image

Nueva Época

Número 02

La cuestión nuclear Iraní: los impulsos entre Barack Obama y Donald Trump

The Irani Nuclear Question: Impulses Between Barack Obama and Donald Trump

Lic. Gleydis Sanamé Chávez

Investigadora del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI)

e-mail: gleydis.saname19@gmail.com Numero ORCID: 0000-0003-2710-8583


Resumen

Con la dilucidación en el año 2002 de proyectos con tecnología nuclear en Irán, no conocidos por las instituciones mundiales ocupadas en la supervi- sión de ese tipo de tareas, en especial la Organiza- ción Internacional para la Energía Atómica (OIEA), se desató una reacción, protagonizada por Estados Unidos, que promovió el aislamiento de dicho país islámico a cambio del abandono de sus propósitos. Los planes energéticos fueron la mejor de las ex- cusas. La negativa del gobierno de Teherán ante la presión inauguró una crisis que le ha traído no po- cas sanciones económicas y un saldo considerable de inestabilidad interna. Aunque con el gobierno de Barack Obama se alcanzó un acuerdo internacional sin precedentes, un logro diplomático de la adminis- tración, con la llegada de Donald Trump el convenio declinó al no cumplirse por Washington los puntos acordados y mantener sanciones injustificadas.

Palabras clave: Conflicto nuclear, Irán, Acuerdo Nuclear, P5+1, Estados Unidos.

Abstract:

With the elucidation in 2002 of projects with nuclear technology in Iran, not known by the world institutions in the supervision of this type of tasks, especially the International Organiza- tion for Atomic Energy (OIE), a reaction was un- leashed, led by United States, which promoted the isolation of that country to a change of abandon- ment of its purposes. The refusal of the Tehran government to face the pressure of a crisis that has brought not few economic sanctions and a con- siderable balance of internal instability. Although Obama's Administration got a deal with Iran's government and other five countries: Russia, Chi- na, United Kingdom, France and Germany, which brought a period of peace after 2015, when Don- ald Trump got the presidency he decided to leave the joint commitment.

Key Words: Nuclear conflict, Iran, Nuclear Deal, E3+3, United States.

CUADERNOS DE NUESTRA AMÉRICA / Nueva Época. No.02 / RNPS: 2529


Introducción

En noviembre de 1979, la embajada de los Es- tados Unidos en Irán fue invadida. La historia, desde ese punto, comenzó a quebrarse en dos etapas. Constituyó la hora en la cual se vislum- braron las raíces de las actuales presiones exis- tentes hoy entre ambos estados. La efervescencia social traída por la Revolución Islámica introdu- jo la proclamación de la República el 1ro de abril de 1979. Desde entonces, los acontecimientos de la región fueron más allá de conflictos como el israelí-palestino.

La jugada geopolítica en busca de garantías para el dominio del Golfo Pérsico y la riqueza mineral de la región medio oriental provocó subterfugios que afianzarían la penetración occidental en la zona; luego de los gritos imperiales tras la pérdida de transnacionales en territorio persa una vez la revolución del 79, las estrategias diplomáticas han apuntado a desprestigiar el proceso, por temor a los ecos. Desde la fecha, la historia del área cuenta con un Israel menos, y los países imperialistas, en especial la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), hacen lo imposible por lograr re- nacer la Era Pahlavi,1 y no han hecho poco.

En agosto de 2002, Alireza Jafarzadeh,2 como portavoz del grupo disidente Consejo Nacio- nal de Resistencia en Irán, anunciaba a la Co- munidad Internacional la existencia de dos ins- talaciones secretas en construcción en ese país: una planta de enriquecimiento en Natanz y una planta de agua pesada en Arak. Estas declara- ciones y su posterior confirmación en 2003 por el Organismo Internacional de la Energía Ató- mica (OIEA) provocaron el inicio de una crisis que perdura hasta hoy. La no confesión del go- bierno de Teherán de este tipo de tecnología en procesamiento conllevó a la desconfianza global,

en especial de potencias militares como Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania, que tuvieron desde entonces el pretexto necesario para acusar a los islámicos de llevar un progra- ma con fines militares.

Si bien no han sido pocas las advertencias de los acusados acerca de la posesión de métodos con desenlaces pacíficos, e incluso, existió el recono- cimiento por parte de la OIEA de no haber encon- trado pruebas de un proyecto de armas nucleares, desde entonces las ya deterioradas relaciones bila- terales entre Irán y Estados Unidos, casi muertas desde la Revolución Islámica de 1979, presenta- ron una etapa de mutuas suspicacias cuyo desen- lace llega hasta el presente y ha trazado un camino que va desde sanciones, amenazas y agresiones, hasta mediaciones y pactos.

Sin embargo, las distintas administraciones de Washington han presentado líneas divergentes de acción. Mientras una reacia política exterior caracterizó al gobierno del republicano George Walker Bush (2001-2009) hacia el país persa, una menos estridente y más consensual se pro- yectó con el catedrático demócrata Barack Hus- sein Obama (2009-2017). Sin embargo, la llega- da del polémico presidente republicano Donald Trump ha llevado al gobierno de los Ayatolá a nuevas tensiones; mientras, un reelecto Hassan Rouhaní (2013-actualidad) trabaja para el lo- gro definitivo de una estabilidad regional que les permita desarrollar la economía doméstica, al tiempo de mantener un liderazgo en la zona del Medio Oriente.

El presente artículo analiza la cuestión nuclear que envuelve a la nación persa, en especial su de- sarrollo durante los gobiernos de Barack Obama, de mayor diplomacia, y el de Donald Trump, de confrontación.


