sus excolonias, los actuales denominados territorios de Ultramar y en los Estados donde Francia comparte una cul- tura. Empeño loable, porque el francés es el quinto idioma mundial, pero coadyuva a preservar la hegemonía de ese país. Se aplica en 49 Estados miembros de la ONU, que abarca 900 millones de personas.
2El derrocamiento del presidente “indeseado” Bertrand Aristide, fue programado por Washington y París. Una enorme proporción de efectivos militares franceses en la misión de paz de la ONU está presente. Haití estuvo obligada a pagar la denominada deuda colonial, impuesta a todas las colonias que se liberaban del dominio francés, condonada a raíz de la epidemia del cólera.
3Territorios de Ultramar (nombre eufemístico refrendado en el Tratado de Lisboa para la Unión Europea de 2009), que extiende la posesión de colonias y neocolonias por las tradicionales metrópolis europeas.
Guyana del centro espacial de Kourou. También se trata de una zona de inseguridad importante que experimenta el incremento de muy numero- sos tráficos ilícitos transnacionales: droga (la re- gión origina la mitad de la producción mundial de cocaína); tráfico ilegal, blanqueo de dinero, inmigración clandestina, pesca ilegal, etc., que afectan la seguridad de nuestros conciudadanos ultramarinos. Por otra parte, el riesgo de catás- trofes naturales es particularmente elevado en las Antillas. La presencia de numerosos ciudadanos franceses y europeos en los países vecinos, refuer- za la necesidad de poder y acometer rápidamen- te medios de evacuación y securitización, unido a las necesidades de soberanía y protección de la población francesa residente en esos territorios, Francia debe asumir las responsabilidades que le confiere su presencia en esta compleja región”.
Y prosigue:
“Las antiguas relaciones entre Francia y Brasil también han tomado un nuevo curso con el lan- zamiento en 2006 de una asociación estratégica que concierne a todos los campos: militar, espacial, energético, económico y educativo. Francia apoya igualmente la ambición de Brasil de desempeñar un creciente papel en la escena internacional, así como su candidatura a una plaza de miembro permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. “Argentina, Chile, Colombia, México y Perú son también interlocutores regionales inexcusables con los que Francia considera profundizar el diá- logo sobre los juegos estratégicos y la cooperación de defensa”.
Más allá de lo concerniente a las relaciones eco- nómicas bilaterales o multilaterales con América Latina y el Caribe, conviene tomar en cuenta el carácter de sus relaciones con aquellos y los deno- minados territorios de ultramar:
“En un contexto de tensión sobre el acceso a los recursos, Francia debe estar en condiciones de marcar su soberanía y defender sus intereses en ul- tramar, significa que debe poder supervisar, con- trolar y, eventualmente, reaccionar militarmente
frente a una amenaza que atente contra la integri- dad de su territorio.
”Esta amenaza, más probable sobre una forma no estatal, impone una presencia visible y disuasi- va de fuerzas militares. En el caso, menos probable, donde la amenaza sea estatal, Francia deberá poder implementar rápidamente, medios de intervención adaptados. Esto supone la preservación sobre el lu- gar de los puntos de entrada (puertos y aeropuer- tos), así como la presencia de ciertas capacidades.
”El Libro Blanco de 2008 había adoptado el princi- pio de un dimensionamiento de la presencia militar en Ultramar según las necesidades correspondientes estrictamente a las misiones de los ejércitos y de un reforzamiento de los medios civiles. Este esquema debía permitir garantizar globalmente la continui- dad de las misiones desplegadas por el Estado en materia de defensa y seguridad. Debía asegurar el mantenimiento de la soberanía (en territorios leja- nos y aislados), la lucha contra los tráficos, la pesca ilícita, la lucha contra el tráfico ilegal, la protección del centro espacial guyanés, la gestión de catástrofes naturales y de crisis de orden público”.
Tales antecedentes inducen que Francia, en el contexto latinoamericano y caribeño aplica varios métodos particulares, como:
Sus relaciones en el contexto de la Alianza Trasatlántica establecida entre Estados Unidos y Europa.
Los intereses en las relaciones económicas, de cooperación, inversión y comerciales, funda- mentalmente de carácter bilateral y algunas pers- pectivas en el orden multilateral con los países de mayor desarrollo.
La preservación de sus antiguas colonias en el continente, bajo la clasificación de territorios de ultramar, bajo un régimen neocolonial, reacio a la modificación del status actual.
La incipiente concertación de planes con la Unión Europea respecto al MERCOSUR, en los que compite débilmente con la extensión y diver- sificación de las relaciones de la República Popu- lar China en el continente.
