Bolivia: Notas sobre el contexto sociopolítico, el Golpe de Estado y la Crisis Bolivia:Notes about the socio-political context, the coup d'etat and the crisis

MSc. Orietta E. Hernández Bermúdez

Master en Relaciones Internacionales, doctorante en Ciencias Políticas. Actualmente se desempeña como Investigadora Agregada y Profesora Asistente del Centro de Investigaciones de Política Internacional

e-mail: orietta82@yahoo.es

Numero ORCID: 0000-0001-5225-3067


Resumen:

El golpe de estado del 2019 en Bolivia ha sido el experimento más completo y exitoso de la es- trategia de Estados Unidos en complicidad con las fuerzas de derecha de la región para recuperar espacios y recomponer la hegemonía. En este ar- tículo se analizarán las verdaderas causas del gol- pe cívico militar policial y sus principales actores. Finalmente se examinará el panorama actual del país bajo el gobierno de Jeanine Añez y la pande- mia ocasionada por la COVID-19.

Palabras clave: golpe de estado, derecha, proceso de cambio, pandemia, coronavirus.

Abstract:

The 2019 coup in Bolivia has been the most complete and successful experiment of the United States' strategy in complicity with the right-wing forces in the region to regain space and rebuild hegemony.In this article we will analyze the true causes of the civic coup military police and its main actors.Finally, we will examine the current panorama of the country under the effects of the Añez’s government and the pandemic caused by COVID-19

Key words: coup d'etat, right, process of change, pandemic, coronavirus

Introducción

Los meses de octubre y noviembre del 2019, los ciudadanos del Estado Plurinacional de Bolivia, vivieron días de incertidumbre que se extienden hasta la actualidad. El desconocimiento por par- te de la derecha boliviana de los resultados de las elecciones generales del 20 de octubre, cuyo ga- nador fue por cuarta vez consecutiva Juan Evo Morales Ayma, candidato del Movimiento al So- cialismo-Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) y presidente del país desde diciembre de 2005, en medio de un escena- rio de creciente desobediencia civil, devino en un Golpe de Estado, consumado el 10 de noviembre. La acción articulada de la derecha, amplios sec- tores de la clase media, funcionarios de la emba- jada de Estados Unidos, los Comités Cívicos, las Fuerzas Armadas, la iglesia evangélica, la Policía, con la complicidad de los medios de comunica- ción y redes sociales dieron lugar a una cadena de sucesos que en pocos días desestabilizaron al país

y cambiaron el escenario político.

La rapidez de los acontecimientos, sorprendió a gran parte del electorado que había confiado su voto al MAS. La inocencia, la ausencia de un plan alternativo, la confianza en la victoria electoral, de los principales dirigentes del proceso, trajeron como consecuencia cierta perplejidad y confu- sión que les impidió organizarse para enfrentar la oleada de violencia que invadió las calles. Aunque suene paradójico, el gobierno de los movimientos sociales, se desmoronó ante la mirada asombrada y la inacción de los propios movimientos sociales. Los grupos de choque, armados y pagados por la derecha, camuflados entre los ciudadanos que “sa- lieron a defender la democracia” y a protestar por “el fraude cometido por el partido de gobierno”, quemaron las sedes de Tribunales Electorales de- partamentales, arremetieron contra los principales dirigentes del MAS y sus familiares, destrozaron sus casas y les amenazaron de muerte. En medio de ese caos, ocurrió el golpe de estado del 2019 en Bolivia, el experimento más completo y exitoso de

la estrategia de Estados Unidos en complicidad con las fuerzas de derecha de la región para recuperar espacios y recomponer la hegemonía.

Los medios de comunicación y redes sociales alineados con la oposición, se emplearon a fondo en divulgar que hubo en Bolivia “una Revolución”, “una protesta social para recuperar la democra- cia”, “una victoria de la libertad contra la tiranía”, “una transición ante un vacío de poder tras la re- nuncia del presidente” y otras muchas ideas. Al mismo tiempo, el debate entre académicos y polí- ticos, a nivel internacional, giró en torno a la ocu- rrencia o no de un golpe de Estado en el país.

De acuerdo con Molina (2019) “La historia bo- liviana oscila pendularmente: un cambio de elites

—una revolución política— se despliega y pre- para las condiciones para otro cambio de elites

—otra revolución política—, que entonces fun- ciona respecto a la primera como una contrarre- volución”. Por esa razón al referirse a los sucesos de noviembre de 2019 considera necesario que: “…Descartaremos, entonces, el concepto de ‘gol- pe de Estado’, entendido en su sentido de putsch, ‘blanquismo’ o conspiración externa al proceso político concreto y, por tanto, sin responsables: un producto exclusivo de la voluntad ajena, con- cepto que absuelve al gobierno de Morales de todo error y que minimiza su desgaste de 14 años en el poder. Nos quedaremos, más bien, con este péndulo revolución-contrarrevolución, como ex- presión de la fractura social que divide a la socie- dad boliviana”

Por su parte, la feminista boliviana Silvia Rivera (2019), aunque confesó sentirse triste con la par- tida de Evo Morales, aseguró: “Yo no creo en las dos hipótesis que se han manejado. El triunfalis- mo de que con la caída de Evo hemos recuperado la democracia me parece un exceso, un análisis que se está saliendo de foco …La segunda hipó- tesis equivocada, que me parece a mí sumamen- te peligrosa, es la del golpe de Estado, que sim- plemente quiere legitimar, enterito, con paquete y todo, envuelto en celofanes, a todo el gobierno


de Evo Morales en sus momentos de degradación mayor. Toda esa degradación, legitimarla con la idea del golpe de Estado es criminal, y por lo tan- to debe pensarse cómo es que ha empezado esa degradación”.