1Los Pahlavi fueron la última dinastía de la monarquía iraní en gobernar sobre Irán, entre 1925 y 1979, hasta su derro- camiento por la Revolución Islámica que gobierna actualmente.

2Analista y comentarista de medios de comunicación; reconocido por su ferviente disidencia contra el gobierno de la República Islámica de Irán. Ha trabajado para plataformas comunicativas de renombre como Fox News Channel, CNN, CBS, Sky News, BBC, ABC, entre otras.


La administración de Barack Obama, camino hacia un acuerdo

“Desde que el Presidente Obama llegó al poder alguna luz iluminó el oscuro túnel en el que se había situado a Irán” (Bermejo y Gutiérrez, 2015:

p. 6), así definirían estos analistas la llegada de Barack Hussein Obama (2008-2016) a la Oficina Oval de la Casa Blanca en relación con la misión Teherán, escabrosa y difícil como el precedente y tristemente célebre Bush la había concebido. El hombre lanzado a campaña por el Partido De- mócrata estadounidense llegó con un paquete de promesas que hacía vislumbrar al imperio un poco menos beligerante y más comedido en las relaciones exteriores.

Como primer presidente negro de los Estados Unidos, Obama propuso una tolerancia étnico cultural que se extendió a proposiciones de po- lítica exterior respaldadas en el diálogo, el inter- cambio, la negociación y la multilateralidad; en tal sentido, ofreció intenciones de cambio hacia la visión antiislámica existente, de intento de retira- da de las fuerzas militares en Irak y de reformula- ción de relaciones con países como Irán.

Durante su campaña, el candidato expresó la in- tensión de explotar todas las vías posibles, en espe- cial las diplomáticas, para alcanzar una mejora en los vínculos con Teherán. Acto este que posibilitó, por primera vez, la felicitación desde un mandata- rio iraní postrevolución, Mahmud Ahmadinejad, a un presidente recién electo estadounidense por su victoria: “Lo felicito por obtener la mayoría de los votos (…) Espero que usted priorice los verdade- ros intereses públicos y la justicia a las demandas sin fin de una minoría egoísta (…) La gran nación iraní da la bienvenida a los cambios justos, reales y fundamentales en el comportamiento y las políti- cas estadounidenses, particularmente en la región de Medio Oriente” (BBC News, 2008); así versaba la declaración oficial.

Sin embargo, tantas luces para tantas sombras comenzaron a tornarse opacas; no demoró mu- cho el momento en el cual los chantajes políticos

se manifestaron, dando muestra de que, en reali- dad, en los Estados Unidos puede cambiar el pre- sidente pero no las intenciones, las cuales respon- den a un poder superior a dicha figura.

Es importante comprender que el nuevo inqui- lino de la Casa Blanca inauguró su cargo con un álgido momento. Precedentemente, en 2007, lue- go de las primeras sanciones del Consejo de Segu- ridad hacia Teherán, el Secretario del Consejo Su- premo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Larijani y el Director del OIEA, M. El Baredei, comenza- ron a establecer negociaciones. Las conversacio- nes permitieron llegar el 21 de agosto de 2007 a puntos de acuerdo. Primeramente, el OIEA con- firmó poder verificar que los materiales nucleares declarados en las instalaciones de enriquecimien- to en Irán no habían sido desviados y que, por lo tanto, se destinaron a uso pacífico.

“Pero el acuerdo se refirió también a otras cues- tiones identificadas por el OIEA no resueltas, como las relativas al plutonio, al problema de las centrifugadoras P1 y P2, el origen de la contami- nación que constató el OIEA en la Universidad Técnica de Teherán, el problema del documento referente al uranio metal, y otras cuestiones que seguían sin resolver, designados con la denomi- nación 21” (Bermejo y Gutiérrez, 2015: p.24). Este punto de encuentro entre ambas partes no concordaba a la hora de clarificar los estudios que realizaba Irán, en relación con ver si eran con fi- nes militares. Acorde con esto, el país acusado accedió a permitir examen siempre y cuando la OIEA le admitiera leer y estudiar los documen- tos que recogían pruebas de tales intensiones. La Agencia no dejó que los iraníes consultaran tales informes, mientras que más tarde dicha institu- ción reconocería, en febrero de 2008, que no ha- bía detectado uso alguno de materias nucleares en los estudio (Bermejo y Gutiérrez, 2015).

Así, Barack Obama, su vicepresidente Joseph Biden y la Secretaria de Estado Hillary Clinton promovieron el insolente mensaje de otorgar di- versos incentivos al régimen de Teherán, como la

promoción de inversiones en la esfera económi- ca iraní y el apoyo del ingreso de Irán a la Or- ganización Mundial del Comercio, a cambio del abandono de este de su programa nuclear y la po- lítica de apoyo a diversos grupos de base islámi- ca (como Hamás y Hezbola, señalados terroristas por Estados Unidos). Las sospechas de los islami- tas hacia la “buena voluntad” de la Casa Blanca habían quedado claras cuando se reivindicó la lí- nea diplomática de Bush: “en abril de 2009 el De- partamento de Estado había descrito nuevamen- te a Irán como el Estado más activo en cuanto al apoyo al terrorismo, por su involucramiento en la planificación y financiamiento de ataques terro- ristas en Medio Oriente, Europa y Asia Central, lo que tiene un impacto negativo en los esfuer- zos internacionales para la promoción de la paz, amenaza la estabilidad económica del Golfo y perjudica el crecimiento de la democracia” (Mesa, 2009: p. 850).