El mantenimiento de cinco bases de explora- ción científica, geológica y militar en la Antártida, en el marco de sus intereses específicos o a partir de acuerdos adoptados en el Tratado para esa zona,4 no exentos de contradicciones con Argentina y Chile, que sustentan su derecho de proximidad geográfica (según información de BBC Mundo).
Las relaciones de Francia con Estados Unidos es- tán signadas por la Alianza Trasatlántica existente entre la Unión Europea y Washington, que encauza indirectamente sus proyecciones continentales.
A pesar de las recientes contradicciones públicas entre dirigentes de ambos países, visibles durante el mandato de Donald Trump, existe una concerta- ción de políticas comunes que conforman las áreas de influencia entre ambos Estados, apreciable en las instancias internacionales, como el Consejo de Se- guridad de la ONU, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, los Grupos de los 7 y de los 20 y la Organización Mundial del Comercio, entre otras.
Sin embargo, Francia mantiene su perfil so- bre intereses específicos en América Latina y el Caribe, que sitúan a nuestra región en el cuarto
orden de importancia, a partir de que ocupó tar- díamente el continente y luego la región ha sido controlada por Estados Unidos. Por ello, preserva su interés —o lo incrementa—sobre las relaciones bilaterales económico-comerciales con México, Brasil, Chile, Colombia y Perú.
Según el Ministerio de Economía, en este con- texto Francia despliega 45 000 filiales de sus em- presas transnacionales en el mundo, de las cuales Estados Unidos acoge la mayor cantidad, segui- do de los Estados miembros de la Unión Europea, China y América Latina.
Otra variable de sus relaciones, a tomar en consi- deración, es su presencia militar, inferior a la man- tenida en África, consistente en el control del aero- puerto de Cayenne-Rochambau (donde ondean las banderas de Francia y la Unión Europea); la base de lanzamiento satelital en Guayana Francesa, con despliegue de 2 100 efectivos; 1 000 efectivos en las Antillas Francesas; el centro regional operacional de vigilancia y salvamento en la base naval del fuerte Saint Louis de Martinica y fortines en Aruba, Baha- mas, Brasil e Islas Caimán Inglesas (Carrillo, 2014). En tanto, las relaciones con MERCOSUR, en el contexto de la Unión Europea son incipientes, si
Tabla 1. Comercio de Francia con países seleccionados de América Latina (Tré- sor Economie, 2020)
País | Miles Euros | % | Crecimiento anual | |
México | Exportación | 3,7 | 0,7 | 12 |
Importación | 2,4 | 0,4 | -2,0 | |
Saldo | 1,3 | 0,8 | 8,3 | |
Brasil | Exportación | 4,1 | 0,5 | 1,5 |
Importación | 3,1 | |||
Saldo | 1,1 | |||
Argentina | Exportación | 0,6 | 0,1 | -19,7 |
Importación | 0,4 | 0,1 | 3,1 | |
Saldo | 0,3 |
4Tratado para el uso pacífico de la Antártida. Suscrito en Washington en 1959 por 12 países. Argentina, Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelanda y Reino Unido. Hoy son firmantes 54 Estados.
se les compara con las proyecciones comerciales, de colaboración e inversionistas de otros países extracontinentales. La reacción francesa en sep- tiembre de 2020 fue de rechazo a establecer un acuerdo marco de la UE, en respuesta a la actitud del gobierno brasileño contra acciones del Acuer- do COP 21 para la mitigación del cambio climáti- co, materializado después de los incendios incon- trolados en la Amazonia.
Francia mantiene 10 territorios de ultramar en nuestro continente, distribuidos entre las cercanías del Ártico, el Caribe y Suramérica. Su status guber- namental ha sido refrendado respectivamente por París y el Tratado de Lisboa de la Unión Europea de 2009, lo que asegura una permanencia a largo plazo en los respectivos territorios, sin que se les aplique las resoluciones 1514 y 1541 para la desco- lonización votada por las Naciones Unidas. Los ci- tados territorios son: Guadalupe, Guayana France- sa,5 Martinica, Aruba, Montserrat, Pitcairn, Saint Pierre y Miquelon, San Martin y Juan de Nuevo.
La presencia extraterritorial de diversas na- ciones en el denominado “continente helado” de la Antártida responde a intereses prospectivos, al acelerarse el derretimiento de los polos. Estos podrían sintetizarse en tres líneas estratégicas: a) aceleración del tránsito naval por la fosa Antárti- da entre los mares Pacífico y Atlántico, b) acceso al acuífero regional y c) control y explotación de recursos sumergidos, como el petróleo.
Desde 1764 Francia mostró interés por Las Malvinas, pero fue desplazada por el poderío na- val inglés de la época. Es uno de los firmantes del Tratado de la Antártida en 1959 y se asignó una “distribución” de territorios, que en puridad de- bieran pertenecer a los países más cercanos geo- gráficamente (Argentina y Chile).