Otros analistas, fundamentaron ambas posibi- lidades, partiendo de la idea de que en la actuali- dad, se ha difuminado la frontera entre las rebelio- nes y los golpes de Estado. Tal es el caso de Fisher (2019) cuando expresó: “Al parecer, los aconteci- mientos de Bolivia encajan en el concepto de re- volución callejera: los ciudadanos se volcaron a las calles para exigir la renuncia de un dirigente que se negaba a respetar los límites de su poder, y en algún momento involucró a instituciones fuer- tes de izquierda y de derecha para lograr que eso sucediera. El gobierno sigue estando en manos de civiles electos que han prometido convocar a nue- vas elecciones, y Morales sigue libre. También, al parecer, encajaban con el concepto que se tiene de un golpe de Estado, ya que el Ejército exhortó al presidente a renunciar y, en efecto, eso sucedió. Morales mismo calificó su destitución como gol- pe de Estado”.

Otros autores sostuvieron la hipótesis del golpe de estado, con nuevos elementos que lo diferen- cian de los tradicionales, pero al fin, un golpe.

Al respecto Moldiz (2020:30) expresó:

”hay al menos tres argumentos fuertes que res- paldan la tesis del golpe de Estado en Bolivia: pri- mero, el pedido de renuncia que las Fuerzas Arma- das le hicieron al Presidente Evo Morales el 10 de noviembre, segundo el vacío de poder civil durante 48 horas en el que las decisiones de cómo y quién iba a suceder a Evo las tomaron los poderes fac- tuales, y tercero la posesión de Jeanine Añez como presidenta del Estado Plurinacional sin que exis- tiese el quorum reglamentario en ninguna de las cámaras de la Asamblea Legislativa Plurinacional”.

En esta misma línea, Malamud (2019) aseguró: “un golpe de estado es la interrupción inconsti- tucional de un jefe de Gobierno por parte de otro agente estatal. En el reciente caso de Bolivia, los tres elementos están presentes: el mandato del presidente fue interrumpido, el procedimiento fue inconstitucional (no hubo destitución parla- mentaria sino renuncia forzada por una “sugeren- cia “) y las Fuerzas Armadas fueron las que defi-

nieron el desenlace”

Entre tantas y diversas opiniones, a los efectos de este artículo compartimos la tesis que asegu- ra que hubo un golpe de estado en Bolivia. Por esa razón y en función de fundamentar el anterior planteamiento se profundizará en el tema a par- tir de dos objetivos fundamentales. En un primer momento analizar las verdaderas causas del golpe cívico, militar, policial y sus principales actores. Posteriormente, se examinará el panorama actual del país bajo el mandato del gobierno de facto di- rigido por Jeanine Añez en el marco de la pande- mia ocasionada por la COVID 19.1

Por último, resulta pertinente no perder de vis- ta que lo acontecido en noviembre de 2019 en Bolivia no fue una acción espontánea, impro- visada, por el contrario, fue todo un proceso, la suma de acciones de actores internos y externos, donde la importancia geopolítica y geoestratégica del territorio boliviano y los intereses del sector público-privado estadounidense, desempeñaron un papel fundamental (Romano, Lajtman, Gar- cía-Fernández , Tirado, 2019).

En este sentido, llama la atención que más de un año antes de las elecciones, Stratfor (consultora que realiza investigaciones de inteligencia para el Go- bierno estadounidense) plantea, en una serie de in- formes, un escenario posible (¿deseado? ¿buscado?) de disturbio, inestabilidad y posibles sanciones de EE. UU. frente a una victoria de Evo Morales:


1Para lograr estos objetivos se llevó a cabo un proceso de compilación y revisión bibliográfica en el que fueron consul- tados numerosos sitios digitales entre los que se destacan: Hurgando en el avispero, Cubadebate y América Latina en Movimiento. De igual forma tuvimos acceso a varios artículos publicados en las Revistas Cuba Socialista y Humanidad en Red. Otras fuentes consultadas fueron los periódicos: El deber, La Razón y Página Siete.


“Las elecciones de 2019 serán el momento clave para la inestabilidad política en Bolivia (…) Una elección muy disputada, en donde proliferen las acusaciones de fraude electoral, podría prender la llama en una escena política interna ya tensa. Las manifestaciones se extenderían, particularmente en provincias orientales como Santa Cruz, centro de la oposición política boliviana. (…) Esa situa- ción podría provocar un breve período de con- frontación política posiblemente violenta en todo el país” (Romano, Lajtman, García-Fernández , Tirado, 2019).