A mediados del año 2009, Mahmud Ahmadi- nejad inicia su segundo período al frente del go- bierno persa, facilitando los planes de continui- dad del programa nuclear, pese a las sanciones impuestas y las demandas de la comunidad inter- nacional. Para complicar el contexto, en septiem- bre de igual año, Irán reconocía tener una plan- ta clandestina de enriquecimiento de uranio en Qom, ¿la respuesta?, la gerencia de Obama ame- nazó al gobierno del Líder Supremo con nuevas sanciones económicas en caso de no permitir la entrada de la OIEA a sus instalaciones.

Para poner los puntos sobre las íes, el Consejo de Seguridad volvió a asumir el caso, ya con Oba- ma tomando experiencia y lanzó un paquete de resoluciones que se ejecutarían entre 2008 y 2010. Adoptó cuatro: la 1803, de 3 de marzo de 2008, la 1835, de 27 de septiembre del mismo año, la 1887, de 24 de septiembre de 2009, y la 1929, de 9 de junio de 2010. La primera apunta que preocu- pa que Irán ponga en duda el nivel de autoridad ejecutiva de la OIEA a materializar ciertas veri- ficaciones. Igualmente, declara las intenciones

del grupo P5+1 (los cinco miembros permanen- tes del Consejo de Seguridad más Alemania) de ejecutar medidas adicionales para encontrar una solución a la crisis, insistiendo así en la urgencia del cumplimiento de las medidas impuestas por el organismo para cesar la problemática (ONU, S/ RES/1803, 2008).

Va a ser la resolución 1929 (2010), sin embar- go, la que saca a plena luz la crisis nuclear iraní al señalar que según los informes del OIEA: Irán “no ha demostrado que se hayan suspendido en forma completa y sostenida todas las actividades relacionadas con el enriquecimiento y el repro- cesamiento ni los proyectos relacionados con el agua pesada...” (Bermejo y Gutiérrez, 2015: p. 26). Además, con preocupación, el Consejo de Segu- ridad observaba la participación del cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica en activi- dades nucleares que eran estratégicas tanto desde el punto de vista de la proliferación como en el desarrollo de sistemas de vectores de armas nu- cleares. De este modo la crisis fue tomando cada vez más cuerpo. Con chantaje financiero manipu- ló el Congreso de los Estados Unidos a las em- presas de otros países que invirtieran en la otrora Persia, engrosando así la lista de privaciones a la economía de la nación. Para 2011 las diferencias crecieron, hubo momentos similares a lo vivido en tiempos de guerra fría; a finales de año la ten- sión creció cuando el Fiscal General de EE.UU. acusó a Irán del asesinato del embajador de Ara- bia Saudí en Washington, hecho refutado por los incriminados.

Ya en noviembre, una nueva resolución de la OIEA sobre el programa nuclear iraní se llevó a cabo tras un informe presentado por el organismo a principios de ese mes, en el que destacaba que Irán exponía síntomas de trabajos que solamen- te podían estar relacionadas con el desarrollo de armas nucleares (Fuentes Fernández, 2015); su- mado a lo anterior, Irán recibió constantes ciber- ataques transgresores del derecho internacional. Como si fuera poco, en junio de 2012 el New York


Times publicó una noticia en la que se corrobora- ba que Obama habría autorizado ciberataques a Irán, con los que logró que más de mil centrifu- gadoras de la planta de Natanz estuvieran inope- rativas.

Barack Hussein hizo lo posible por evitar un conflicto militar con Teherán, a pesar de que Is- rael buscaba ese camino, y las razones las brinda su probable reelección en 2012 que podía haberse visto afectada por dicho aprieto, además una gue- rra contra ese país podía haber incrementado los precios del petróleo y haber cerrado el abasteci- miento a Washington desde el Golfo Pérsico. De otro lado, como apunta Carolina Fuentes (2015), “la posibilidad de que el Consejo de Seguridad de la ONU, aprobara un ataque militar contra Irán era dudosa, en cierta forma por la incertidumbre sobre las verdaderas intenciones de Irán, a pesar de los informes realizados por la OIEA, la duda se mantenía” (Fuentes, 2015: p. 223).

Para redireccionar el problema, en el año 2013 llega a la presidencia en la República Islámica Hassan Rouhaní; este hombre se proyectó como un negociador con fines de soliviantar el con- flicto, llegando a anunciar voluntad de diálogos. Rouhaní, considerado un pragmático y cerca- no al ex presidente reformista-moderado Akbar Hashemi Rafsanyaní, también ha gozado de una buena relación con el líder supremo, Ayatolá Ali Jamenei, con quien ha colaborado desde la época de la guerra con Irak, de 1980 a 1988 (Steffi et al., 2015: p.51).

El nuevo presidente no era, en lo absoluto, ad- venedizo; sabia de los intersticios del conflicto de su estado con Occidente, en especial, Estados Unidos; previamente había sido a partir de 2003, durante el enfrentamiento que se produjo entre Irán y el Organismo Internacional de Energía Atómica, quien dirigiera las negociaciones inter- nacionales y llegó a acordar medidas de confian- za, así como cesar algunas actividades del progra- ma nuclear iraní, llevando a una breve calma de las aguas en la escena exterior.

Durante su campaña para las elecciones de 2013 prometió la liberación a los presos políticos, la de- fensa de los derechos civiles, así como devolver la “dignidad a la nación” y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con el viejo enemigo de Irán, Estados Unidos, que cortó las relaciones con el país a raíz de la toma de la embajada de ese esta- do en Teherán por estudiantes islámicos en 1979 (Steffi, et al., 2015: p.54). Por ello, con su llegada el mundo comenzó a percibir un giro en la polí- tica exterior hacia las condiciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU y la OIEA, en tal sentido, esta organización visitó al país el 29 de agosto de 2013 donde afirmó el carácter pacífico y civil del programa nuclear.