En 1989 Francia y Australia propusieron que la región fuese considerada una reserva natural, rechazada por los firmantes de la citada Con- vención. Desde entonces, ha estado en peligro la
Convención de Wellington de 1988, que regula- ba uno de los objetos del litigio (la protección de la región minera de la región), donde Reino Uni- do es el principal interesado (Sorolla, 1989). Un ejemplo de que Francia no ceja en sus intereses en la región es su ley del 15 de abril de 2003, que re- coge la protección del medio ambiente antártico (Bermejo, 2004).
Hoy mantiene sus asentamientos en: Du- mont d’Urville en el cabo Margerie de la tierra Adalia, Isla de los Petreles (geológica), Charart, Concordia y la base Robert Guillard (en el cabo Prud’homme) (Carrillo, 2021).
México constituye el nexo más longevo de Fran- cia en América Latina. Desde el dominio de Maxi- miliano Bonaparte sus relaciones han atravesado rupturas temporales de las relaciones diplomáticas, iniciadas en 1826, proseguidas mediante interven- ciones francesas, reanudación en 1880; la firma de un tratado de amistad, comercio y navegación en 1886; reducidas durante la Revolución Mexicana; alentadas desde indemnizaciones a los ciudada- nos franceses afectados por la guerra civil mexica- na; una nueva ruptura en 1942 con el régimen de Vichy y contactos del gobierno mexicano con los representantes de Francia Libre y, potenciadas en los últimos decenios mediante el intercambio de frecuentes visitas de sucesivos ejecutivos de ambos países (France Diplomatie, 2019).
El rango bilateral actual se asienta en los trata- dos sobre derechos de autor, navegación, transpor- te, petróleo, un primer acuerdo de libre comercio con la Unión Europea en 1997; las inversiones de 1 750 millones de dólares por empresas francesas entre 1991 y 2009 y la inversión mexicana de 594 millones en Francia; la modernización del trans- porte ferroviario, energía y señalización del me- tro del DF,6 la renovación del aeropuerto “Benito Juárez”; la creación del consejo estratégico desde
5En Guayana Francesa se enclava la base satelital de Kouru, a la que acceden los restantes países miembros de la UE. 6DF: distrito federal (capital del país).
2013 sobre economía, ciencia, cultura, universita- rio, cine, comunicación y agroindustria; la reno- vación de la flota de ambulancias e intensificación del intercambio comercial, con 550 empresas fran- cesas y filiales; 108 acuerdos en materia de salud, educación, cultura, ciencia y tecnología, infraes- tructura, desarrollo, espacio, agua, economía verde y turismo; participación en la reconstrucción de las zonas dañadas por los sismos de 2017 —acordada por la ONU— y el apoyo a las candidaturas fran- cesas para la secretaría general de la ONU, en el Consejo de Derechos Humanos y la Organización de Cooperación y Desarrollo.
Francia participa en la reconstrucción adopta- da en la ONU después de los terremotos de 2017 y México ha apoyado las candidaturas francesas para la secretaría general de ONU, en el CODE- HU y la OCDE; Francia se ubica en el tercer lugar de los socios científicos de México y su intercam- bio universitario se rige por 700 acuerdos (tercer lugar de países de acogida para estudiantes mexi- canos y segundo país con 1 500 estudiantes fran- ceses) (Le Grand Journal, 2018).
Entre las principales empresas francesas esta- blecidas en México se hallan: Paribas, CréditAgri- cole, EDF (energía renovable), L’Oréal, Egis, Als- tom (reconversión de desechos), Suez, Air Liquid (gas industrial), la petrolera Total, BIC (efectos de oficina), Peugeot (pretende duplicar la produc- ción en 2021) y AccorHotels (alrededor de 40 mi- llones anuales de turistas franceses).
El Caribe es la cuenca donde Francia man- tiene una mayoría de sus actuales territorios de ultramar, aunque de limitada extensión, donde procura fomentar su desarrollo para instalar sus empresas, garantizar la permanencia mediante el fortalecimiento de su seguridad y reforzar los vínculos culturales en una región donde radican alrededor de un millón de ciudadanos franceses y más de 10 millones de francófonos y criollos.
La visita del Presidente de la República Francesa
en mayo de 2015 a Martinica, Guadalupe, Cuba y Haití puede ser considerada una intención gala de profundizar sus relaciones con el Caribe, donde tiene acreditadas Embajadas que cubren todos los países, además de su participación en organismos de cooperación regional, tales como: la Organiza- ción de Estados del Caribe Oriental (OECO); la Comunidad del Caribe (CARICOM) y la Asocia- ción de Estados del Caribe (AEC).