La permanencia del MAS y Evo Morales en el gobierno, constituía un obstáculo para la rea- lización de los intereses de las elites nacionales, así como las de Estados Unidos. Las políticas de nacionalización y redistribución durante casi 14 años, frenaron su posibilidad de disponer de los recursos naturales bolivianos como en los tiem- pos del neoliberalismo. De ahí que todo resulte imprescindible examinar las características del proceso de cambio, para comprender la génesis de los acontecimientos de noviembre de 2019.


El triunfo del Movimiento al Socialismo y la evo- lución del proceso de cambio

El 18 de diciembre de 2005, Evo Morales Ayma resultó ganador de las elecciones generales con el 54% de los votos. Este acontecimiento marcó el momento en que la elite gobernante fue desplaza- da del gobierno, por el primer presidente indíge- na en la historia de Bolivia.

El escenario cambió completamente, aumen- tando el protagonismo del nuevo sujeto político de este proceso: el Movimiento Indígena Origina- rio Campesino (MIOC), que en sustitución de la debilitada clase obrera convirtió todas sus protes- tas en propuestas pasando de bloque insurgente a bloque en el gobierno y más tarde en el poder. La irrupción del MIOC, responde además al des- crédito de los partidos políticos tradicionales, eso

explica la creación del MAS-IPSP, que aun cuan- do se presentó como partido político en las elec- ciones conserva un comportamiento sui generis muy cercano a la dinámica de los movimientos sociales.

El gobierno de Morales comenzó un proceso de cambio partiendo de la nacionalización de los recursos naturales, redistribuyendo la riqueza en bonos dirigidos a los sectores más vulnerables y necesitados de la población. Logró además la aprobación de una nueva Constitución en el año 2009, que dio paso al nacimiento del Estado Plu- rinacional de Bolivia, dando participación a los pueblos indígenas y originarios, reconociendo la existencia de 36 etnias y estableciendo el respeto a su cultura y cosmovisión.

En adición a ello, Bolivia, el segundo país más pobre en la región se convirtió en el que más cre- ció por seis años consecutivos, exhibiendo una estabilidad económica alabada varias veces por organismos internacionales. La pobreza extrema bajó de 38% a 15,2 %.2

En términos de política exterior, el proceso de cambio se destacó por su actividad en los organis- mos internacionales en defensa de la soberanía, la integración y la autodeterminación de los pueblos. En este campo uno de sus mayores méritos fue el de romper la subordinación a Estados Unidos, expulsando de su territorio nacional, las princi- pales instituciones estadounidenses, entiéndase el embajador Philip Goldberg, la Drug Enforcement Administration (DEA) y la United States Agency for International Development (USAID).

Sin embargo, la estabilidad política durante los 14 años del gobierno del MAS, se vio afectada por diferentes golpes —y aunque siempre fueron su- perados por el proceso— algunos fueron erosio- nando su relación con sectores importantes. Entre ellos podemos destacar el golpe cívico-prefectural que tuvo lugar durante el 2008, a través de acciones violentas sediciosas coordinadas y planificadas, de


2De acuerdo con datos de la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas del Ministerio de Economía. Bolivia.


toma de instituciones públicas en Cochabamba, Sucre, Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija.

Tras fracasar dicho golpe quedó como saldo positivo la derrota de la derecha boliviana prime- ro militarmente en septiembre de 2008 en Pando y políticamente en enero de 2009 al ser aproba- da la Constitución en referéndum con el 61% de los votos. Inconforme con esta situación, la dere- cha experimentó otra nueva modalidad de golpe

—también fallido— protagonizado por el grupo de terroristas extranjeros encabezados por Eduar- do Rozsa, mercenario de la guerra serbo-croata, cuyo objetivo era la eliminación física del presi- dente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro Gar- cía Lineras.

Más adelante durante 2011 y 2012, ocurre el golpe a las organizaciones sociales, al no poder derrocar mediante la fuerza al proceso de cambio, se intenta desestabilizar su base social. Esta vez el centro del ataque sería el movimiento indíge- na originario campesino, al que intentaron dividir causando confusión y enfrentamientos en medio de las marchas en protesta por la construcción de la carretera que atravesaría el territorio del TIP- NIS.3 El conflicto tuvo gran cobertura de los me- dios a nivel internacional y finalmente se resolvió de forma pacífica, aunque sembró contradiccio- nes entre el gobierno y sus bases.

Tras el fracaso de los intentos de golpe ante- riores y la contundente victoria de Evo Morales y el Movimiento al Socialismo en octubre de 2014 con el 61% de los votos, se activa un nuevo gol- pe, basado en una estrategia de desestabilización y construcción masiva de mentiras en los medios de comunicación y redes sociales. A poco tiempo de la celebración del referendo donde el pueblo

expresaría su opinión sobre la candidatura de Evo y Álvaro para un nuevo período presidencial, sur- ge el “Caso Zapata”.4 Con una ausencia total de ética y escrúpulos la derecha construyó una histo- ria para dañar el prestigio del presidente.