Debemos destacar que el papel de Rouhaní, ade- más, estaba direccionado hacia una solución de los problemas económicos en que estaba sumido Irán, consecuencia de las sanciones impuestas por la Casa Blanca y las resoluciones del Consejo de Se- guridad. Este es un hombre valorado por su capa- cidad negociadora. Sus intereses gubernamentales concuerdan grandemente con los llamados “Regio- nal powerbalancers”, especie de escuela ideológica iraní, planteando: la defensa de la integridad terri- torial del país; evitar el aislamiento internacional; la expansión de la inversión y el comercio exterior y promover una región menos militarizada y más estable con sus vecinos regionales.

En su primera rueda de prensa como presi- dente, el 17 de junio de 2013, Rouhaní acotó dos objetivos primeros para él: levantar la economía iraní y lograr una reconciliación con el exterior buscando reavivar la confianza mutua entre Irán y la Comunidad Internacional. A raíz del incre- mento de las sanciones internacionales por parte de la administración Obama, el nuevo presidente (reelecto en 2017) promovió una estrategia donde se manejó la posibilidad de hacer concesiones y ser menos duros en el formato de negociaciones entre Irán y el P5+1.

El camino se ideó de la siguiente forma: pedir al P5+1 el derecho de Irán bajo el Tratado de No


Proliferación de desarrollar su programa nuclear y de enriquecer uranio en sus propias instalaciones; a cambio, se ofrece total transparencia y coopera- ción con el OIEA y la garantía de que el programa no busca fines militares (Servitja, 2013: p. 16). En- tre las posibles condiciones se podía manejar la po- sibilidad de dar acceso a los funcionarios del OIEA a la planta en Pashín por presuntas acusaciones de ser este un lugar de “weaponización”, es decir, de procesos de estructuración de misiles balísticos con una ojiva nuclear.

Como efecto, el 26 de septiembre de 2013 mar- có un hecho histórico en las relaciones de Esta- dos Unidos e Irán, cuando tuvo lugar durante la Asamblea General de la ONU un encuentro en- tre John Kerry y el Ministro de Exteriores de la República Islámica, Javad Zarif. Posteriormente, los días 15 y 16 de octubre de 2013 se celebró la primera reunión del Grupo 5+1 con Irán en Gine- bra para relanzar las conversaciones. “Tras varias reuniones celebradas en el mes de noviembre de 2013, se firma un acuerdo en el que Irán acepta que se realicen nuevas inspecciones de la OIEA. También se alcanzó un acuerdo preliminar, en el que Irán se comprometía a paralizar su programa nuclear y a enriquecer uranio por debajo del cin- co por ciento. A cambio, la Unión Europea y Esta- dos Unidos se comprometieron a suspender parte de las sanciones impuestas a Teherán. El acuerdo entró en vigor el 20 de enero de 2014” (Fuentes, 2015: p. 224).

Ambas partes comenzaron a sentirse más cer- canas. Las entrevistas continuaron en noviembre de 2014 que devino en una extensión de las ne- gociaciones hasta junio de 2015. Por un lado, el Presidente de Irán se mostró satisfecho con los avances, a pesar de no haber llegado a un acuerdo final, manifestando su complacencia en el cum- plimiento de los dos objetivos perseguidos por Teherán con el comienzo de las negociaciones: retirar las sanciones impuestas a Irán y proteger su tecnología nuclear. En cuanto al Secretario de Estado de la segunda administración de Obama,

John Kerry, también manifestó su satisfacción, promovida fundamentalmente por el logro de la paralización de la planta nuclear en Arak, por la reducción del porcentaje del enriquecimiento del uranio persa y por la aceptación de la contraparte de los exámenes diarios de la OIEA en sus bases. Las relaciones entre Estados Unidos e Irán toma- ron vigor con el convenio internacional logrado en Viena (Austria) el 14 de julio de 2015 y conocido internacionalmente como Plan de Acción Conjun- to y Completo (JCPOA, por sus siglas en inglés). “Irán se comprometió en el acuerdo a no producir uranio altamente enriquecido durante los próxi- mos 15 años, a deshacerse del 98 % del material nuclear que poseía en ese momento, a eliminar dos tercios de las centrifugadoras que tenía instaladas, a mantener un número limitado de toneladas de agua pesada, así como a permitir, por primera vez, que inspectores internacionales pudiesen entrar en sus instalaciones nucleares para controlar su grado

de cumplimiento” (Yubero, 2017: p. 21).

“A cambio, la comunidad internacional elimi- nó algunas de las sanciones que pendían sobre el país. Se le permite acceder a los 100 000 millones de dólares que posee en bancos de China, Japón y Corea del Sur y se levantaron las limitaciones im- puestas al Banco Central y a la compañía petro- lera estatal, lo que significa el acceso inmediato a más de 50 000 millones de dólares de activos con- gelados. Asimismo, la Unión Europea (UE) retiró sus sanciones financieras relacionadas con la tec- nología nuclear, sobre transferencias, seguros, fi- nanciación del comercio, petróleo y gas” (Yubero, 2017: p. 21).

Por su parte, emergieron prohibiciones como la venta de armas o de material para los sistemas ba- lísticos del país persa y la negativa de exportar cual- quier tipo de material que pueda servir para aumen- tar la “transgresión de los Derechos Humanos” o la represión en el interior del país. Este fue el panora- ma que Barack Obama dejó al mundo tras ceder su puesto al hombre que se acompañaría con un dis- curso ultranacionalista, misógino y xenófobo, cuya


campaña electoral anunciara echar por tierra mu- chos de los logros de su predecesor, ese hombre sería Donald Trump.