Veintiuna Alianzas Francesas, un Instituto en Haití y dos liceos reaniman los vínculos cultura- les y de cooperación, incluida en los planes de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) para Hai- tí, República Dominicana, Martinica, Surinam y Cuba, dotados de una línea de crédito en el Banco de Desarrollo del Caribe (BDC), con inclusión en las Antillas Menores y Jamaica para lo que aporta el 17,81% al Fondo Europeo de Desarrollo.
Francia se asienta primordialmente en Guada- lupe, Guayana, Martinica, San Bartolomé y San Martin y está presente mediante misiones de paz de la ONU en su excolonia continental más pre- ciada: Haití, perdida durante la primera revolu- ción emancipadora en América.
Entre los proyectos franceses con la región des- tacan: la lucha contra la delincuencia organizada y el tráfico ilícito de estupefacientes7 (en este con- texto el equipamiento, formación y gestión admi- nistrativa y operativa); un programa para comba- tir el cambio climático (desde la celebración de la COP21) en una de las regiones más vulnerables ante las alteraciones climáticas; que emanó hacia la participación en proyectos de la Alianza de Pe- queños Estados Insulares acreditados en la ONU (AOSIS) y la Alianza Solar Internacional; la pre- vención de catástrofes naturales (huracanes, sis- mos, erupciones volcánicas) mediante la inicia- tiva de alerta temprana CREWS (Climate Risk Early Warnings Systems), especialmente eficaz en Guadalupe y Martinica y la cooperación para la protección de los ecosistemas.
7El plan ALCORCA, iniciado en 2015, al costo de un millón de euros, con expertos destinados a Santo Domingo y La Habana.
Las relaciones franco-haitianas se desempeñan según propugna París “para contribuir a su esta- bilización y reforzar el Estado de derecho”, pro- pósitos inalcanzables bajo la herencia colonial, el neocolonialismo, el subdesarrollo y las catástrofes que sucesivamente han asolado a ese país. La in- tromisión de Francia y Estados Unidos para de- rrocar al presidente Bertrand Aristide signaron mayor inestabilidad democrática y existencial en Haití, el país más precario del continente. La pre- sencia actual francesa se comprometió con la mi- sión de paz MINUSTAH de la ONU, primero, y a continuación, con la MINUJUSTH. A la vez, Francia participa en el fondo y asistencia en la lu- cha contra el cólera, lanzó un plan para la educa- ción y la formación8 y condonó en 2015 la deuda colonial de ese país.9
En las relaciones con la República Dominicana, participa la Agencia Francesa para el Desarrollo (AFD) para la remodelación urbana, la construc- ción infraestructural del transporte (el metro y te- leférico de Santo Domingo), apoya a las entidades bancarias en proyectos relacionados con el medio ambiente y la reforestación; el programa de capa- citación de profesores de francés; las relaciones universitarias mediante la formación de ingenie- ros y la extensión de un programa de becas y doc- torados.
Las relaciones bilaterales franco-cubanas se han dinamizado a partir de 2015, mediante el inter- cambio de visitas a nivel presidencial, expresado mediante la reestructuración de la deuda cubana, la firma de una hoja de ruta económica conjun- ta, la ampliación de las competencias de la Agen- cia de Desarrollo, la celebración de jornadas de la cultura francesa en Cuba, la vitalización de los nexos francófonos hacia otros países caribeños desde Santiago de Cuba y la firma de acuerdos
8Con unos 50 millones de euros.
y contratos vinculados al transporte, la aviación, aduanales y turísticos.10
La firma en Bruselas el 12 de diciembre de 2016 de un acuerdo de diálogo político y de cooperación entre la Unión Europea y Cuba ha propiciado las relaciones de diversa índole entre ambos países. Francia, a su vez, fue uno de los primeros países comunitarios en rechazar ante la Asamblea General de la ONU el bloqueo comer- cial, económico y financiero de Estados Unidos contra Cuba y varias empresas suyas han sido sancionadas por persistir en sus relaciones con el Estado caribeño.
Entre las grandes empresas francesas en la re- gión actúan Air France, Alstom, Bouygues, Total, Vinci, el armador CMA CGM (responsable del proyecto de inversión francesa más importante en la región, que en 2015 obtuvo la concesión de la terminal de contenedores del puerto de Kingston) y la turística Accor, atraída porque el Caribe es el primer destino tropical del mundo.
