Este 9 de mayo se conmemora el 80 aniversario de la victoria en la Gran Guerra Patria, acontecimiento de trascendencia histórica para la humanidad. La contienda comenzó el 22 de junio de 1941 con la invasión nazi a la URSS, enfrentando al ejército más poderoso de Europa. Durante cuatro años de lucha, el Ejército Rojo desempeñó un papel decisivo en la derrota del fascismo, representando el 75 % del esfuerzo militar aliado y destruyendo más de 600 divisiones enemigas. La victoria fue posible gracias al heroísmo de millones de ciudadanos soviéticos, quienes combatieron en el frente y trabajaron en la retaguardia bajo la consigna “Todo para el frente, todo para la victoria”.
La hazaña de tres cubanos —Aldo y Jorge Vivó, y Enrique Vilar— también forma parte de esta memoria; dos de ellos cayeron en combate defendiendo la patria soviética. El precio de la victoria fue altísimo: 27 millones de vidas soviéticas perdidas, víctimas de la guerra, el hambre y la barbarie nazi. Los crímenes cometidos por los ocupantes, incluidos genocidios y asesinatos masivos, siguen siendo objeto de justicia en la Rusia actual.
Ante los intentos contemporáneos de reescribir la historia y glorificar el nazismo, especialmente en países bálticos y Ucrania, se reafirma el deber de preservar la verdad histórica. La lucha contra el neonazismo continúa, y se reconoce el apoyo del pueblo cubano en esta causa. Ochenta años después, el legado de los vencedores exige memoria, firmeza y compromiso con la paz.
Este 9 de mayo se conmemora el 80 aniversario de la victoria en la Gran Guerra Patria, acontecimiento de trascendencia histórica para la humanidad. La contienda comenzó el 22 de junio de 1941 con la invasión nazi a la URSS, enfrentando al ejército más poderoso de Europa. Durante cuatro años de lucha, el Ejército Rojo desempeñó un papel decisivo en la derrota del fascismo, representando el 75 % del esfuerzo militar aliado y destruyendo más de 600 divisiones enemigas. La victoria fue posible gracias al heroísmo de millones de ciudadanos soviéticos, quienes combatieron en el frente y trabajaron en la retaguardia bajo la consigna “Todo para el frente, todo para la victoria”.
La hazaña de tres cubanos —Aldo y Jorge Vivó, y Enrique Vilar— también forma parte de esta memoria; dos de ellos cayeron en combate defendiendo la patria soviética. El precio de la victoria fue altísimo: 27 millones de vidas soviéticas perdidas, víctimas de la guerra, el hambre y la barbarie nazi. Los crímenes cometidos por los ocupantes, incluidos genocidios y asesinatos masivos, siguen siendo objeto de justicia en la Rusia actual.
Ante los intentos contemporáneos de reescribir la historia y glorificar el nazismo, especialmente en países bálticos y Ucrania, se reafirma el deber de preservar la verdad histórica. La lucha contra el neonazismo continúa, y se reconoce el apoyo del pueblo cubano en esta causa. Ochenta años después, el legado de los vencedores exige memoria, firmeza y compromiso con la paz.
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