La llegada de Donald Trump y el rena- cer de un desacuerdo

Cuando el mundo esperaba que la ya veterana Hillary Clinton, Primera Dama en los años 90 y Secretaria de Estado durante la primera adminis- tración de Barack Obama, pudiera salir como fa- vorita en las elecciones presidenciales de 2016 en los Estados Unidos, un hombre conocido como Donald Trump, devenido del mundo empresarial y de shows televisivos, se convirtió (sorpresiva- mente) en el mandatario de su país.

Su trayectoria como candidato le hizo mostrar una política exterior menos intervencionista, en contraste con la ya profetizada posición de Hi- llary, cuyos antecedentes con ánimos de ataques lograron ser apaciguados por la cautelosa visión del presidente Obama. Trump desplegó una es- trategia xenófoba, antiinmigrante y elitista que atentó con los pasos liberales marcados por su predecesor. No con una inclinación hacia el me- joramiento de las clases menos favorecidas de su nación, más bien para tender la mano a clases me- dias y altas que se benefician con políticas como la de reducción de impuestos.

Coherentemente con este tema, la analista Ellen Laipson (2016) apuntaba que “a lo largo de la campaña, Trump se ha referido a las relacio- nes exteriores como si fuesen una simple cuestión de negocios, y ha expresado su confianza en que siempre saldrá ganando. Podría llevarse una desa- gradable sorpresa cuando descubra cómo fun- cionan los asuntos internacionales, y que al pre- sidente estadounidense se le exige prudencia ante los problemas que Washington no ha provocado o que no puede controlar” (Laipson, 2016: p. 38). Esta misma autora agregaba que “las declara- ciones de campaña del presidente electo Donald Trump no bastaban para aclarar hasta qué pun- to su política en Oriente Medio podía diferir de

la de Barack Obama. Sin duda, el terrorismo y la derrota de Daesh serán sus prioridades, y segura- mente adoptará una postura más dura en relación con Irán, si bien es posible que no llegue a retirar a EE.UU del acuerdo nuclear de 2015” (Laipson, 2016: p. 38).

Para la región del Medio Oriente, en especial Irán, el magnate había asegurado una posible re- visión de la política hacia ese país, pero ya en mar- zo de 2016 resaltaba una postura más radical: “Mi prioridad número uno es desmantelar el desastro- so acuerdo con Irán”, decía al Comité de Asuntos Públicos de Israel (AIPAC, en sus siglas en inglés) (Laipson, 2016: p. 39). Aunque, “varios miembros del Congreso que en 2015 eran escépticos con el pacto, hoy declaran que sería arriesgado aban- donarlo y quieren que la atención se centre en el cumplimiento estricto de sus estipulaciones. Va- rias personalidades de la seguridad nacional sau- dí e israelí han manifestado opiniones similares” (Laipson, 2016: p. 39).

El acuerdo firmado en 2015 asegura que Irán puede emplear la energía atómica solo para fines civiles y tiene un período de valor hasta 2025. Cuando Barack Obama era presidente, el Con- greso determinó supervisar el cumplimiento del pacto cada 90 días. Para 2016 se consideraba que un reclamo de Trump en contra del convenio po- día provocar la invalidez del mismo, claro, sería con trabajo puesto que Rusia, China y la Unión Europea no apoyarían algo así, sino dejar en de- sarrollo el acuerdo y sus puntos. “El presidente de Estados Unidos tiene muchos poderes, pero no este”, aseguró Federica Mogherini (Hispan TV, 2017-a) jefa de la diplomacia europea, después de que Trump advirtiera en 2017 su decisión de no certificar el acatamiento de Irán al pacto.

Según los acontecimientos y acorde con los análisis del investigador Vicente Palacio (2017: p.76), un desacato estadounidense a reafirmar el acuerdo P5+1 (JCPOA) podía ser como un bu- merán, lejos de ayudar a sus intereses provocaría un descalabro en el ala negociadora y seguidora


de Rouhaní para fortalecer entonces la línea con- servadora del gobierno iraní cuya postura sería la misma antes de los acuerdos, más parecida a los tiempos de Ahmadinejad. Incluso, los dueños de negocios de EE.UU no comparten la idea de san- ciones a empresas de su país en tierra persa por la posibilidad de pérdida de mercados frente a Chi- na, Europa y Rusia.

La postura del magnate sobre el convenio era no fundamentada pues, acorde con los datos que ofrece Beatriz Yubero (2017): “el Organismo In- ternacional de la Energía Atómica (OIEA), cuyos miembros son los responsables de visitar y che- quear las instalaciones nucleares iraníes para veri- ficar si el país persa está cumpliendo o no con los acuerdos alcanzados en julio de 2015, mantiene que Irán se está ciñendo a lo pactado en Viena y que, además, está siendo objeto del régimen de ve- rificación más exigente del mundo. No tienen du- das de la voluntad iraní de no salirse de la buena senda” (Yubero, 2017: p. 25).

Sin embargo, el 25 de abril de 2017 la Admi- nistración Trump movió ficha al “avisar” a Irán e imponer nuevas sanciones. En tal situación, el en- tonces Secretario de Estado, Rex Tillerson, apun- taba en una entrevista: “El presidente realmente quiere rehacer ese acuerdo, ha dicho que quiere renegociarlo, y creo que realmente necesitamos el apoyo de nuestros aliados, nuestros aliados euro- peos y otros para argumentar también ante Irán que este acuerdo realmente tiene que ser revisa- do” (Chamberlain, 2017). En octubre las decla- raciones fueron más rigurosas, lo cual provocó que la Cámara de Representantes aprobara nue- vas sanciones contra Irán (Lardner, 2017), conse- cuentemente las mismas no afectaban al acuerdo nuclear sino más bien a la política de desarrollo de misiles balísticos llevada por Persia.

