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Nueva Época

Número 02

Comunicacional

Autores: Dra.C. Sunamis Fabelo Concepción; Prof. Mayra Bárzaga; MSc. Ángel Rodríguez Soler; Dr.C. Ruvislei González; MSc. Orietta Hernández; Dr.C. Mario A. Padilla; Dra.C. Olga Rosa González; MSc. Yarina Amoroso; Prof. Claudia Sánchez Savín; Prof. Alina Altamirano.


Desarrollo Tecnológico y Gobernanza de Internet

Se vive en un flujo continuo de datos, lo cual incrementa la importancia de su protección y tra- tamiento. En la economía digital, los datos, trans- formados por algoritmos en inteligencia artificial (IA), se convierten cada vez más en el factor que más incide de la economía y en la principal fuente de poder y riqueza. Estos sistemas digitales inte- ligentes están revolucionando las fuerzas de pro- ducción y avanzan sobre cada uno de los sectores productivos de la sociedad (finanzas, transporte, comercio, salud, agro, educación) primero conec- tando a sus actores y actividades, y luego convir- tiéndose en el cerebro que controla cada sector.

El patrón de digitalización predominante se sustenta en un proyecto de cambio de modelo de sociedad impulsado por el capital empresarial y financiero global, como una oportunidad de sal- var el capitalismo en crisis y de transitar hacia un mundo poscapitalista regido por la inteligencia artificial en manos de una tecnocracia corpora- tiva. En este sentido avanza el proyecto del Great Reset (gran reinicio) promovido por el Foro Eco- nómico Mundial. La Internet de las cosas entre otros importantes adelantos que están a nivel de mercado, pero a nivel de laboratorios probados también, intentan vender la idea de que los con- ceptos de Soberanía y el papel rector o conductor del Estado se desmoronan.

Se multiplica la manipulación de las noticias, la desinformación, y la disputa por imponer las na- rrativas se extiende no sólo a lo comunicacional, sino que abarca los temas económicos, políticos, sociales, ideológicos y particularmente simbólicos.

Hay una mayor influencia de las Redes Sociales en la política; aumenta la retórica violenta en los sitios de redes sociales y en el papel que juegan en operaciones de guerra psicológica. Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft (GAFAM) continúan teniendo la capacidad para decidir quién tiene derecho a existir en la red y quién no, se atribuyen los derechos de propiedad sobre la información personal y tienen el poder de con- trolar los sistemas e infraestructuras críticas de información.

La tendencia a la regionalización digital que ha venido evolucionando en los últimos tiempos ha estado condicionada por el desarrollo de la cooperación en materia tecnológica entre diver- sos actores, y por otro lado, como resultado de la competitividad y rivalidad en este sector que ha potenciado las confrontaciones que ya estaban la- tentes.

Se mantiene el liderazgo de las empresas de Sili- con Valley. Sin embargo, se aprecia una especie de regionalización digital, encabezada en Asia por Rusia, China, República de Corea y Japón, sin que esto signifique una disminución del nivel de in- terconectividad.

Estados Unidos conserva su hegemonía y su ventaja tecnológica en el mundo digital aunque se siente cada vez más amenazada en algunos sectores vinculados a la 5G por China. En ese sentido, Washington lucha por un desacopla- miento tecnológico entre China y Occidente, fundamentalmente en el sector de los microchip y otros.

Continúan enfrentamientos entre China y Es- tados Unidos en torno a la implementación de la


5G. Se avanza en la carrera por tecnologías supe- riores encabezada por China, Japón y República de Corea.

En general avanza la tendencia hacia una nueva dependencia por la subordinación de los territo- rios digitales, propiciado por la falta de soberanía comunicacional y tecnológica de la mayoría de los países del planeta y la ausencia de regulacio- nes eficaces a las TICs.