Francia siempre ha estado presente en el es- pacio suramericano, tanto debido a la influencia irradiada por la Revolución Francesa en los inde- pendentistas del continente, como por el refugio a sus migrantes y de quienes huyeron de dos confla- graciones mundiales o, en dirección inversa, de la acogida a intelectuales y minorías que escaparon hacia Europa de las dictaduras durante el siglo XX. En este entorno, la cultura francesa se difunde por centenares de alianzas, la ciencia es incorporada a las investigaciones, el comercio se incrementa y la presencia de filiales transnacionales emplea a centenares de brasileños.
Las relaciones entre Francia y Argentina se es-
9La deuda colonial fue una medida impuesta por Francia a raíz de la liberación de 16 colonias, en contravención de las resoluciones 1514 y 1541 de la Asamblea General de la ONU, en 1960, que refrendó el derecho de los pueblos colonia- les a su independencia e hipotecó su extorsionada economía desde el siglo XX.
10Francia es el segundo país emisor turístico europeo hacia Cuba.
tablecieron desde la independencia de esta en 1816, reforzadas a continuación por la afluencia de migrantes franceses11 y a raíz de la Segunda Guerra Mundial. En las etapas coincidentes con crisis políticas y económico-sociales en el país la- tinoamericano, el comercio se mantuvo, diversifi- cándose las relaciones a partir de la segunda déca- da del pasado siglo.
Entre las partes destaca la renegociación de las deudas, el establecimiento de un marco jurídico y financiero que facilita el establecimiento de con- tratos, la organización del sistema bancario y de servicios, como la distribución del agua al 80% de la población, el 60% de la telefonía y la instalación de un centro hospitalario sofisticado (Vie Publi- que, 2020)
En 2019 el entonces presidente argentino visitó París.
A partir de la fecha, en el orden bilateral se han fortalecido las relaciones —entre otras— comercia- les, de transporte, energía renovable, urbanización, turismo, agricultura e industria agroalimentaria, bancarias, espacial, defensiva (venta de armamen- tos y equipos), ayuda para el desarrollo, educación y otorgamiento de becas (más de 300 000), la aco- gida a 250 estudiantes franceses y se incrementó la actividad de 54 alianzas francesas y varios liceos.
Las relaciones franco-argentinas también se benefician del acuerdo marco de cooperación co- mercial y económica, suscrito entre la Unión Eu- ropea y Argentina en 1990, impulsor de acuerdos de última generación (incluido el diálogo políti- co), la liberalización del intercambio comercial (cuarto lugar para Francia en América Latina), el segundo suministrador europeo; uno de los pri- meros inversores en Argentina y la presencia de filiales de Danone, Lesaffre, Louis Dreyfus, Peu- got, Citröen, Renault, Total Carrefour, Casino, Accor, Sanofi Aventis, Servier, L’Oréal, Pierre Fa-
11Alrededor de 250 000 personas, 20 000 en la actualidad.
bre y Alstom, entre otras.
La cooperación científica abarca a más de 40 000 investigadores, especializados en medicina, física (incluida la nuclear), biología, matemáticas, cien- cias humanísticas y sociales. La cooperación se extiende para medio centenar anual de proyectos de investigación, amparados por el financiamien- to del programa de la UE ECOS Norte y Sur; el programa regional STIC-ASUD sobre el dominio de las ciencias y tecnologías de la información y la comunicación (extendido a Brasil, Chile, Uru- guay, Paraguay y Perú) y los acuerdos de coopera- ción entre los organismos de investigación fran- ceses.12
Varias declaraciones del gobierno francés han ponderado, en fecha más reciente, los pronuncia- mientos favorables del presidente argentino para ampliar las relaciones con países europeos y las recientes leyes promulgadas contra la desapari- ción y para la legalización del aborto (Vie Publi- que, 2021) y (France Diplomatique, 2020).
Los antecedentes franceses en Brasil datan del siglo XVI, en los albores de la expansión del rei- no, cuando Francia colonizó Río (en el espacio denominado antártico) y Maranhäo (equinoc- cial). La invasión de Portugal por Napoleón I en el siglo XIX aceleró las condiciones para la inde- pendencia de Brasil, reconocida por Francia en 1825. Ambos países se alinearon durante la Pri- mera y Segunda Guerra Mundiales; seguido de un acercamiento en la esfera militar, que inten- cionaba contener la influencia estadounidense.
Sin embargo, el denominado “conflicto de la langosta”, entre 1961 y 196313 y la represión por sucesivas dictaduras, entre 1964 y 1985 (que mul- tiplicó los desplazados hacia el país europeo) con- tuvieron el desarrollo de las relaciones bilaterales, reanudadas a partir del último año.