“El 18 de septiembre durante una entrevis- ta concedida a CNN el presidente iraní, Hassan Rouhaní, lanzó duras advertencias contra Estados Unidos en el caso de que el presidente Trump op- tase por romper el acuerdo nuclear: —Salir de un

acuerdo como este implicaría un precio muy alto para Estados Unidos, y no creo que los estadou- nidenses estuviesen dispuestos a pagar un costo tan grande por algo que sería inútil para ellos—” (Yubero, 2017: p. 24). Así, en apoyo a su gobierno, el 4 de noviembre de 2017, el pueblo se congre- gó en Teherán en el emplazamiento de la antigua embajada de Estados Unidos en el país; mediante quemas de banderas estadounidenses y consig- nas contra Trump (Infobae, 2017), festejaron el 38 aniversario del asalto a la delegación diplomá- tica por simpatizantes de la Revolución Islámica (1979), lo cual derivó en una toma de rehenes que duró 444 días y que inició el actual clima de ten- sión en las relaciones bilaterales.

Para lograr que la posición de Washington sea coincidente con la de los países de la Unión Eu- ropea, la alta representante de esa región, Fede- rica Mogherini realizó un viaje a principios de noviembre para entrevistarse con Donald Trump y lograr una retirada de este de la posición beli- gerante ante el acuerdo nuclear. “Queremos que EE. UU. continúe su implementación en el futuro. La UE tiene un interés de seguridad en mante- ner el acuerdo en funcionamiento”, acotó Moghe- rini (EFE, 2017). Asimismo, el presidente de Ru- sia, Vladímir Putin, declaró en relación con este tema: “Todos los informes del Organismo Inter- nacional de la Energía Atómica indican que Irán cumple plenamente todos sus compromisos. No- sotros respaldaremos el acuerdo, que fue negocia- do bajo la Administración del ex presidente esta- dounidense Barack Obama” (Hispan TV, 2017-b). Es importante destacar que Irán ha desarrolla- do un programa de misiles balísticos que no afec- ta en nada los postulados de Viena 2015. Hasta ese momento, lo que sí se frenaba para los misi- les era la colocación de cabezas nucleares, pero su desarrollo, independientemente de esta imposibi- lidad, entroniza a Teherán en un estado defensivo de mayor alcance destructivo para la región del Medio Oriente, por ello la reacción constante de la Administración Trump, en alianza con Tel Aviv.


Por ello Beatriz Yubero (2017: p. 32) enfatiza que: “la posesión de misiles balísticos de medio alcance, con capacidades superiores a los 2 000 kilómetros, es lo que preocupa sobremanera a Estados Unidos. Y es que con ese rango de opera- tividad podría alcanzar perfectamente las bases norteamericanas en Oriente Próximo (Bahréin, Kuwait y Omán) y al principal socio estratégi- co de Estados Unidos en la región: Israel. Es por ello que el presidente Donald Trump no duda en asociar el acuerdo firmado en Viena en 2015 con el desarrollo del programa de misiles iraní. Y cuando habla de ampliar o renegociar el JCPOA lo hace pensando en poner coto a este programa iraní.”

La posesión de armas de mayor alcance gene- raría una nueva correlación de fuerzas en el área del Medio Oriente, por lo cual se descifra que las sanciones hacia el país buscan limitar la influen- cia regional de la República Islámica.


La ruptura de un convenio, la diploma- cia del hielo

En 2018 el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, materializó la decisión de aban- donar el Acuerdo Nuclear firmado en 2015 con el G5+1 e Irán. Lo que para él significó una “de- cisión inteligente”, para la comunidad internacio- nal, en especial los expertos en asuntos exteriores, lo catalogaron como un retroceso en el logro de estabilidad, cuando en no pocas ocasiones una estupidez. El retorno a un régimen de sancio- nes unilaterales, sistemático, desató fricciones en el resto de los miembros del Consejo de Seguri- dad y Alemania con las políticas tomadas desde Washington; pasaron a ser afectados igualmente,

y comprendieron que lejos de tener bajo super- visión las maniobras científicas en Teherán, más bien las estaban perdiendo.

El centro de las sentencias contra la economía iraní ha sido el sector del petróleo. Sus reservas, que están entre las cinco mayores a nivel interna- cional3 resultan riqueza invaluable para el desa- rrollo de dicho país. El régimen de sanciones es muy tradicional: toda compañía que establezca negociaciones con Persia no podrá hacerlo con los Estados Unidos; toda compañía estadouni- dense que intercambie con aquella nación recibi- rá castigos financieros.

No solo la esfera de los hidrocarburos ha reci- bido penalidades, también: finanzas y banca, sec- tor automotriz, industrias como la del comercio de oro, otros metales preciosos y de alfombras (renglones importantes). Aunque inicialmente la pretensión de la Casa Blanca fue reducir a nada las exportaciones de hidrocarburos, la amenaza de un aumento de los precios del petróleo llevó a una cautela y por ello, además de la dependencia que han adquirido, liberó a Italia, Japón, India y Corea del Sur de un cese brusco de sus importa- ciones en aras de no afectar sustancialmente sus economías.

Las incongruencias adquiridas con el resto de los firmantes del JCPOA obligaron a Europa a diseñar un sistema de comercio que pudie- ra protegerla, en cierto sentido, de las sancio- nes. El Vehículo de Propósito Especial4 (SPV, por sus siglas en inglés) fue ese mecanismo, se diseñó con el objetivo de que las distintas corporaciones con fines de vínculos con Te- herán puedan esquivar el sistema financie- ro estadounidense a través de un manejo di- recto de las transacciones entre el país y las


3Para 2018 Iran tenía unas reservas probadas de 158 000 millones de barriles de petróleo, lo cual sumaba un 10 % del total de reservas de crudo a nivel mundial y para la OPEP un 13%. Según estudios de la Compañía Nacional Iraní de Petróleo dicho monto puede aumentar en un 10 % (Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, 2018). Para sep- tiembre de 2019, era el quinto mayor productor de petróleo, con 4,7 millones de barriles al día y ya bajo sanciones, siguiendo a Estados Unidos, Arabia Saudita, Rusia y Canadá (BBC, 2019).