El plan funcionó y con estrecho margen ganó el No en la consulta popular del 21 de febrero del 2016. Este acontecimiento marcó un punto de in- flexión en la historia del proceso de cambio, en tan- to permitió que la oposición envalentonada abra- zara la causa de “la defensa de la democracia y la voluntad del pueblo ante la tiranía del presidente indígena que quería perpetuarse en el poder

Es en medio de este escenario, tres años después que ocurre el Golpe multidimensional, cuyas ver- daderas causas, están conectadas con sucesos an- teriores y conflictos no resueltos. En nuestra opi- nión, las dos principales razones ocultas fueron: la disputa por el control de los recursos naturales de Bolivia y la discriminación racial.


Las verdaderas causas del Golpe de Estado

En el tablero de la geopolítica mundial los re- cursos naturales, ocupan una posición importan- te y son fuentes de conflictos. Por esa razón, todos los países portadores de estas riquezas que imple- mentan proyectos nacionales descolonizadores y soberanos son identificados por Estados Unidos como gobiernos violadores de los derechos hu- manos que deben ser sustituidos.

Este claramente es el caso del Estado Plurina- cional de Bolivia, uno de los territorios con mayor biodiversidad del planeta; distribuida en impor- tantes espacios geográficos como la Cordillera de los Andes, el Altiplano, la Amazonía, El Pantanal, el Chaco, el Lago Titicaca. Posee además, petróleo,


3El conflicto del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Securé (TIPNIS) tuvo lugar en 2011, cuando los indíge- nas de la zona marcharon en protesta por la construcción de una carretera que atravesaba sus comunidades. La ausen- cia de una consulta previa por parte del gobierno unido a la manipulación de los movimientos sociales dieron lugar a prolongados días de marcha que tuvieron una gran repercusión a nivel internacional.

4Alrededor de 100 días antes de la celebración del referendo del 21 de febrero de 2016, la derecha boliviana, la em- bajada de Estados Unidos en componenda con los medios de comunicación y redes sociales del país, organizaron el llamado Caso Zapata, con el objetivo de dañar moralmente la figura del presidente Evo Morales.


oro, plata, agua, madera, así como una importante reserva de gas. Destaca entre estas riquezas el Salar de Uyuni, el mayor yacimiento de litio del mundo que alberga el 70% de las reservas del planeta. Estas condiciones sitúan al país en el camino de conso- lidarse como un importante actor en el mercado mundial del llamado oro blanco.

Los yacimientos en el país andino, se encuentra en su gran mayoría a un poco más de 3 600 metros sobre el nivel del mar en el departamento de Potosí. Se requiere experticia y una considerable inversión de capital para su explotación, debido a que está mezclado con otros minerales y sometido además a una temporada de tres meses de lluvia cada año. Con este objetivo la empresa alemana AcysSys- tems, fue seleccionada para el proyecto de proce- samiento de la salmuera residual. Este contrato se convirtió en la justificación del conflicto iniciado por los integrantes del Comité Cívico de Potosí, especialmente su presidente Marcos Pumari, en el mes de octubre del presente año, acusando al go- bierno de hacer un contrato con carácter entre- guista. Sobre las verdaderas razones del conflicto Evo Morales, en entrevista concedida al periódico La Razón, expresó “Las movilizaciones de los Co- mités Cívicos por supuesta reivindicación de de- sarrollo departamental eran movilizaciones neta- mente políticas. En Potosí utilizaron el tema del Litio sin argumentos técnicos ni jurídicos menos

de desarrollo…”5

La realidad es que el proyecto era 100% de explo- tación estatal, Yacimientos de Litio bolivianos (YLB) sería el socio mayoritario. Esta empresa le vendería a AcysSystems la salmuera y ellos en territorio boli- viano la procesarían para obtener productos de alto nivel que exportarían a Europa. Es decir, los boli- vianos obtendrían el saldo de la venta del produc- to, se crearían nuevos empleos bajo la dirección de un ejecutivo también boliviano, se quedarían con las patentes, transferencia tecnológica y por último los

productos finales tendrían un mercado seguro para su comercialización.

Por otra parte, el permanente crecimiento de la economía boliviana acompañado de la estabilidad política y social durante el gobierno de Evo Mo- rales hacía aún más atractivo el país para la inver- sión extranjera. Las nuevas relaciones comerciales se producían bajo el control estatal y los princi- pios de soberanía, ofreciendo excelentes resulta- dos. Un ejemplo de ello es la alianza estratégica entre Bolivia y China como parte de la iniciativa de la Franja y la Ruta, para llevar a cabo el pro- yecto del corredor bioceánico. Este país asiático además tiene inversiones en recursos hidráulicos, litio y tecnología. Por su parte Rusia ha invertido alrededor de 500 millones de dólares en hidrocar- buros, litio, así como en la industria alimentaria y la defensa. En el 2016 Gazprom y Yacimientos Pe- trolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) firmaron un acuerdo sobre la exploración conjunta de fuentes petroleras.

Sin lugar a dudas, la diversificación de las rela- ciones comerciales bolivianas en especial con Ru- sia y China, unido a la decisión de la activa partici- pación de las empresas estatales en la explotación de los recursos naturales, contribuyen al quebran- tamiento de la hegemonía de Estados Unidos en la región o al menos así lo percibe esta nación, de ahí que sean ellos quienes han financiado y asesorado estas acciones de noviembre del 2019.