Internet y vida cotidiana

La crisis mundial desatada a partir de la pan- demia de la Covid-19 potenció el desarrollo de esta Revolución Tecnológica. La acumulación ex- ponencial de conocimiento complejo durante los períodos de cuarentena y la implementación ge- neralizada del teletrabajo, además de los benefi- cios, ha supuesto mayor acceso a los datos y, por tanto, mayor capacidad de manipulación de la in- formación y control de las narrativas.

Se genera el uso de aplicaciones de seguimiento y control de los ciudadanos. En general el mun- do implementa nuevas estrategias de biocontrol, lo que implica la posibilidad de que los gobiernos accedan a todas las coordenadas de sus ciudada- nos (incluso a nivel biológico), o que deleguen parte de sus decisiones en inteligencias artificia- les. La relación de la participación ciudadana y la Inteligencia Artificial (IA) genera controversia, tiene sus partidarios y sus detractores.

Los principales debates están centrados en dos cuestiones: vigilancia totalitaria y empodera- miento ciudadano. Y, por otra parte, el aislamien- to nacionalista frente a la solidaridad global. En

ese sentido se despliegan narrativas enfocadas en el uso del miedo contra China y Rusia sobre todo, así como otros países y grupos étnicos apoyando líneas de mensajes que sustentan que la seguridad es más importante que la prosperidad.

Avanza la tendencia al desarrollo de la inteli- gencia sanitaria y la comunicación de emergen- cia. A partir de esto, se desarrolla un importante impulso en la evolución de la inteligencia algorít- mica, especialmente para el sector de la salud en lo que se refiere a la prevención y gestión de una epidemia a partir de la informática. Esta tenden- cia, por una parte potencia la diplomacia cientí- fica como herramienta para establecer canales de comunicación a partir de la cooperación en áreas de interés común que demandan esfuerzos con- juntos; y por otro lado otorga un descomunal po- der de decisión a las máquinas.

Se incrementa el teletrabajo: intercambio a ni- vel internacional de las comunidades científicas, el flujo de información, el gobierno digital y el entretenimiento. Así también se consolidan y ex- tienden como tendencias en lo adelante expresio- nes de activismo político como la ciberprotesta, denuncias en las redes sociales, la cultura, la edu- cación, los deportes, entre otras prácticas a través de internet. Sin embargo, este tipo de consumos está mediado por los llamados filtros1 de los me- dios sociales, propiciando las burbujas2 que hacen que las personas no accedan a toda la amalgama de criterios, aristas y enfoques que se ofrecen pues a través de algoritmos especializados en búsqueda de información los usuarios están cada vez me- nos expuestos a puntos de vista que les resultan


1En informática, un filtro de contenido se refiere a un programa diseñado para controlar qué contenido se per- mite mostrar, especialmente para restringir el acceso a ciertos materiales de la Web. El filtro, que es un algoritmo de contenido, determina qué contenido estará disponible en una máquina o red particular.

2Filtro burbuja es el término que define el estado de aislamiento intelectual en el que puede derivar el uso de algoritmos por parte de las páginas web para personalizar el resultado de las búsquedas. Dichos algoritmos predicen y seleccionan la información que al usuario le podría interesar basándose en su información personal, como puede ser su ubica- ción personal, historial de búsquedas o los enlaces en los que hizo clic en el pasado. Como resultado, los usuarios son apartados de información que no concuerda con sus puntos de vista y se mantienen aislados en burbujas ideológicas o culturales.


conflictivos y son aislados intelectualmente en su propio sesgo informativo, lo cual evita que el ciu- dadano acceda a otras visiones. Esto ha generado lo que algunos definen como pluralismo polariza- do influido.

La crisis ha puesto de manifiesto el complejo pro- blema de la brecha digital y la necesidad de contar con un internet más inclusivo y de uso responsable. Ello no implica que se logre una resolución vincu- lante de la ONU relacionada con las cuestiones del uso del ciberespacio y la ciberseguridad.