La extensión de sus actuales relaciones bilatera-
12Incluye nanociencia, física y mecánica de los fluidos, impacto del clima y formación ingeniera, entre otras disciplinas. 13Diferendo debido a la pesca forzada en aguas brasileñas, con la presencia de barcos militares franceses “para proteger a sus pescadores”.
les se asienta en la asociación estratégica acordada en 2008, que difiere en algunos propósitos de los nexos con México o Argentina. Esta intensifica aspectos específicos del intercambio comercial, la colaboración y la cooperación, con una tenden- cia marcada hacia objetivos militares (propulsión nuclear, armamento, construcción de submari- nos, aviación, tecnología militar de punta, a par- tir de 2005).
Un acuerdo de asociación estratégica adoptado en 2008, incrementó el potencial militar brasile- ño, porque coadyuvó a la venta de 50 helicópteros franceses Eurocopter EC 725 Caracal, de un sub- marino nuclear y cuatro submarinos Escorpión, a un costo de 12 000 millones de dólares, cons- truidos conjuntamente en Brasil entre la transna- cional Odebrecht, Helibras, Eurocopter, DCNS, a lo que se añadió la coproducción desde 2009 de vehículos militares por las empresas Agrale y la Renault Trucks). La cooperación en sectores de la salud y el medio ambiente es otro de los ámbitos que avanzan.
Más próximo a los intereses políticos, Francia invitó a Brasil en 2003 a la cumbre del entonces Grupo de los 8, celebrada en Evian; al siguiente año el país suramericano se incorporó a la mi- sión de paz de la ONU en Haití, como parte de la cooperación conjunta en el “campo humanita- rio” y Francia anunció su apoyo a la candidatura brasileña a una plaza de miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Mientras, el in- tercambio cultural y científico se potencia por 74 alianzas francesas, asentadas en 52 ciudades bra- sileñas (Senado Francés, 2009; Blayo, 2019).
Aspectos controversiales en sus relaciones son las actuales discrepancias respecto al medioam- biente, gestoras de la reticencia de París a firmar el acuerdo del libre comercio con MERCOSUR y la campaña de algunos medios de difusión sobre una presunta “amenaza militar francesa para Bra- sil”.
En el primer caso, la inacción del actual gober- nante brasileño ante los incendios en la Amazonia,
detonó la reacción del ejecutivo francés, quien la calificó de un atentado contra los acuerdos COP- 21 de París y un daño irreversible contra el clima a causa de la deforestación. En ocasión de la úl- tima cumbre del Grupo de los 7 Emmanuel Ma- cron convocó a “la movilización de todas las po- tencias para defender la Amazonia como un bien común del planeta”, que acentuó las disensiones. Sin embargo, las citadas diferencias podrían ser circunstanciales, si se toma en consideración que Brasil es el principal socio estratégico de Francia en América Latina (Monde/Amériques, 2019).
El segundo incidente más reciente entre ambos países, fue propalado por la prensa brasileña, que citó un informe del Ministerio de Defensa, des- mentido por su titular, donde planteaba que:
“Francia constituía una amenaza para Brasil en el año 2040, debido a su presencia militar en la frontera con Guayana, a lo largo de 730 kiló- metros. Según la propia fuente, el ataque podría provocarse a partir de una solicitud de Francia en 2035 a la ONU para su intervención en el territo- rio de la tribu indígena Yanomami, en la frontera con Venezuela, que movilizaría las fuerzas france- sas acantonadas en Guayana.”
La especulación mediática, que afectó circuns- tancialmente las relaciones puede tratarse de un infundio, pero también un incidente mediático que podría responder a intereses de la elite mi- litar, interesada en dañar las relaciones entre am- bos países o exaltar a su actual presidente (Folha de Sao Paulo; France 24, 2020).
La alusión en el vigente Libro Blanco de la Es- trategia de Seguridad selecciona a Chile como un país destinado a incrementar las relaciones bilate- rales y el debate de la ley en la Asamblea Nacional para eliminar la doble imposición en su comercio estableció bases para mejorarlo (Asamblea Nacio- nal, 2005).
El citado documento se extendió sobre la pro- blemática interna chilena heredada de una prolon- gada dictadura. Si se toma en consideración la vo- cación francesa hacia la protección de los derechos
individuales y el Estado de derecho, se desprende un contenido que durante un lapso desestimuló la inversión y el comercio entre ambos.
Ejemplo de ello fueron las exhortaciones a que el país “desarrolle una democracia estable, una economía sana y la repetida mención a una situa- ción social frágil, muy desigual”. Proponía, ade- más, “la necesidad de incrementar el diálogo polí- tico, dinamizar la cooperación cultural, científica y técnica y criticaba las relaciones económicas demasiado débiles, situación emanada de “una larga historia marcada por una dictadura militar desde el golpe de Estado de 1973, economía que comenzó a recuperarse a partir de 1983, aunque afectada por la recesión de la economía mundial y las dificultades regionales; que a partir de 1999 se benefició con el alza de los precios del cobre y la demanda de minerales por China”.