4En sentido general es una subsidiaria creada por una compañía matriz para evitar riesgo financiero.


distintas firmas, buscando no realizar pagos directos: si una nación europea desea comprar petróleo a los chiitas, debe pagarle al SPV quien se encarga de hacerlo llegar a su destinatario. No obstante, empresas y compañías vinculadas a una actividad comercial pueden correr el ries- go de ser procesadas, “incluso si un operador de transporte comprara petróleo a través del me- canismo SPV, la compañía que asegura la carga podría enfrentar la amenaza de sanciones se- cundarias y la posible pérdida de todos sus ne- gocios en Estados Unidos” (BBC, 2018- a). Por ejemplo, Richard Nephew, Investigador Prin- cipal de la Universidad de Columbia, expone que aunque Irán no pertenece al sistema finan- ciero de Estados Unidos “el problema es que la mayoría de los socios comerciales más grandes de Irán sí dependen y eso afecta su disposición a poner en riesgo su acceso a Estados Unidos por hacer negocios con Irán” (BBC, 2018-a). En 2018 dos paquetes de sanciones fuertes se des- plegaron, primero en agosto (a 90 días después de la salida del pacto) y luego en noviembre (120 días después de la cancelación). Los pun- tos más importantes de las sanciones en agosto fueron (BBC, 2018-b). “Compra o adquisición de dólares por parte de Irán; comercio de oro y metales preciosos; a la venta, suministro o transferencia directa o indirecta hacia o desde Irán de metales de grafito, otros metales como el aluminio y acero, carbón y software para in- tegrar procesos industriales; a las transacciones relacionadas con la compra o venta de riales (la moneda iraní), o el mantenimiento de fondos o cuentas con montos considerables de riales fuera de ese territorio; a la compra, suscripción o facilitación de la emisión de deuda sobera- na iraní; al sector automotriz.” Para noviembre (BBC, 2018-b). “A los operadores portuarios de Irán, y compañías relacionadas con sectores de envío y construcción naval; a las transacciones relacionadas con petróleo con empresas como National IranianOil Company (NIOC), Nafti-

ranIntertrade Company (NICO) y NationalI- ranianTanker Company (NITC), entre otras; a las transacciones de instituciones financieras extranjeras con el Banco Central de Irán e ins- tituciones financieras iraníes; a la prestación de servicios especializados de mensajería finan- ciera al Banco Central de Irán e instituciones financieras iraníes.” Igualmente (BBC, 2018-b). “A la prestación de servicios de suscripción y seguros; al sector energético, también cancela la autorización para entidades extranjeras de propiedad bajo control de Estados Unidos que desarrollan actividades con el gobierno o per- sonas sujetas a la jurisdicción del mismo, que era parte del acuerdo inicial.” A todo lo ante- rior, añadir que a mediados de 2019 las pena- lidades se extendieron a la figura del Ayatolá Jamenei, sus posibles cuentas en el exterior y a altos mandos militares de la nación persa.

Todo lo anterior ha provocado no solo el incre- mento de problemas económicos en el estado me- dioriental, con altas tasas de inflación y, por ende, disminución del poder adquisitivo del rial (mo- neda nacional); sino que, además, ha inducido a un estado de invalidez para el convenio logrado en 2015. Aunque las otras partes se mantienen firmes en la consecución del mismo, la sola exis- tencia de sanciones lo vuelve un sinsentido. Por tal hecho, el gobierno de Teherán amenazó con la reactivación de centrifugadoras y procesos de en- riquecimiento de uranio, independientemente de que ha garantizado públicamente su intención de cumplir con el pacto, al menos con los miembros restantes.

Lo único que ha logrado la Administración Trump con estas decisiones ha sido el enfriamien- to de las relaciones con Europa (también ha sido afectada), la pérdida de control sobre la actividad científico nuclear de Irán, y el giro y fortaleci- miento de este país con mercados regionales ca- paces de estimular sus exportaciones, su índice de inversión extranjera, el desarrollo de infraestruc- turas, del sector de la banca, la ciberseguridad y el


transporte, como lo son India y China, en especial esta última con el despliegue de la iniciativa de la Franja y la Ruta.


Conclusiones

El contexto socio histórico que condicionó el conflicto nuclear entre Irán y los Estados Unidos se caracterizó por un constante estado de fricción bilateral entre ambos países donde las respectivas administraciones (Ahmadinejad y Bush) apos- taban a los desafíos y las amenazas. El año 2002 simboliza el punto de partida de ese diferendo, pero las bases emergen desde el triunfo de la Re- volución Islámica de Irán en 1979, hecho median- te el cual la potencia americana pierde a su mayor aliado en la región del Medio Oriente y con él los intereses sobre recursos naturales y posiciona- miento geoestratégico inherentes al estado persa.