De esta forma podemos asegurar que la disputa por los recursos naturales, constituye una de las causas reales del golpe de estado al gobierno de Evo Morales. La otra causa se corresponde con un conflicto que subyace en la sociedad boliviana: la discriminación racial.

Pese a los esfuerzos gubernamentales por eli- minar este flagelo de la sociedad, no fue posible su erradicación. El racismo opera en la subjetividad y la representación social de los individuos y es


5Entrevista concedida a los periodistas Jorge Delgado y Sergio de la Zerda y publicada en el Suplemento del Periódico

La Razón: Animal Político el domingo 15 de marzo de 2020.


consecuencia de la colonización interna. El odio y desprecio al indio fue por muchos años una prác- tica en Bolivia. Desde el ámbito de la política los indígenas eran utilizados por todos los partidos políticos, como masa de votantes y sus demandas inmediatamente después de las elecciones desa- tendidas.

Durante el golpe, las manifestaciones racistas fueron notables. Al menos dos símbolos de los in- dígenas y originarios fueron irrespetados: la Whi- pala que fue quemada en la sede de gobierno y re- tirada de las insignias de los militares y las mujeres de Pollera que fueron maltratadas en plena calle.

De acuerdo con Tellería (2020: p.38): “no cabe duda que dos de los factores que más ha carac- terizado al espíritu colonial de la República, no terminaron con la creación del Estado Plurina- cional: el racismo y el orden patriarcal, ser mujer e indígena en Bolivia, no es nada fácil. De ahí que las primeras víctimas del odio fascista encarnado en los grupos violentos que precedieron al golpe fueron mujeres e indígenas”

En este sentido, al menos tres ejemplos ilustran la afirmación anterior: En primer lugar, la agre- sión física a las mujeres de Pollera en Santa Cruz, con garrotes con clavos. En segundo lugar y en su grado más extremo la situación con la Alcaldesa de Vinto en Cochabamba, Patricia Arce que fue obligada a caminar descalza, le arrojaron pintura, la ofendieron, humillaron, maltrataron y le cor- taron el cabello, solo por ser miembro del MAS- IPSP, por ser mujer, por ser indígena.

El tercer evento de esta naturaleza fue un acto vandálico que tuvo lugar el 6 de noviembre cuan- do fueron agredidas mujeres, en su gran mayoría indígenas, que marchaban en apoyo al gobierno de Morales. Fueron apedreadas y golpeadas por motociclistas de “la Resistencia Cochala”, que no respetaron siquiera la presencia de sus hijos que cargaban a la espalda.

La derecha y las clases medias tradicionales de piel blanca, pero de raíces notablemente indíge- nas no le perdonaron a Evo tener que relacionarse

con la clase media emergente de los sectores so- ciales que anteriormente se sumían en la pobreza. Ese odio racial fue utilizado hábilmente por los autores del golpe, dividiendo al pueblo e incitán- dolo a la violencia.


¿Quiénes son los protagonistas del Golpe?

El sitio web Behindthe back door, alrededor de 12 días antes de las elecciones denunció el golpe y reveló la participación y función de cada uno de sus actores. Misteriosamente este sitio desapa- reció, pero sacó a la luz a los protagonistas que abordaremos a continuación.

Luis Fernando Camacho Vaca es un abogado, empresario y político boliviano que presidió el Comité Cívico de Santa Cruz durante el año 2019. Procede de una de las familias más ricas de San- ta Cruz, dueña de la empresa Sergas que capitali- zaba el monopolio de conexiones de gas antes de la llegada al gobierno de Evo Morales. Fue vice- presidente de la Unión Juvenil Cruceñista (UJC), una organización considerada el brazo duro del Comité Cívico de Santa Cruz, que participó ac- tivamente en el intento separatista de la Media Luna en el 2008 y repitió las agresiones físicas a los indígenas en el 2019 durante el paro cívico de la Ciudad después de las elecciones.

Camacho es miembro de la Logia Caballeros del Oriente y utiliza la fe y el amor a Dios como elemento fundamental de su discurso con carac- terísticas mesiánicas. Se encuentra en la lista de nombres de implicados en los Panamá Papers. Sorpresivamente abandona su responsabilidad frente al Comité Cívico de Santa Cruz para pos- tularse a la presidencia del país, dejando al descu- bierto su verdadero objetivo y ambición de acapa- rar el poder.

Otro de los actores principales es Carlos Mesa Gisbert. Este periodista y escritor fue Vicepresi- dente de Bolivia durante el gobierno de Sánchez de Lozada y luego de que este escapara a los Es- tados Unidos en el contexto de la Guerra del Gas en el 2003 asumió la presidencia y renunció en el


2005. Existen pruebas que lo vinculan a hechos de corrupción, se ha demostrado que recibió una gran suma de dinero para postularse como vice- presidente junto con Sánchez de Lozada.

En 2019 se presentó como candidato a presi- dente y quedó en segundo lugar frente al Partido Comunidad Ciudadana. Su actuación fue clave en el desarrollo de las protestas después de las elec- ciones. El día 20 de octubre a partir de los resulta- dos parciales anunciados y desconociendo el voto rural que aún no se había contabilizado alentó a sus seguidores a protestar contra el presunto frau- de del MAS que le haría ganar en la primera vuel- ta. Es uno de los principales responsables de la ola de violencia desatada en el país.