No obstante, la cooperación con Chile era ca- lificada por sectores oficiales franceses en 2005 como dinámica y diversa, con un presupuesto de 1 623 millones de euros, al que añadieron 208 000 euros para el funcionamiento del Instituto fran- co-chileno. La cooperación científica ocupa al 61% de total desempeñado por el país, siendo el primer socio de Chile mediante el programa ECOS de la Unión Europea, que incluye un labo- ratorio conjunto sobre biología marina entre las universidades Paris VI y la Católica de Santiago de Chile; becas para doctorados en organismos de investigación y para universitarios en las ciencias humanas y sociales (derecho, ciencias políticas y economía).
Ambos países intercambian con frecuencia de- legaciones del más alto rango, que dinamizan el diálogo. Por ejemplo: los presidentes Jacques Chi- rac y François Hollande, Michelle Bachelet y Pi- ñera, primeros ministros, titulares del Interior, Educación, Cultura, Defensa y Relaciones Ex- teriores, entre otros. (Embajada Francesa, 2019) Chile tiene acreditados consulados en seis ciu- dades francesas (Burdeos, Le Havre, Marsella y Strassbourg, así como en el territorio de ultramar
de la Polinesia.
Para Chile, Francia es en el orden comercial su décimo suministrador mundial y el segundo eu- ropeo. Para las empresas francesas el país surame- ricano constituye el tercero en las exportaciones hacia el continente (1,07 Millones de € en 2018), que incluye energía, astronomía y espacial, cons- trucción de terminales, modernización del metro y del aeropuerto de Santiago, infraestructura de ciudades y agricultura inteligentes y tecnología para la salud (France Diplomatie 2021)
Las principales empresas francesas establecidas son: Engie, Sodexo, EDF, GDF Suez, Solairedi- rect, DCNS para la energía, Total, BNP Parisbas, ADP-Vinci, Peugeot, Colas-Rail (sistema ferro- viario), Schneider Electric, que emplean a más de 19 000 chilenos (Embajada de Francia-a).
Las relaciones culturales, científicas y edu- cativas se potencian a través de 7 alianzas y nu- merosos liceos franceses, más de 350 acuerdos interuniversitarios (unos 800 estudiantes chile- nos),equiparación de títulos universitarios, maes- trías, doctorados, más de 400 proyectos conjuntos, centros de excelencia informática, meteorología y energía marina renovable, entre otros.
La inestabilidad interna en Colombia, exacer- bada por el incumplimiento de los Acuerdos de Paz, los asesinatos selectivos de líderes sociales y políticos, la prevalencia del Plan Colombia (pre- suntamente para liquidar el narcotráfico), el des- pliegue de bases militares estadounidenses, las críticas al incumplimiento del Estado de derecho, la necesidad de perfeccionar las instituciones y el sistema financiero, no excluyen el interés econó- mico y comercial francés en el país a mediano y largo plazos.
Bajo estas circunstancias contrarias, Colombia resulta el primer país beneficiario de la ayuda al desarrollo (AFD), que en 2018 ascendió a dos mi- llones de dólares, fundamentalmente destinada a la educación e investigación, bajo el concepto de ayuda postconflicto. Adicionalmente, contribuyó con medio millón de dólares para la acogida de
los inmigrantes venezolanos en Colombia.
La incursión de pequeñas y medianas empre- sas francesas (PYME), procura incrementar el co- mercio, que, según sus expectativas, pudiera con- tribuir al empleo formal y a proteger mediante la legislación laboral a la población vulnerable y al medio ambiente (Matos, 2020).
En el orden comercial, las exportaciones fran- cesas en 2019 ascendieron a 706,4 millones de dólares, mientras que las importaciones francesas no remontaron la cifra de 358,5 millones. Colom- bia solo ocupa el 66º lugar en el comercio francés. Francia incursionó con sus naves en Perú a ini- cios del siglo XVIII y reconoció su independencia en 1821, seguido de una migración de unos 300 franceses y del inicio de las relaciones diplomá- ticas en 1825. Aunque Perú mantuvo su neutra- lidad durante la Segunda Guerra Mundial, rom- pió las relaciones —a semejanza de otros países latinoamericanos— con el gobierno de Vichy y las estableció con el establecido en el exilio bajo
la dirección del General Charles de Gaulle.
A partir de los años sesenta del pasado siglo, el intercambio de visitas de Estado ha sido constan- te, con la presencia en ambas capitales de los pre- sidentes Charles de Gaulle, François Mitterrand y François Hollande, Manuel Prado, Alberto Fu- jimori, Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pe- dro Pablo Kuczynski. En 1965 las relaciones di- plomáticas fueron interrumpidas, tras la protesta peruana contra la prueba nuclear francesa al sur del Océano Pacífico y reanudadas en 1975 (Fran- ce-Diplomatie 2021).