Uno de los principales desafíos es el cambio tecnológico y su impacto sobre los modelos pro- ductivos. Se atraviesa por una enorme transfor- mación del mercado laboral, que sin dudas se profundizará en lo adelante. Este proceso impac- ta directamente en una rápida precarización de los trabajadores. Se refuerzan las plataformas de trabajo tipo UBER,3 con todas sus consecuencias. Los líderes políticos incrementan significati- vamente el uso de las Redes Sociales Digitales en las campañas políticas y en la gestión guberna- mental, siendo las más usadas Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y otras que no se descartan en la medida en que surgen, según intereses de actores políticos. En Asia, se profundiza el uso de redes autóctonas ya existentes y no se descar- ta la aparición de otras. En general, se consolida el uso de medios sociales por gobiernos y líderes como mecanismo de interacción con los ciuda-

danos.

Continuará profundizándose la subcultura del entretenimiento vacío como estrategia de dominación, promoviendo un sistema basa- do en los valores del individualismo, en el que la solidaridad y la cooperación compartida se consideran como un sin sentido común. En ese entretenimiento vacío todo está pensado para que el individuo comprenda que la historia no

existe, el futuro no existe; sólo el presente y la satisfacción inmediata.

América Latina y Caribe

La región latinoamericana y caribeña remarca su condición de ser la más desigual del mundo, y el aumento de la dependencia del uso de las tec- nologías digitales exacerba tales desigualdades. Se caracteriza por poseer poca capacidad autónoma por la fuerte dependencia de las empresas trans- nacionales (principalmente estadounidenses).

Los procesos de cambio en la correlación de fuerzas políticas en América Latina constituyen mucho más que la expresión de la insatisfacción de la sociedad latinoamericana con la acción de los gobiernos o fuerzas progresistas y de izquier- da. Muestran un proceso de cambio cultural a partir de la incidencia de un modelo de comuni- cación política que articula actores, mecanismos e instrumentos de dominación cultural en función de la consolidación del poder corporativo trans- nacional y de la recuperación de la hegemonía es- tadounidense en la región.

El modelo de comunicación política para el cambio cultural se distingue por no limitarse a la relación entre los gobernantes y los gobernados en el debate de las políticas públicas o las políticas del momento sino por incluir, junto a las corpora- ciones mediáticas, a las agencias y organizaciones gubernamentales, las Organizaciones No Guber- namentales (ONGs), los tanques de pensamien- to, las iglesias y demás actores que influyen en la formación de consenso, movilización, cooptación política, cambio de valores, referentes cognitivos e ideal social.

Este modelo de comunicación política no se li- mita al cambio de gobiernos o a garantizar la in- terpelación o legitimación de políticas en caso ne- cesario. De hecho, se diversifica y potencia hacia la


3La uberización hace referencia a las cada vez más numerosas plataformas de economía colaborativa en las que, a merced de internet y las nuevas tecnologías, unas personas ponen a predisposición de otros particulares, sin necesidad de mediadores, diversos bienes y servicios.


disputa de sentidos y la colonialidad4 para garan- tizar la consolidación del poder corporativo trans- nacional y la hegemonía de los Estados Unidos en la geopolítica regional.

Se utilizan los procesos consustanciales a la ges- tión del desarrollo, la seguridad, la democracia, entre otros, como espacios de disputa de poder, de colonización y dominio cultural, a través del despliegue de acciones concertadas y articuladas de la derecha hemisférica,5 el capital transnacio- nal y el gobierno de los Estados Unidos a nivel territorial, nacional y regional.

Las lógicas de funcionamiento de las estrategias de insurgencia están enfocadas en la utilización de medios más matizados y sofisticados para lograr el cambio de mentalidades y el trastorno político, sin que esto se pueda etiquetar con conceptos en disputa como derecha o izquierda. En términos comunicacionales no se trata estrictamente de la lucha de la izquierda contra la derecha, sino de la flexibilidad del nuevo discurso, por cuestionable que pueda ser, contra el inmovilismo y rigidez de la retórica tradicional.