Mención aparte merecen las Fuerzas Armadas y la Polícia. Este binomio dio la estocada final consumando el golpe cuando el General Williams Kaliman Romero Comandante en Jefe de las Fuer- zas Armadas Bolivianas, “le sugirió” al presidente Morales renunciar para pacificar el país. La Poli- cía por su parte bajo las órdenes de Vladimir Yuri Calderón Mariscal se replegó y amotinó durante las protestas violentas de la derecha después del 20 de octubre del 2019.

Ambos militares tenían probados estrechos la- zos con Estados Unidos, en tanto fueron alum- nos de la Escuela de las Américas. Kaliman formó parte del Curso de Comando y Estado Mayoren el 2003 y Calderón Mariscal en 2018, fue Presidente de Agregados Policiales de América Latina en Es- tados Unidos.

No podemos dejar de mencionar a Jorge Tuto Quiroga quien fuera vicepresidente y luego presi- dente de Bolivia en el 2001. Fue presidente del Par- tido de Derecha Acción Democrática Nacionalista. Podemos considerarlo como el responsable de Re- laciones Internacionales del Golpe, pues se encargó de hacer giras internacionales tratando de invali- dar a Evo Morales como candidato y buscando le- gitimidad para las acciones de la oposición.

Si nos propusiéramos elaborar una lista con los actores clave del golpe, sin dudas los medios de

comunicación y redes sociales ocuparían uno de los primeros puestos. Su labor desinformativa en alianza con las fuerzas golpistas se centró en ne- gar la existencia de un golpe, imponiendo la idea de transición democrática. Ocultaron además los actos vandálicos y los crímenes del gobierno de facto. Importante destacar el rol de las redes so- ciales en especial Twitter, en la convocatoria para las movilizaciones de la derecha, así como el he- cho de la creación de 100 000 cuentas falsas, de supuestos seguidores de Luis Fernando Camacho y Jeanine Añez.

Construyeron el fantasma del Castro-Chavismo, fomentaron la fobia y el odio a ciudadanos cuba- nos y venezolanos. Implantaron además una ma- triz discursiva y comunicacional acusándolos de organizar y financiar grupos irregulares para gene- rar caos. Fueron cómplices de todos los atropellos por parte de las autoridades a los médicos cuba- nos en tanto divulgaron falsas evidencias sobre la supuesta doble actividad de los médicos como “es- pías del régimen cubano”. Analistas, presentadores y periodistas alineados con las fuerzas golpistas ha- blaban sobre la necesidad de impedir que Bolivia se convirtiera en una Cuba o una Venezuela.

Imposible ignorar a la desprestigiada Organiza- ción de Estados Americanos (OEA). “El Ministe- rio de Colonias” con su vasta experiencia en apo- yar golpes de estado y medidas de opresión contra los pueblos, fue un aliado fundamental para las fuerzas golpistas. La publicación de un informe preliminar sobre la auditoria a las elecciones que advertía sobre un fraude, antes de la fecha acorda- da, fue el catalizador que en pocas horas ayudó a consumar el golpe.

Las Iglesias evangélicas cada vez más vincula- das a la política, también tuvieron activa partici- pación. Estos instrumentos funcionales al impe- rialismo, reciben financiamiento de los círculos más conservadores, simpatizantes de sus posi- ciones machistas, patriarcales y xenófobas. En el caso de Bolivia sirvieron además de vehículo para entrar al país el financiamiento para el Golpe.


Como colofón de esta lista de protagonistas del golpe de estado hemos dejado a Jeanine Añez, abogada, presentadora de televisión y senadora por la alianza opositora Unidad Demócrata, que, tras las forzadas renuncias de Evo Morales, García Lineras, Adriana Salvatierra y el Diputado Borda, se autoproclama presidenta de Bolivia. Cabría preguntarse: ¿por qué Añez, hasta el momento desconocida y con una carrera política en pleno ocaso en tanto su partido no la tuvo en cuenta para formar las listas electorales que se presenta- ron en octubre? La respuesta correcta a esta inte- rrogante demoró en salir a la luz y llegó a través de la activista feminista y columnista invitada del diario Página Siete, María Galindo:

“Jeanine no cayó del cielo para salvar la demo- cracia boliviana. Necesitaban a alguien funcional a todos, dispuesto a matar gente por si hubiera alguna revuelta, dispuesto a asumir el cargo con los militares en la calles, alguien que se dejara im- poner gabinete de asesinos y asaltantes, necesita- ban una persona manejable que funcione como trapo de piso con cuyo nombre limpiar el golpe de estado. Es ahí que suena el nombre de Jeanine Añez una senadora de la periférica de la derecha, que jamás había jugado papel alguno que no sea defender a sus jefes, hacer declaraciones racistas y obedecer. Tuto Quiroga la llama, le manda un avión y Añez acepta siempre y cuando se le pague entre doscientos a trescientos mil dólares por el riesgo de vida que suponía asumir el cargo” (Ga- lindo, 2020).