Desde entonces las relaciones se han extendido y diversificado, amparadas en acuerdos de cola- boración cultural, científica y técnica; de asisten- cia sobre asuntos jurídicos y delitos; de transpor- te; el tratado de extradición; para la defensa; para la adquisición peruana del sistema óptico sateli- tal, educativo y el tratado de libre comercio sus- crito con la Unión Europea, que provee un mar- co financiero para el intercambio universitario y proyectos de investigación.
En 2017 el comercio entre ambos países ascen- dió a 699 millones de euros, consistiendo las prin- cipales exportaciones francesas en equipos mecá- nicos, eléctricos e informáticos y otros productos industriales. Las principales importaciones desde Perú incluyeron productos agrícolas, pesca, acui- cultura y gas natural. Para la primera, sólo repre- sentaba su 93 socio comercial, mientras que para Perú, Francia ocupaba el octavo lugar.
Informes de 2019 situaban a Perú en el lugar 76 de sus socios comerciales y el octavo en el conti- nente. En esa fecha su intercambio comercial as- cendió a 76 millones de euros, con prevalencia del petróleo, productos agrícolas y agroalimentarios, a cambio de escasas exportaciones francesas de productos manufacturados (químicos, perfumes, cosméticos y farmacéuticos). El primer déficit co- mercial francés en el continente se elevó en 2019 a 356 millones de euros.
En el desempeño de la cooperación actúa la Agencia Francesa para el Desarrollo (AFD), que financia proyectos sobre energía sostenible, agua, saneamiento y eficacia energética, con la inver- sión de alrededor de 300 millones de euros y cer- ca de 140 millones adicionales aportados por la agencia PROPARCO. Francia es el 18º inversor en Perú (Embajada de Francia-b)
El dinamismo de su cooperación educativa, científica, universitaria y cultural se asienta en nuevos acuerdos establecidos a partir de la pre- sidencia peruana de la COP20 y la francesa de COP21, que impulsaron la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático.
La cooperación universitaria y científica es priorizada desde 2016, mediante la celebración de foros y la suscripción de 150 acuerdos, con el quinto contingente de estudiantes latinoamerica- nos en Francia. La cooperación científica favore- ce investigaciones climáticas y societarias, entre el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) y el Francés de Estudios Andinos (IFEA), para la formación doctoral en materia de cien- cias humanísticas, geociencia, energía y medio
ambiente. En 2019 entró en vigor un programa ECOS norte de la UE, que ejecuta Francia, con la participación indirecta de siete alianzas distribui- das por el país.
×Las relaciones económicas de Francia con de- terminados países latinoamericanos, respecto al comercio, las inversiones y la cooperación cientí- fico-técnica son incentivadas por sus transnacio- nales, conocedoras del potencial extractivo y pro- ductivo de un continente pletórico de recursos naturales. En tal sentido, las expectativas empre- sariales predominan sobre los escollos de carácter político-social en países donde perduran la ines- tabilidad y la inequidad, que soslayan principios tradicionalmente defendidos por el país europeo.
×El resultado del visible incremento de las re- laciones franco-latinoamericanas se aprecia en el despegue de la colaboración tecnológica, científi- ca y cultural, de las más promisorias para el con- tinente, debido al potencial francés en las citadas esferas.
×El Caribe es mantenido como el reducto co- lonial francés en una región estratégica del conti- nente, con reservas naturales incomparables con
las de América Latina, pero una herencia idio- mática y de costumbres que procura preservar. El beneficio de esta situación para los territorios caribeños de ultramar consiste en su preferencia turística, la protección de las costas y contrade- sastres climáticos, la prevención antidroga y la ca- pacitación.
×Francia, como segundo país desarrollado de la Unión Europea coordina y gestiona fondos de ayuda para determinados países del continente en su formación y especialización en las esferas cul- tural, educativa, científica y tecnológica.
×Al ser una de las potencias nucleares y mili- tares mundiales, no es ocioso seguir de cerca su desempeño en este contexto, que además de pre- servar sus posesiones continentales, también pu- diera facilitar acciones de la OTAN ante situacio- nes de crisis.
×Las ambiciones geopolíticas de diversas po- tencias y de algunos Estados emergentes sobre la Antártida y la competencia de intereses entre las primeras podrían conducir a diferendos y litigios por el espacio marítimo, que al derretirse, se con- vertiría en una vía rápida para el desplazamiento entre Europa y América y viabilizaría el extracti- vismo en la zona.
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