Se consolida una tendencia profundamente re- visionista de la historia y con ello su reinterpre- tación y desmontaje, construyendo desde los ci- mientos de la Nación valores simbólicos útiles a los objetivos de estas fuerzas en ascenso.

Se potencia la batalla de las narrativas a través del uso de noticias falsas y la desinformación, muy vinculada al resurgimiento y fomento de teorías de la conspiración, la industria del odio.

Se incrementa el papel relevante de los influen- ciadores, difusores del pensamiento conservador, xenófobo, agresivo y fascistoide. Cada vez más es utilizado para sus intereses, la preferencia para in- formarse, por parte de los jóvenes y el ciudadano

común en general, de las redes sociales, especial- mente en sus teléfonos móviles. Por estos cana- les circulan gran número de noticias falsas, que por la velocidad de su difusión son imposibles de comprobar y como la información es compartida y articulada dentro de la burbuja digital informa- tiva del grupo de redes sociales preferido, en el que tienen más credibilidad que en los medios de comunicación oficiales, se van creando consensos sociales favorables al pensamiento conservador y de derecha.

Las cuentas de Redes Sociales de nuevos líde- res progresistas o ciberactivistas sociales de ese corte, son censuradas, hackeadas o desactivadas con o sin pretextos, por las corporaciones me- diáticas.

Líderes políticos y Gobiernos compran interac- ciones en cuentas de redes sociales, desde supues- tos seguidores hasta Me Gusta, buscando influir en las elecciones, polarizar la opinión pública y desviar las discusiones de las políticas legítimas. Los llamados bots6 son una forma muy rentable de generar alcance artificial y crear una ola de “aprobación social”, ya que los usuarios típicos tienen más probabilidades de confiar y compar- tir contenido que ha sido del agrado de muchos otros.

En sentido general los nuevos medios siguen facilitando el comportamiento no auténtico en sus plataformas, lo cual además les resulta váli- do, puesto que su posición es binaria y trabajar en campos difusos les es funcional: para ellos la incertidumbre es divisa. Esta situación es apro- vechada contra los gobiernos del progresismo y de izquierda de la región, facilitando a los opera- dores políticos la creación de cientos de miles de cuentas robots activos contra estos gobiernos.


4Entendida como institucionalización de la dominación política del estado, así como de la sociedad, desde matri- ces racionales con incidencia cultural.

5Derecha hemisférica, con raíz global, enfocada en cooptar valores, ideas e ideales. Refiere especialmente a las arti- culaciones de la derecha latinoamericana con actores gubernamentales y no gubernamentales de los Estados Unidos. 6Algoritmo embebido en software o programa informático que se sirve de la inteligencia artificial para realizar tareas automatizadas a través de internet como si se tratase de un ser humano.


La nueva derecha latinoamericana opera en co- rrespondencia al populismo tecno-mediático ha- bilitado por el monopolio de los nuevos medios que construyen un nuevo sentido común gracias a una profunda destrucción de la conciencia his- tórica. Son parte de una estrategia planificada y coherente donde los procesos de privatización de la educación, el retiro de las llamadas asignaturas humanistas (historia y filosofía en primer lugar), la manipulación de diversas instituciones reli- giosas, sobre todo protestantes, evangélicas y su capacidad de proselitismo, continúan marcando una tendencia.

Consustancial a ello, se perpetúa la criminali- zación de la protesta social, y la reproducción de imaginarios sociales susceptibles a las prácticas demagógicas de una derecha que se presenta cada vez más como alternativa y despolitizada, y pro- mete acabar con la inseguridad y la corrupción, avanzar en el desarrollo y la modernización, y controlar la invasión de inmigrantes.

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América Latina continúa frente al reto de desa- rrollar una mayor soberanía tecnológica, avanzar en la definición de un modelo alternativo a la mo- nopolización corporativa de las tecnologías digi- tales y al capitalismo de vigilancia.