Con semejante presentación, llega la presidenta autoproclamada, cuyo gobierno cumple al pie de la letra con el refrán popular: del dicho al hecho va un largo trecho. De acuerdo con lo trasmiti- do por los medios de comunicación y lo que ella misma ha manifestado en público, el objetivo de su estancia en la Casa del Pueblo (lo dicho) es lle- var a cabo una pacificación del país y convocar a nuevas elecciones en el corto plazo. Sin embargo, cuando miramos a la realidad, es decir a (lo he- cho), es bien largo el trecho.

En breve, posesionó un nuevo gabinete, inte- grado por figuras controvertidas cuyas acciones reforzarían sus verdaderas intenciones de des- montar los logros del proceso de cambio así como en la manera de lo posible proscribir o descabe- zar al MAS. El método elegido fue la persecución política, el amedrentamiento y el ejercicio de te- rror y violencia desde el estado. Baste señalar que aprobó un decreto que exime de responsabilidad penal a las fuerzas de seguridad en el desarrollo de sus funciones de pacificación, en otras pala- bras, dio luz verde a los militares para reprimir al pueblo violentamente.

En menos de un mes ya era responsable de la muerte de alrededor de 30 personas. En su con- ciencia pesan las masacres de Senkata y Sacaba. Por último, rompe el compromiso de gobernante de transición y anuncia su candidatura a las elec- ciones generales.


Bolivia después del golpe: la crisis

De manera magistral ha definido la situación actual del país andino en una frase el académico boliviano Rafael Bautista (2020): “No vivimos en un Estado de derecho, sino en “la anomia estatal” que, según la ley del más fuerte, ha convertido a Bolivia en una tierra sin ley ni derecho alguno. Bajo el mandato de la autoproclamada Jeanine Añez y su gabinete las viejas prácticas de corrup- ción y discriminación han regresado.

El desmontaje de los logros del gobierno del MAS-IPSP ha incluido escandalosos actos de co- rrupción en las empresas estatales estratégicas.Tal es el caso de Boliviana de Aviación (BOA), cuyo quiebre fue forzado para favorecer a la aerolínea privada AMASZONAS. Por su parte Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), ha sido saqueada y sus nuevos ejecutivos han sido denun- ciados por contratos millonarios sin licitación. La empresa estatal de comunicación ENTEL, se vio seriamente afectada, su ex Gerente General Elio Montes Chávez dispuso de sus fondos cual ne- gocio propio. Se ha comprobado que hizo pagos


irregulares a Hoteles 5 estrellas de La Paz, contra- tó vuelos particulares en avionetas y auspició con sumas millonarias a un corredor de autos. Como colofón de los 82 días que duró su gestión pagó finiquitos descomunales a sus amigos contratados en la empresa y se fugó del país el 13 de febrero en un avión rumbo a Miami.

En medio de tanta corrupción, en el mes de marzo llegó el Coronavirus a Bolivia y fue decre- tada la cuarentena que vergonzosamente devino en una estafa para el pueblo. El gobierno de facto utilizó como pretexto la necesidad del aislamiento para contener el contagio del virus y justificar su afán de aferrarse al poder, postergando varias ve- ces la fecha de los comicios generales.6

Se les pidió a los bolivianos mantenerse en sus casas, prometiendo que en ese tiempo el gobier- no terminaría de equipar hospitales, compraría respiradores, instalaría salas de Terapia Intensiva, haría llegar pruebas y reactivos para detectar el Coronavirus, dotaría de laboratorios a los nueve departamentos del país, proporcionaría equipos de bioseguridad para los médicos y enfermeras.

Sin embargo, la realidad fue bien distinta. El gobierno demostró un ineficiente manejo de la crisis, empleando el tiempo y los recursos en ne- gocios turbios. El ejemplo más emblemático fue la compra a sobreprecio de 170 respiradores —que resultaron ser básicos diseñados para ser usados en ambulancias y para terapia intermedia. Este fraude monumental, aún no esclarecido, implicó a altas personalidades del gobierno y significó un daño material al estado de alrededor de tres mi- llones de dólares.

Mientras tanto la situación sanitaria empeora y los contagios aumentan en territorio nacional. Según datos de la Organización Mundial de la Sa- lud, Bolivia es el penúltimo país de la región en cuanto a bajo porcentaje de personas que reba- saron el Coronavirus, con 1 300 recuperados de

más de 11 000 casos positivos declarados hasta el 2 de junio de 2020.7

El Estado Plurinacional de Bolivia padece hoy los embates de dos procesos muy peligrosos. Por un lado, el acelerado desmontaje del proceso de cam- bio por parte del gobierno de facto y por el otro los estragos de la pandemia del Coronavirus, agrava- dos por la ineficiente gestión gubernamental.

“Esta crisis sanitaria ha sido también el argu- mento para achicar el Estado, a través del cierre de tres Ministerios y algunos viceministerios, pero más que una reducción administrativa, se trata de un ataque a la plurinacionalidad, a la in- terculturalidad y a la descolonización reconoci- das constitucionalmente el año 2009, gracias a las naciones y pueblos indígenas-originarios-campe- sinos” (Peralta, 2020). Nótese que los Ministerios afectados fueron el Ministerio de Culturas, del cual dependían los viceministerios de intercultu- ralidad y descolonización, así como el Ministerio de Deportes, el de Comunicación y el viceminis- terio de coordinación con los movimientos socia- les que fue convertido en una dirección.