Con la era Obama, la diplomacia interna- cional sentó cátedra. Por vez primera gobier- nos diametralmente opuestos se dispusieron a asentar pautas en torno al respeto bilateral, aunque el resquicio lo diera la cuestión nuclear. El Acuerdo de 2015 simboliza el mayor meca- nismo de supervisión sobre Teherán de toda actividad nuclear, que al mismo tiempo se tra- duce en una coexistencia más aliviada de pre- siones económico-políticas. Sin embargo, con la llegada de Donald Trump volvieron los pasos sobre las pisadas. La ruptura con un convenio como este solo le ha llevado a encararse con su inoperancia. Lejos de nutrir al Imperio, lo ha guiado cada vez más a un aislamiento irracio- nal para su filosofía: más lejos de sus aliados, menos control sobre sus enemigos, más unión entre estos.


image

Referencias bibliográficas

Bermejo García, R. y C. Gutiérrez Espada (2015): Del programa nuclear de la República Islámica de Irán y de su evolu- ción (política y derecho). Anuario Español de Derecho Internacional. doi: 10.15581/010.31.7-6.

BBC News (2008): “Irán felicita a Obama”, http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_7714000/7714211.stm. BBC News (2018-a): “¿Cuáles son las sanciones que Estados Unidos vuelve a imponerle a Irán y a quiénes afectan?”,

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-45087134.

BBC News (2018-b): “Sanciones de Estados Unidos a Irán: ¿cómo pueden afectarle realmente?”, https://www.bbc.com/ mundo/noticias-internacional-46092076.

BBC News (2019): “Quiénes son los mayores productores de petróleo y qué papel juega cada uno en el rompecabezas mundial”, https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-49748250.

Chamberlain, S. (2017): “Tillerson says Iran nuclear deal 'really has to be revisited”, Fox News, http://www.foxnews. com/politics/2017/09/19/tillerson-says-iran-nuclear-deal-really-has-to-be-revisited.htm.

Mesa Delmonte, L. (2009): “Las políticas de Bush y Obama hacia la República Islámica de Irán. La centralidad del factor nuclear”, Foro Internacional, Vol. 49, No. 4. El Colegio de México, A.C. Distrito Federal, México, octubre-diciembre.

EFE (2017): “Mogherini reconoce ‘momento delicado’ del pacto con Irán por las amenazas de Trump”, https:// www.efe.com/efe/america/mundo/mogherini-reconoce-momento- delicado-del-pactocon-iran-por-lasamena- zas-de-trump/20000012-3431414

Fuentes Fernández, C. (2015): Estados Unidos, Irán y el impacto del dilema de seguridad en Oriente Medio y Próximo, Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, España, pp. 221.

Hispan TV (2017-a): “UE pone en jaque a Trump tras descertificar acuerdo nuclear iraní”, http://www.hispantv.com/ noticias/europa/356375/ue-apoya-acuerdo-nuclear-denuncia-trumpmogherini.

Hispan TV (2017-b): “Putin promete: Rusia seguirá apoyando el acuerdo nuclear iraní”, http://www.hispantv.com/ noticias/rusia/355464/putin-apoya-acuerdo-nuclear-jcpoa.

Infobae (2017): “Irán conmemora los 38 años de la toma de la embajada de Estados Unidos en medio de fuertes ten- siones y exhibiendo sus misiles”, https://www.infobae.com/america/mundo/2017/11/04/iran-conmemora-los-37- anos-de-toma-de-la- embajadade-estadosunidos-en-medio-de-fuertes-tensiones-y-exhibiendo-sus-misiles/.


Laipson, E. (2016): “El Presidente Trump y Oriente Medio. El terrorismo, la derrota de Daesh, así como una política más dura hacia Irán marcarán las ya de por sí tensas relaciones de Estados Unidos con la región”, Ideas Políticas, Editorial Afkar.

Lardner, R. (2017): “Houses approves bill to santion Iran for ballistic missiles” (octubre), https://ph.news.yahoo.com/ house-approves-bill-sanction-iran-ballistic-missiles151955351--politics.html.

ONU (2008): Consejo de Seguridad, Resolución 1803, aprobada por el Consejo de Seguridad en su 5848ª sesión, cele- brada el 3 de marzo de 2008, S/RES/1803(2008), https://www.refworld.org.es/docid/48118bdc2.html.

Palacio de Oteyza, V. (2017): “Estados Unidos: de Obama a Trump. Un giro estratégico de ciento ochenta grados”, Pa- norama Estratégico, Instituto Español de Estudios Estratégicos.

Steffi Barahona Cruz, J., M. Berrios Vázquez, y G. Pérez Navarrete (2015): Análisis comparado de la política exterior iraní orientada al fortalecimiento del programa nuclear, en los gobiernos de Mahmud Ahmadineya y Hassan Rouhaní y el rol del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas en la aplicación de las sanciones econó- micas, período 2005 al segundo trimestre del año 2014, Universidad de El Salvador (junio).

Servitja Roca, X. (2013): El impacto del nuevo presidente Hassan Rohani en la política exterior y de seguridad iraní. Do- cumento de opinión, Instituto Español de Estudios Estratégicos (julio).

Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (2018): “Las reservas de petróleo de Irán aumentaran un 10%”, https:// www.icex.es/icex/es/navegacion-principal/todos-nuestros-servicios/informacion-de-mercados/paises/navega- cion-principal/noticias/NEW2018781885.html?idPais=IR#.

Yubero Parro, B. (2017): Irán en la era de la Administración Trump, Instituto de Investigaciones Estratégicas de la Ar- mada de México (diciembre).


Otras fuentes consultadas

RTVE (2011): “La OIEA denuncia por primera vez que Irán está desarrollando armas nucleares”, http://www.rtve.es/ noticias/20111108/oiea-denuncia-primeravez-iran-esta-desarrollandoarmas-nucleares/474191.shtml.

OIEA (2011): Los Estados Unidos, que habían hecho las alegaciones, no habían remitido los documentos originales y auténticos al OIEA, tal y como lo señaló posteriormente el gobierno iraní al OIEA el 17 de noviembre de 2011. A este respecto, ver en http://www.iaea.org/Publications/Documents/infcircs/2011/French/infcirc827_fr.pdf.