Los cambios que se producen hoy en el mundo, consecuencia del agotamiento del modelo implantado por la corporatocracia estadounidense, en particular luego de concluida la Segunda Guerra Mundial, y que se caracterizó por la subordinación de la política de Estados Unidos a las grandes corporaciones transnacionales vinculadas con sectores clave, como el de las finanzas y el de la producción de armamentos, se han visto acelerados por el surgimiento de actores como los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), los que —paradójicamente— emergieron como potencias globales gracias a —o a pesar de— el desarrollo alcanzado en ellos por la presencia de esas grandes corporaciones multinacionales. Los cambios geopolíticos producidos como consecuencia de lo anterior se convirtieron en un factor cada vez más dinámico y determinante de la geopolítica actual, lo que puso de manifiesto no solo la posibilidad, sino también la necesidad de modificar sustancialmente el viejo orden global.
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