Hoy Bolivia, es un laboratorio de exterminio con un golpe de estado violento, la pandemia instrumentalizada por el estado para eliminar al “enemigo interno” provocando un genocidio in- dígena, legitimado en un discurso racista con el fin de instaurar un apartheid indígena como en la época de la república colonial (Zapata, 2020).


Conclusiones

El golpe de estado de noviembre de 2019 es una expresión de la disputa entre dos proyectos: el popular indígena originario campesino lle- vado a cabo por los movimientos sociales y el neoliberal, representado por la derecha bolivia- na. Bajo el pretexto de la recuperación de la de- mocracia, disímiles actores de la sociedad civil con el apoyo y financiamiento de la embajada de


6Las elecciones generales han sido postergadas en varias ocasiones. La última fecha señalada es el 18 de octubre de 2020.

7“Bolivia es penúltima en cifra de recuperados de COVID-19 en América” en https://prensalatina.cu


Estados Unidos solaparon las verdaderas causas de este acontecimiento: el control de los recursos naturales y la discriminación racial que aun im- pera en el país.

El gobierno de facto encabezado por la autopro- clamada presidenta Jeanine Añez, nunca cumplió con sus funciones de gobierno de transición des- tinado a organizar elecciones en el menor plazo posible. En su lugar se ha encargado de postergar los comicios utilizando como pretexto la crisis sa- nitaria ocasionada por el Coronavirus, mientras

saquea las riquezas del país, desmontando los lo- gros del proceso de cambio al tiempo que satani- za y persigue a los dirigentes y simpatizantes del Movimiento al Socialismo.

El estado Plurinacional de Bolivia se encuentra en una encrucijada, como consecuencia del rea- comodo de las elites nacionales y los intereses de Washington. Al pueblo boliviano le toca apelar al acumulado de los aciertos del gobierno de los más humildes y evitar que se le robe definitivamente la paz, la estabilidad y la soberanía.



Referencias bibliográficas

Bautista, Rafael (2020): “Del estado de excepción al estado de rebelión”, Resumen Latinoamericano, en https//:www. resumenlatinoamericano.org (15/7/2020).

Fisher, Max (2019): La crisis en Bolivia ilustra la difusa línea entre golpe de Estado y revuelta, https://www.nytimes. com/es/2019/11/15/espanol/america-latina/bolivia-golpe-de-estado.html

Galindo, María (2020): “Sedición en la Universidad Católica o cómo armaron el golpe los patriarcas” en https://mu- ywaso.com/sedicion-en-la-universidad-catolica-o-como-armaron-el-golpe-los-patriarcas/ 2020/01/29.

Malamud, Andrés (2019): ¿Es un golpe de estado lo que ha pasado con Evo Morales en Bolivia? en https://www.google. com/amp/s/elpais.com/internacional/2019/11/11.

Moldiz Mercado, Hugo (2020): “Golpe de Estado en Bolivia, la soledad de Evo Morales” Ocean Sur.

Peralta Mariñelarena, Rebeca (2020): “Tras el golpe, la pandemia: Bolivia una deriva autoritaria” en https://www.nodal. am/2020/07/tras-el-golpe-la-pandemia-Bolivia-una -deriva-autoritaria

Romano, Silvina; Tamara Lajtman, Aníbal García Fernández y Arantxa Tirado (2020): EE.UU. y la construcción del Golpe en Bolivia, en https://www.celag.org/ee-uu-y-la-construccion-del-golpe-en-bolivia/

Tellería Escobar, Loreta (2020): “Mujeres en la ruta del golpe en Bolivia; misoginia, neofascismo y persecución”, en Revista Humanidad en Red, No. 1, marzo de 2020. Red en Defensa de la Humanidad.

Zapata, Verónica (2020): “Más allá de la elección en Bolivia, de nación clandestina a nación insurgente” en https:// revistapoliticaypoder.com/wp/mas-alla-de-la-eleccion-en-Bolivia-de-nacion-clandestina-a-nacion-insurgente-


Otras fuentes consultadas

Delgado, Jorge y Sergio de la Zerda (2020): “Evo: dos llamadas nos salvaron la vida” en https://www.google.com/am- p/s/hurgandoenelavispero1.wordpress.com/2020/03/16.

Hernández Bermúdez, Orietta E. (2020):”Otro golpe al Abya Yala: las verdaderas razones del Golpe de Estado en Boli- via”. Revista Cuba Socialista, enero 2020.

Kohan, Néstor (2019): Golpe de Estado en Bolivia: debates pendientes y silencios cómplices, http://espoiler.sociales. uba.ar/2019/11/16/golpe-de-estado-en-bolivia-debates-pendientes-y-silencios-complices/

Rivera, Silvia (2019): https://desinformemonos.org/esta-coyuntura-nos-ha-dejado-una-gran-leccion-contra-el-triun- falismo-silvia-rivera-cusicanqui-desde-bolivia/